Soy incapaz de entender lo que tienen en mente los indignados cuando reclaman "Democracia real ya", puesto que la única democracia real es la realmente existente. Podría entender -e incluso me apuntaría gustosamente a ello- una reclamación de mejora de la democracia, porque la democracia, como Churchill decía frecuentemente, es un sistema pésimo... que sólo se sustenta gracias al hecho de que las alternativas son mucho peores. Pero por razones estrictamente democráticas la mejor democracia no es la que les parece a unos más pura, sino la que más consensos genera (esta es la democracia genuina). De hecho la democracia es el sistema político que ha sustituido al gobernante sabio (o a la sabiduría del gobierno de los mejores) por el consenso posible en cada momento en torno a los gobernantes... que, efectivamente, con frecuencia no tardamos en descubrir que son mediocres.
A mi me pasa lo mismo, no veo 'su proyecto viable' nada claro.
ResponderEliminarAdmitirá que con el tiempo se han estilizado los adjetivos. Hace menos de un siglo se hablaba de democracia social anticapitalista; claro que entonces enfrente teníamos al fascismo vaticanista.
ResponderEliminarPero, a lo que iba, todos los males arrancan del sufragio universal, no le quepa duda.
Más vale dejarse de elucubraciones medianamente ingeniosas y de análisis de los adjetivos usados o no. De lo que se trata es de que hay mucha gente de este país indignada, no por ninguna pose, ni por moda, sino porque la mayoría de la clase política, el gobierno y gobiernos que padecemos son verdaderamente indignantes. Hace falta una auténtica revolución porque la situación no se aguanta más, ni por sí sola ni por las espaldas de tantísima gente maltratada.
ResponderEliminarSaludos
Se me ocurre que de lo que hay que dejarse es de eunciados estériles, auténticas carretadas de sal sobre el campo sin lindes del pensamiento. He estado en Pl. de Cataluña y lo único que he visto han sido ingeniosidades del tipo "¿Donde está la izquierda? al fondo a la derecha", que se complementan con esa exigencia oximorónica de la "democracia real ya" con que el recién iniciado en la esloganería cree haberlo dicho todo. De ahí a proponer como CiU y el PP "el cambio", no hay más que un paso. Tengo la sensación de que por la Puerta del Sol maduran algo más las ideas, a juzgar por el pentálogo que me llegó reenviado al buzon de correo. Concretemos y pongámonos medianamente de acuerdo sobre qué hablamos y cómo se ha de actuar para conseguirlo. Por ejemplo: las listas abiertas, que transferirían a la ciudadanía el famoso "derecho a decidir" al que CiU se agarra demagógicamente con uñas y dientes, pues en modo alguno lo exige para aplicarlo en las elecciones catalanas: No fotem! Por más ejemplo: que los votos valgan todos lo mismo en este país, haciendo honor al principio democrático por excelencia: una persona, un voto. Quienes se sientan en el Congreso de los diputados no "representan" del mismo modo: a unos les cuesta casi diez veces más conseguir su acta, un desequilibrio que ha acabado distorsionando tan seriamente la representación popular que bien puede decirse que el Parlamento es lo que menos se parece al país del que nace. Es decir, acciones concretas, no reclamaciones maximalistas propias de un estadio infantil, el del "lo quiero ya" y la pataleta, en caso de frustración.
ResponderEliminarLo que más me ha llamado la atención es el carácter sumiso del movimiento, algo así como el "¿Qué hay de lo mío, D. José?", propio de la pasada dictadura paternalista, que ha dejado un poso en la sociedad más profundo del que a veces se cree, también por el lado de la fanfarronería, como lo puso de manifiesto Toxo diciendo que Merkel no era quién para darles lecciones a ellos sobre la negociación colectiva, aunque nosotros rondemos los 5 millones de parados y Alemania... Los jóvenes quieren trabajo, piso y la carcunda "vida resuelta"... ¡Pues apaga y vámonos! Antes de acabar con toda la clase política de un plumazo (o canutazo), ¿no sería conveniente repensar un poco el famoso retruécano kennediano? Y eso que coincido en el análisis de que estamos casi en el límite de llegar a la situación Argentina tras el dramático corralito: Que se vayan todos..., pero aún no heos llegado y hay vías abiertas para recomponer la situación y equilibrar la política de los derechos (inexcusable) con la de los deberes (más aún).
