II
Hablo con alguien que se duele de haber conocido a las puertas de sus sesenta años a Jean-Claude Michéa.
- Michéa -le digo- es, además del intelectual más leído de todos los mundos posibles, un hombre de izquierdas al que la izquierda francesa no perdona su crítica de la «religión progresista».
- Quizás los hombros de mis gigantes -me contesta- no eran tal altos cono yo pensaba, por estar abducidos por esa religión.
- Entiendo y comparto tus sentimientos, pero nunca es tarde para comenzar a practicar un pensamiento cuyas conclusiones no vengan ya predeterminadas moralmente en sus premisas. ¡Qué difícil es pensar sin miedo a hacernos daño! Pero hay que estar alerta con el pensamiento balsámico, tan traicionero y tan reconfortante.
III
Entre las cinco y las siete de la mañana: estas son las mejores horas del verano. Pongo mi sofá junto a la ventana abierta de par en par y me siento a leer o a escribir. Aún tardarán a anunciarse los mails.
IV
Comienzo a escribir mi artículo para el ARA del sábado. Primera frase: «Aldous Huxley decía que un intelectual es alguien que ha descubierto algo más interesante que el sexo». Vamos bien.
Debe ser la edad. Yo cada día me despierto más temprano. Ya es normal hacerlo entre 05:30m y 06:00. Y suelo acostarme, como de costumbre, sobre las 00:30.
ResponderEliminarA mí tb me pasa, llevo un més aprox. Despertándome a la 5.45-6.00
EliminarPero la verdad, es que a las 22.00-22.30 ya estoy dormido.
A mía las 21:00 me comienza a sitiar el sueño; a las 22:00 su presencia se hace imperial. A las 22:30, me rindo.
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