Tras pasar unos días a mil metros sobre el nivel del mar en la Sierra de la Demanda, este calor mediterráneo, húmedo, pegajoso, mefítico, ampuloso, de charca hirviendo, agotador... me tiene sumido en un mal humor del que solo me saca la euforia de la selección española de fútbol y la cerveza helada (preferentemente las dos cosas al mismo tiempo).
III
He vuelto a La vida de Plotino de Porfirio. La tengo que acabar ya. Ahora estoy con las notas a pie de página. Me doy cuenta de hasta qué punto puedo alterar la lectura del texto principal con una nota a pie de página y por eso cada vez que pongo una le pido perdón a Porfirio... pero es un perdón hipócrita y sesgado, que tiene algo de orgullo. Obviamente de lo que sucedió en la historia de la filosofía tras Porfirio, aunque yo sepa poco, sé más que Porfirio.
IV
¿Por qué la meritocracia y la ética del esfuerzo están bien vistas en el fútbol y resultan sospechosas en la escuela? ¿Es menos democrático el esfuerzo físico que el intelectual?
Quizás sea porque nadie paga por ver a estudiantes deslomarse en una competición intelectual.
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