viernes, 14 de mayo de 2021

Cansancio

Me he levantado esta mañana cansado. Como si hubiese pasado la noche corriendo. Toda la actividad desplegada en Madrid parece pasarme ahora una onerosa factura. Sin embargo, no he podido dedicarme a mascar la nada -que es a lo que se dedica algún personaje de Delibes en su inactividad-, porque por la mañana tenía un Zoom con una periodista de Radio 3 y por la tarde una entrevista en el programa La Tarde de la Cope, con Fernando de Haro. He llegado a casa reventado. Aún así he sacado fuerzas de flaqueza para perder contra mi voluntad una partida a las damas con mi nieto B.

La diferencia entre un buen y un mal entrevistador es que el bueno te arranca los titulares, mientas que al malo se los tienes que servir tú en bandeja. Josep Maria Espinàs me advirtió hace tiempo que hay periodistas a los que tienes que responderles lo que te parezca, sea la que sea la pregunta, si pretendes que la entrevista salga bien.

Una mala noticia. Este año los dos cerezos de nuestro jardín habían florecido con una generosidad esplendorosa y nos prometían una decente cosecha de cerezas (o sea: un par de docenas). Por las razones que sean, sólo quedan 3. Las otras se han secado en las ramas sin apenas alcanzar a tomar forma. Nuestros cerezos son uno de esos amores fatales que te frustrarían un poco si te correspondieran plenamente.

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