Bueno, a esto lo llamo yo un desahogo de política de café. Y bien a gustito que se queda uno...
No me parece justo que se ponga a todos los políticos en el mismo saco.
ResponderEliminarMe gustó la distinción de uno que dijo que la indignación es contra la democracia porque el gobierno es socialista. Si gobernase Rajoy, la indignación sería contra el gobierno. Además pienso que la verdadera indignación es porque nos hemos dado cuenta de que estamos en crisis y no hay trabajo.
Este reportaje muestra la deriva que estaba adquiriendo la revolución en Pz Cataluña. La verdad es que no creo que así se pueda arreglar las cosas. Formar un partido político es sencillo, que lo constituyan que esa es una regla básica de la democracia real y formal
http://societat.e-noticies.cat/una-placa-que-feia-fastic-53557.html
La indignación nunca fue una virtud política. Por una sencilla razón: aunque es capaz de destruir, es incapaz de construir. A mi modo de ver este fenómeno de los indignados es interesante por lo que tiene de manifestación de un proceso de sustitución de la opinión pública por la emotividad públicitada.
ResponderEliminarBueno, Rubalcaba no es nada mediocre. La verdad, me alegro. No lo votaré, pero me alegro. Chacones, pajines y pepiños, sólo de verlos me hacen temblar. El vice ("el vizconde es un conde bizco que no se sabe a qué parte conde", en retruécano más o menos quevediano) hace años que está brillantemente al servicio de, y buena culpa tiene, por tanto, de todos los males de la gestión socialista (en educación, ejemplo primordial), pero habrá que verlo como "conde".
ResponderEliminarLola: Un día me dijo Pujol: En España el zapaterismo ha triunfado ideológicamente". Así es. Si el conde viene a contraprogramar, bienvenido sea.
ResponderEliminar¡Amén! Estimado Gregorio, totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
–Usted ha conocido a muchos escritores, ¿de quién se está acordando más estos últimos días?
ResponderEliminar–Quizá de Calvino. Cuando le invité en 1983 a participar en un curso de literatura fantástica en Sevilla, en una conversación sobre la corrupción política, me dijo estas proféticas palabras: “La diferencia entre España e Italia es que los españoles roban con sentimiento de culpa y los italianos sin ella. Pero pronto no habrá diferencias”.
http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2011/05/28/espanoles-vez-parecemos-parte-sombria-italia/548913.html
La queixa és estèril sense un programa ben definit i persones capacitades per conduir-lo. Potser caldria recordar-los que la política la fem entre tots i que molts dels que es queixen mai han fet res per la "res publica".
ResponderEliminarUna abraçada.
http://enarchenhologos.blogspot.com/2011/05/indignats-pero-critics.html
Don Gregorio:
ResponderEliminarNada más falso que decir que la destrucción no es acto político.la destrucción es el acto político "par excellence".La guerra - muerte, comabate, mutilación quema- es padre de todas las cosas.Y no existe ni puede existir ni pueblo ni religión que no surja de las cenizas de otro pueblo o religión.
Pero claro, en las verdes tierras de la periferia, en la Atenas traidora y vendida al oro de Babilonia, esra cosa chic burlarse de la rusticidad lacedemonia, pero fueron los lacedemonios los que les salvaron el culo a los atenienses serpentinos, y los catellanos los que hicieron el trabajo sucio en España, etc....
Hasta los huevos de los gorditos periféricos está uno.
Y, por supesto, es propia de gente sin valor decir, como excusa para no afrontar el combate, que no se debe destruir lo intolerable sin tener alternativas por triplicado y deglosadas en veinte tomos. NO.La destrucción es el acto primero.
Por algo Caín es el fundador mítico de la civilización.
Y Platón y sus chicos, snobs desclasados e impotentes - y traidores, claro está.
