Joaquín Bartrina (1850-1880):
Sé que el rubor que enciende las facciones es sangre arterial.
Que las lágrimas son las secreciones del saco lagrimal.
Que la virtud que al Hombre al bien inclina y el vicio sólo son
partículas de albúmina y fibrina en corta proporción.
Que el genio no es de Dios sagrado emblema: no, señores, no tal.
El genio es un producto del sistema nervioso cerebral.
¿Hay nada, vive Dios, bello como la fórmula algebraica C=π r 2?
Mas, ¡ay!, que cuando clamo, satisfecho, ¡Todo lo sé!
Siento aquí, en mi interior, dentro mi pecho, un Algo... ¡un no sé qué!
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