De Menéndez Pelayo a Valera. 22 de enero de 1895:
"Me afligió mucho la boda de Isabelita Parladé, y he andado mustio y cariacontecido bastante tiempo. Cuando acabe de pasar esta penosa impresión buscaremos sustitución conveniente y agradable antes de que la fría vejez se eche encima con todo su cortejo de alifafes"
De Valera a Menéndez Pelayo. 3 de febrero de 1895:
"Me alegro de que usted se halle curado de su pasión por la bigotuda Isabelita. Usted no sólo debe consolarse, sino imitar además a aquella tirana, casándose como ella. En esta casa... todos muestran predilección por Isabelita Lisbra... Dicen que es graciosa, elegante y buena. No es pobre, y económica y hacendosa. Su conversación es muy agradable, y sabe bailar y escribir perfectamente en cuatro o cinco idiomas... y posee diez o doce mil pesetas de renta o más y un precioso hotelito en Biarritz. Conque ánimo, y trate usted de casarse con ella."
Isabel Parladé y Heredia era hija de los Condes de Águila. Don Marcelino se interesó, por medio de un sacerdote de confianza, por las posibilidades que tenía con esta joven. Desde el primer momento le hicieron saber que ninguna. Con la otra Isabelita tampoco tendrá suerte. Y solterito se quedó.
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