Cuando la justificación para llamar 'democrático' al sistema partidista actual es un puente dirigido por el márketing que se abre cada cuatro años entonces la concepción que tenemos de la democracia está muy desvirtuada. La palabra 'real' no es un término vacío, el pueblo ha decidido poner en manifiesto que este sistema no es auténticamente democrático. Y digo 'auténticamente' porque el poder de decisión del pueblo se limita a la elección de una serie de partidos políticos, condicionados todos por las mismas reglas del juego, o si se prefiere, por el mismo sistema. Hablar del 'filósofo sabio' me parece absolutamente fuera de lugar y ridículo, pretender delegar todo el poder a un único individuo es defender el Leviatán de Hobbes, aceptar su justificación de la tiranía como válida. Aquellos que se niegan a la participación ciudadana en la política perciben al pueblo de forma socrática, como una masa incontrolada e irracional, mas esa visión es claramente errónea, pues la avanzada sociedad en la que vivimos es el fruto del esfuerzo colectivo, de modo que lo justo sería que el pueblo tuviese el poder de tomar decisiones políticas. Es inválido argumentar que el movimiento de los "indignados" no funciona porque en 15 días de existencia no han conseguido conclusiones concretas, es de agradecer que no lo hayan hecho, puesto que el no precipitarse y estudiar con paciencia y colectivamente la manera de ejecutar un sistema democrático participativo es una muestra de madurez colectiva. Por otro lado, la manera asamblearia de llevar a cabo este proceso es totalmente coherente con la búsqueda de una democracia participativa, de hacerse un partido político el movimiento sencillamente se perdería en la rueda de la representatividad. Las personas capacitadas para conducir este movimiento son el grueso del pueblo, arrogancia es pensar que no lo es. Citar a Churchill está fuera de lugar, puesto que este hombre nunca conoció la democracia, ni ninguno de nosotros. Defender que la democracia es que las decisiones políticas no sean tomadas por el pueblo es una contradicción. He leído que algunos de los comentaristas anteriores se quejan de que de las asambleas solo salen eslóganes pegadizos o "ingeniosidades"... "ceder el poder" individual a otro no es más que una metáfora y en ella se fundamenta el argumento democrático de la representatividad, en una triste me-tá-fo-ra. No vivimos en una democracia, vivimos en una oligarquía que se asoma al pueblo cada cuatro años sencillamente para hacerle sentir que participa del poder y así no ser subleve contra es status quo. Antes de continuar quiero haceros una pregunta: ¿Que el pueblo decida dar su apoyo a un dictador justifica democráticamente una dictadura? Otra: ¿no es a caso dictatorial que el poder decida cómo ha de participar el pueblo en el poder? Si el parlamento y los partidos votasen reformular las leyes en favor de una mayor participación popular podrían hacerlo, pero muy por el contrario, lo que hacen es recortar educación y sanidad, los dos pilares del estado del bienestar, rescatar a los bancos con fondos públicos y cobrar pensiones vitalicias, también con fondos públicos.
ResponderEliminar-continuaación-
ResponderEliminarA nivel teórico la democracia representativa es inauténtica y a nivel efectivo, también. Por otra parte, más arriba se habla del carácter "sumiso" del movimiento y como única explicación "qué hay de lo mío, Don José". ¿Qué pretende decir, que cada cual está allí mirado por lo propio? Eso es falso. Muchos de los indignados tienen trabajo y estudios, y van a las asambleas porque consideran que este sistema no funciona. El primer paso para solucionar un problema es detectar el error, y eso es lo que está asando en las plazas de todo el mundo. Como pueblo queremos arreglar los problemas que han generado nuestros representantes, ahora, que los defensores del sistema se escuden en que la burbuja inmobiliaria la ha inflado el pueblo es muy fácil, pero, para seguir con la metáfora ¿quien ha puesto el jabón? El pueblo actúa erróneamente porque está manipulado por la desinformación mediática, pero es tan inteligente que se ha levantado y ha dicho basta ya. También se habló de paternalismo... sobra decir que quienes ruegan por un gobierno paternalista es quienes abogan por una clase política que tome las decisiones por ellos, entre ellos muchos de los (auto)denominados intelectuales, que prefieren criticar el poder desde la comodidad del sofá a apoyar el cambio. Esa clase intelectual pasiva y ególatra no busca el cambio, le aterra, escriben sencillamente para ser leídos (principalmente por sus amigos). En definitiva, quien no apoya que el sistema sea reformulado en favor de la democracia es porque no confía en las personas, seguramente porque no las conoce, porque no sale de su pequeño círculo afín, porque tiene una mente cerrada. Hay quienes tienen tanto miedo del pueblo que temen que la masa enloquecida acabe por apoyar una dictadura, y por eso prefieren vivir en una oligarquía partidista. No queréis reconocer que esto no es una democracia, el pueblo no está gobernando, por eso se queja. El pueblo paga las consecuencias de los actos de una élite política ajena al pueblo. Y quienes apoyan el sistema partidista son concientes de que no viven en una democracia, y prefieren no hacerlo. Dado que vuestros conocimientos son tan sólidos y vuestras ideas tan claras os invito a ir a una asamblea popular a contraargumentar el movimiento de los "indignados", en lugar de esconderos en foros y blogs afines a vuestro pensamiento. Es vuestra oportunidad de dialogar con el pueblo, si la desaprovecháis abiertamente reconoced que no os gusta la democracia.
