lunes, 2 de mayo de 2011

Minima moralia III

Una mujer, un borracho y yo en la barra del bar. Clavó el borracho sus ojos túrbidos sobre los generosos pechos de la mujer y le dijo: "Oigo desde aquí latir tu corazón. De aquí a una hora me lo comeré." A mi me pareció que iba en serio, pero la mujer se echó a reír con unas carcajadas escandalosas, propias de una víctima.

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Perder la cabeza

Me dice B. que el invierno ya ha llegado a París. Pues aquí, a Ocata, ha llegado esta mañana. Veo desde mi cuarto temblar los árboles de frí...