La familia, como decía Armando Palacio Valdés en su Testamento literario, es “el regazo en que caemos al nacer”. Necesitamos el calor de este regazo para mantenernos cálidos a lo largo de nuestra vida. Tanto es así que aquél a quien el hado le ha deparado “un nido helado, nunca podrá echar de sus huesos el frío”.
Obviamente no todos los regazos son acogedores. La frase “un nido helado, nunca podrá echar de sus huesos el frío” es como un refrán, extraordinaria visión la del escritor.
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