Dhavar: Comprendo -creo- lo que quieres decir, pero sigo manteniendo que el acto político fundamental es el de la instauración de la ley, que entiendo como una de las tecnologías del olvido de la naturaleza. Claro que la destrucción siempre se reserva la última palabra y que en el comienzo siempre hubo una usurpación, pero la política es posible porque para afirmar lo humano (el hombre como animal político, etc) es imprescindible una ignorancia selectiva. Creo que usted me entenderá.
ResponderEliminarDaniel: Le seré sincero (lo cual no significa que tenga razón, de la misma manera que la autenticidad de la indignación sólo nos muestra una indignación auténtica que no por ello ha de ser satisfecha) a mi me interesa muchísimo este movimiento por lo que tiene de patología democrática. Siempre he sospechado de la indignación moral (como saben bien los que siguen este café) porque me parece profundamente hipócrita. Por mucho que miro sólo puedo ver en los carteles que dan expresión a la indignación esta queja: la sociedad no nos quiere como quisiéramos ser queridos.
ResponderEliminarYo no me atrevería nunca a hablar en lugar del pueblo, pero sí sé que no se encuentra su voz en las asambleas de los indignados. En todo caso se encontrará una de sus múltiples voces.
No, hablar del filósofo sabio no es ninguna tontería, precisamente porque la imposibilidad de su realización nos pone de manifiesto los límites de toda acción de gobierno.
Sr. Luri:
ResponderEliminarLe entiendo perfectamente, y creo que Ud. a mi también. Respecto a la "emotividad política", su línea de fondo, bueno, es que poco hay que añadir, es exactamente como dice.Y es muy de temer, los que "sienten" mucho, niegan la palabra, por tanto la ley.El resto, viene rodado (palos y más palos, eso sí, envueltos en dulzura sentimental).
Sólo en la Biblia se ven modelos de actuación donde, a la vez, el rugido y la precisa división de las cosas ocurren a la vez y no se estorban.Es asombroso.
Daniel, leído con la atención que merece su comentario, me llevaría el tiempo del que no dispongo deshacer las contradicciones, incongruencias, usurpaciones y falacias que rebosa. En cualquier caso, cada vez que oigo a alguien hablar en nombre del pueblo, como en nombre de los españoles, los catalanes, etc., sé que no se me convoca a un diálogo sino a la orgía de la demagogia, y ahí no pinto nada, la verdad.
ResponderEliminarSobre las falacias:
ResponderEliminar1)"Antes de acabar con toda la clase política de un plumazo (o canutazo)" -Falacia ad hominem. Dicho de otro modo, la falacia del "perroflauta".
2)"He estado en Pl. de Cataluña y lo único que he visto han sido ingeniosidades del tipo "¿Donde está la izquierda? al fondo a la derecha" -La falacia de recurrir al ridículo. Crear juicios partiendo de que "he estado por Plaza Cataluña" es partir de la ignorancia. Si lees las propuestas concretas, que existen y son muchas, puedes refutarlas y serás ascuchado y tus palabras serán tenidas en cuenta, cosa que en el actual sistema político no ocurre.
