Honor a Diodoro Cronos, que fue discípulo de Euclides. Murió de repente, de un ataque súbito de vergüenza que le robó el alma, al descubrir que no podía rebatir ante sus alumnos una objeción que le habían planteado.
Me contó Julián Marías que en una ocasión había tratado con Ortega de alguna cuestión sobre la que discrepaban. Por la tarde volvieron a reunirse y Ortega le dijo: "sobre lo que hablábamos esta mañana, he de reconocer que usted tenía razón. Para que vea que doy mi brazo a torcer".
Desde luego, la de Ortega me parece una salida mejor que la de Diodoro Cronos. Se puede ser sentido... ¡pero tanto!
Rafael: Yo suelo recordar aquella salida de Hegel cuando alguien le hizo observare no sé qué hecho que no casaba con su sistema: "¡Pues peor para el hecho!". ¡Estos filósofos....!
Bien por Ortega y especialmente bien por Marías, por rebatir al tronante y no salir calcinado.
Me contó Julián Marías que en una ocasión había tratado con Ortega de alguna cuestión sobre la que discrepaban. Por la tarde volvieron a reunirse y Ortega le dijo: "sobre lo que hablábamos esta mañana, he de reconocer que usted tenía razón. Para que vea que doy mi brazo a torcer".
ResponderEliminarDesde luego, la de Ortega me parece una salida mejor que la de Diodoro Cronos. Se puede ser sentido... ¡pero tanto!
Rafael: Yo suelo recordar aquella salida de Hegel cuando alguien le hizo observare no sé qué hecho que no casaba con su sistema: "¡Pues peor para el hecho!".
ResponderEliminar¡Estos filósofos....!
Bien por Ortega y especialmente bien por Marías, por rebatir al tronante y no salir calcinado.