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martes, 24 de mayo de 2011

Estación de Ocata

Le hago una broma al operario que está reparando la máquina que permite el acceso al andén de la estación. Veo que no le gusta.
- Mire usted -me dice-, la estación más vandalizada de toda la línea de la RENFE, y se lleva con mucho la palma, es esta, la de Ocata. Después a distancia, la de Masnou y después, a distancia aún mayor, de de Premià de Mar.

Le aclaro al lector que el tren de Mataró a Barcelona tiene en su tramo central las estaciones, por este orden, de Premià, Ocata y Masnou. 

Dejo al operario enfaenado y me voy a casa. Al llegar a la Plaza de Ocata, que el domingo fue okupada un rato, leo una pancarta: "No soy antisistema. El sistema es anti-yo".

He pasado esta mañana por la Plaza de Cataluña. Lo que he visto me ha parecido un perfecto escaparate de lo que puede dar de sí nuestro sistema.

Me da la razón Quintano en ABC. Estoy perdido. 

4 comentarios:

  1. Pués da para muy poco Don Gregorio, y no es precisamente para ponerse uno muy contento.

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  2. Deberíamos admitir, don Gregorio, que el concepto 'sistema' es discutible y discutido; y que cuando estás en el punto medio -en este caso entre Barcelona y Mataró- las trompadas te llegan de todas partes.

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  3. Don Ángel: Yo diría que el sistema es lo que hay, incluyendo a los indignados. De hecho la algarabía de los indignados es una perfecta muestra de lo que da de sí el sistema. ¿No le parece?
    Respecto a las trompadas... ¿qué le voy a decir que usted no sepa?
    Pero ya está aquí el verano y es posible de nuevo soñar con rester a l'ombre, toujours a l'ombre de les jeunes filles en fleur.

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  4. Puigcarbó: Yo creo que da para tanto que acoge muy satisfecho hasta a los antisistema. Más aún: en esta acogida se afirma a sí mismo.

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