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sábado, 13 de enero de 2018

Finlandia: ¿el juguete roto?



11 comentarios:

  1. Ahora que ya no nos escucha nadie:

    Lo de Finlandia es un experimento natural muy esclarecedor, porque prácticamente nada ha cambiado, salvo un factor. Ninguna de las causas que se han aducido como fundamentales para el éxito finés durante los últimos lustros (ya sabes, calidad del profesorado, métodos modernos o antiguos, las costumbre de leer, el dinero invertido y muchas más que ya he olvidado) han sufrido modificaciones sustanciales.

    Sin embargo, apenas nadie se está fijando en estos hechos: que hay una caída considerable y escalonada a lo largo de una década en todas las materias salvo en lectura, que parece haberse detenido en 2015 (y eso que es un caso único en la historia de PISA); que algún investigador finés (Pashi Shalberg) ya advirtió que las evaluaciones internas estaban apuntando a una caída de cuarenta puntos en PISA; y que otras evaluaciones internacionales (TIMSS especialmente) ya habían detectado las debilidades de Finlandia a edades más tempranas.

    Los que antes hablaban constantemente de Finlandia se dividen en dos: los que no se han enterado de la debacle y siguen alabando su sistema, y los que lo saben pero ni se lo explican ni rectifican lo antes expresado.

    El problema es que el causante es el rey desnudo de la educación contemporánea: sabemos que actúa y es detectable a edades tempranas (9-10 años), que lo hace escalonadamente (es decir, no actúa de golpe, sino que se va agravando según pasa el tiempo), y que es el único cambio de calado que ha existido en el sistema educativo finés recientemente.

    También sabemos que ese factor ha precedido otras debacles en diversos países (aunque en tiempos anteriores a PISA, y no se ha visto de forma tan evidente). Pero ya nadie habla de este factor.

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    1. Sepa usted, don José Manuel, que cuando lo veo venir, saco la alfombra roja.

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    2. No sé si está al tanto de que Pashi Shalberg se ha trasladado a Australia y que su llegada a este país está provocando grandes polémicas.

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  2. Veo que el problema es interesante. Los australianos parecen haber derivado hacia una falacia clásica: un sistema que funciona bien sale bien en las pruebas, luego hago que mis alumnos se preparen las pruebas y eso querrá decir que mi sistema funciona bien. Pasi defiende, con toda lógica, que ese no es el camino, pues así abandonas el fin de la escuela.

    Cuando miro un debate así y lo comparo con lo que estamos viendo en el Congreso español, me sonrojo. Allí discuten, más o menos acertadamente, sobre la mejora real, aquí sobre la mejor forma de mantenerse en la mediocridad.

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  3. Efectivamente, el debate en Australia está muy vivo y es enormemente interesante. Hay que decir que Pashi Sahlberg se ha encontrado con una recepción muy crítica por parte de algunos sectores educativos que lo consideran, precisamente, uno de los responsables de la caída de resultados en Finlandia. De lo que estamos viendo en el Congreso, prefiero no hablar.

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  4. Disculpen la ignorancia... ¿Podrían explicitar ese "rey desnudo de la educación contemporánea"?
    Gracias por los comentarios.

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    1. Sí, lo siento. Aunque algo se ha dicho más abajo, el olvidado de todos los análisis es el currículo. Según la ley finesa, el currículo debe revisarse y reelaborarse cada diez años, y el último gran currículo fue el de 1994, mientras que el de 2004 decidió rebajar los objetivos y sustituirlos por métodos (y el de 2014 es aún peor).

      Es algo que no se suele contar, pero el gran secreto de que Finlandia se encontrara tan arriba en la primera década del siglo se debió a una decisión que tomaron unas décadas antes: hacer común el currículo de Bachillerato. Todos los países europeos tenían dos vías a partir de los diez años, más o menos: una considerada básica y otra para los que iban al bachillerato superior y la universidad. Cuando llegó el currículo comprehensivo, todos los países convirtieron en común la vía básica, con algunos añadidos, pero Finlandia, debido a las protestas de los profesores (lo raro no fueron las protestas, que las hubo en todos los sitios, sino que les hicieran caso), se eligió como vía común la del Bachillerato, con algunos recortes.

      Esa decisión suponía unas dificultades técnicas muy importantes, y les llevó a establecer unos sistemas de refuerzo temprano magníficos, a tener un profesorado sobresaliente, a diversificar en los últimos años, etc. Es decir, a todos aquellos factores que se han considerado responsables del éxito de su sistema educativo. También a perfeccionar el currículo, cuyo culmen es el de 1994. En 2004 lo cambian por un currículo sustancialmente más débil, y todos los factores que se creían responsables del éxito se quedan sin base y dejan de importar.

      Siento la extensión, pero es difícil explicar esto en dos líneas.

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    2. No se disculpe por la extensión... un placer leerle. Le animo a pasarse más por esta casa.
      Un saludo,
      Eric.

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    3. Yo también lo animo. Háganme caso: nadie conoce las tripas del sistema educativo español mejor que Lacasa. Detrás de cada palabra que dice hay muchos, muchos datos analizados.

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  5. La verdad es que no sé la participación de Shalberg en la elaboración del currículo de 2004, la verdadera causa de la caída de Finlandia en estos años, pero sí sé que fue de los primeros en dar el aviso de que iban por mal camino. No estoy de acuerdo con él en muchas cosas, y la idea de trasplantar medidas de un país a otro es una de ellas. Creo que primero hay que entender cómo funcionan, pensar qué ocurriría con ese funcionamiento en un país con una cultura e incentivos distintos, y sólo entonces aplicarla... a pequeña escala. Medidas que funcionen bien en todos los sitios hay muy pocas, la verdad.

    Sobre el "Santo Pacto" de nuestro país, dan ganas de no hablar, pero es que la que nos va a caer encima va a ser gorda. Sólo he escuchado un argumento pro-pacto válido (es decir, no desiderativo), y que es de López Rupérez: si no hay pacto, el lío legislativo va a ser considerable (y hay ese lío legislativo precisamente por las perspectiva del pacto). Lo demás se basa en las supuestas virtudes taumatúrgicas del pacto, y evidentemente no tiene ninguna.

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