Sobre propuestas concretas: "Quienes se sientan en el Congreso de los diputados no "representan" del mismo modo: a unos les cuesta casi diez veces más conseguir su acta, un desequilibrio que ha acabado distorsionando tan seriamente la representación popular que bien puede decirse que el Parlamento es lo que menos se parece al país del que nace." Precisamente la reforma de la ley electoral es una de las propuestas asamblearias consensuadas en toda españa.
- Su quieres aquejarme la falacia ex populo uso el término "el pueblo" porque el diálogo está abierto a todas las personas, sean o no ciudadanos, tengan la ideología que tengan, la voluntad es crear un consenso popular.
Uno no escoge la capacidad de indignacón. Ya me gustaria poseer la flema delos ingleses, Ahora, ante los 800.000 euros de Barreda o los muchos más del intragable R. Ibarra por los "servicios prestados", etc, si uno no se indigna tiene un problema de horchata en las venas.
ResponderEliminarVeo un clamor pidiendo alternativas, por tanto discúlpeseme el abuso y Ahí van las mías -2009-
SOLUCIONES (-hay otras?)
- Reducción de los sueldos públicos o no; control de la banca y energía, y creación de una infraestructura industrial básica.
- Activar ya las medidas clásicas -las tres erres- de manual básico de sostenibilidad. Aplicar el sentido común: reducción de los desplazamientos inútiles de mercancías y personas; envases retornables y promover el granel, artesania, etc.
- Habilitar grandes naves donde se ocupara gente, recogiendo, recuperando, y vendiendo aquello que no se utiliza.
- Considerar delito que los supermercados tiren la comida -toneladas - y que el ciudadano tire cosas en buen estado.
- Recuperar campos y dignificar a nuestro campesinado. Tener alimentos a mano es primordial.
- La básica energía: ocupar gente en el sector de las energías renovables y promoverlo. Por rentabilitat y ecología.
Hacer pedagogía elemental y del sentido común: con uno cosa tan sencilla como un buen jersey, ahorrariamos miles de millones en energía, y energía para el futuro. Cada grado un 8% más de consumo.
- Transporte colectivo constante y a todas partes.
- Lo más difícil para los gobernantes: mentalitzar a la gente hacia la austeridad, que la "fiesta" que todo el mundo creía perpetua se está acabando; que no se debe que repetir ni se puede sostener. Tant duro como obvio: no hay caviar para todos e ir a las Bahamas no es un derecho, como tampoco cambiar de coche en lugar de cambiarle piezas, y etc.
Menos consumo son menos horas de trabajo -y todavía habrá que repartirlo-, por lo tanto hay que promover el ocio creativo y desarrollo cultural. Y una pedagogía de valores empapando todos los ámbitos. Y para el que quiera trabajar más, trabajo siempre hay: rehacer los castillos derribados o restaurar catedrales. El tiempo fue la herramienta principal con que los antiguos lo levantaron.
Es importante desdramatizar: cobijo, comer, beber y vestir es lo único que realmente hace falta. Y no me puedo privar de decirlo: el drama auténtico es el deterioro ambiental y su olvido.
Cambiar el chip.
Bien, aqui está el Plan, y no precisamente de desarrollo."
Alguien las tendrá mejores. A ver si las conozco.
Son Utòpicas? Utopia és volver a crecer. Fin de la fiesta, amigos. Un punto amargo, como todas las fiestas, aunque más amargo és prolongar una fiesta ya sin bebida ni churros.
Sr Luri:
ResponderEliminarPor otra parte, aparte de su realidad fáctica o no - lo cual es completamente irrelevante- , el acto político fundacional de Occidente - su "código "máquina político- fue, precisamente, la matanza de un dios encarnado, donde lo mejor fue, como mandan los cánones, realizado por lo peor, pues todo nacimiento es "hora tenebrarum".
Y, así, se reintrodujo en la historia el primero de los mitos de fundación, -al que los Aztecas fueron fieles siempre, por cierto-: matar al dios y comérselo.
