Ayer me llegaron dos sorpresas.
La primera, desde Amsterdam, esta reproducción de una foto de Serge y Malaquais en Acolman, en el Valle del México. Digamos que me pareció un bonito detalle por parte de la persona que me la envió, especialmente porque junto a la foto encontré 100 páginas de correspondencia entre Serge, Malaquais, Gorkin...
La segunda... amigos, la segunda... esto ya son palabras mayores: que una parisina te envíe este vídeo es algo que uno no había creído poder merecer nunca. Aún no he recuperado mi ritmo cardiaco habitual
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