Toda la historia política posterior son réplicas de este modelo, precipitadas en cada giro por la figura demiúrgica apropiada para siempre por la "izquierda": El Profeta vetero testamentario.
En fin, la muerte no sólo es una putada extraordinaria, sino que hay que convenir que es el motor oculto de todo el sistema, el "partidor" primero.
total, los indignados acabarán diluyéndose en su pròpia incongruència y dispersiíon.
ResponderEliminarMe parece que la derecha social lo que teme es que Marianico y los del 3 por ciento tengan que enfrentarse a algo más que una huelga general cuando nos hagan entrar en la barbería.
ResponderEliminarNo encuentro otra explicación a las barbaridades,chocarrerías y medias verdades - que van mucho más allá de la "reductio ad Stalinum as usual"- que se pueden leer y escuchar sobre la muchachada en estos días.
Ah, pero... ¿Democracia "Real" no es lo que YA tenemos?
ResponderEliminarCarlos: Prefiero democracia Real que democracia re re@l. Estos días soñaba que un comisario político venía a mi casa a altas horas de la noche a interrogarme porque alguien me había denunciado por leer a Platón en la asamblea de barrio.
ResponderEliminarPuedo entender que un muchacho de 20 años crea que su grupo de amigos es más representativo de la voluntad popular que el parlamento de su nación. Me cuesta más entenderlo en el caso de adultos de 25.
Señor Luri, le pido disculpas por mi falta de cortesía en los comentarios del blog "En Compostela", de Ángel Ruiz.
ResponderEliminarLe ruego me perdone.
Suso.
Don Suso: Le acepto sus disculpas si se queda usted más tranquilo, pero no eran necesarias puesto que usted ha puesto en cuestión mis palabras, que es algo a lo que tiene perfecto derecho. Sería absurdo andar blogueando y que nos molestasen las críticas.
ResponderEliminarTiene usted razón Don Gregorio, pero dado que soy una persona susceptible siempre pienso que los demás lo son, y así ando, hoy sí y mañana tambien pidiendo perdón a la gente cuando me parece que alguna de mis afirmaciones se pasa de la raya.
ResponderEliminarSi es posible comprometer las proposiciones posibles y afectar el índice de los consensos efectivos hacia una salida más racional, las democracias podrán dejar de ser ese sistema pésimo que sufrimos porque todos los otros considerados son peores. No me refiero con esto a que la salida sea un condicionamiento mediático, sino a buscar desde las ciencias una tecnología de salud simbólica, que mantenga los órdenes imaginarios de las distintas poblaciones. Por el momento, ocurre esta dependencia de las posibilidades de modo espiritual, sólo para los que siguen o contemplan el sendero de la no-acción, del no-ser o del Absoluto. Pero el universo de las cosas, el de los seres observados y particularizados, seres que no son meros fenómenos sino fuentes de acción, preocupación e ilusión (sea ésta fantasía o ánimo), puede ser acercado paulatinamente hacia el centro, hacia el equilibrio o el periodo de esplendor o de paz, a un estado en el cual el repudio no gobierna sino que tensa las fuerzas con orden y sentido, de modo que esa existencia de cosas podría ser análoga a la de una música. Desconfío de la sociedad avanzada y de sus esfuerzos colectivos, del argumento del Sr. Daniel en favor del pueblo, tal vez porque mi contexto social no es europeo y enfrento sistemáticamente abuso e ignorancia, o porque veo con claridad que la producción también es ruido, mientras que los esforzados también son los violentos y aniquiladores, justificados sólo por sus motivos individuales. También desconfío de la ley, el principio que recuerda Don Gregorio, porque hace a un lado la existencia y conciencia de la incertidumbre, mientras abraza la fórmula escrita que pone en marcha complejizaciones e ignorancias particulares. Si ya existen aparatos, que además de ser invenciones de las ciencias, no son dependientes de ningún individuo, sino que se adaptan al comportamiento caótico o errante de las masas de sujetos y de decisiones, ¿por qué no sería posible diseñar un aparato que regule nuestra producción de sentidos proposicionales e imaginaciones? A priori no puedo afirmar que el sistema último es imposible.
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