Lo que creo que cambia es que ahora son los propios maestros los que piensan que así se va a cambiar la educación. Antes todavía había que venderle esos inventos a quienes educaban.
Cuando yo era un alumno de primaria, allá por la segunda mitad de los años sesenta, recuerdo alguna noticia de televisión en que se anunciaba que en un próximo futuro, las clases se harían por la televisión, los niños no iríamos al colegio y estudiaríamos todo desde casa. Todavía ando esperando dicha buena nueva, que seguro regocijó a los pedagogos de entonces. Lo que hay es mucho fetichismo tecnológico y mucho indocumentado con título universitario que cree que el mundo y la educación han empezado con él y los demás, que tenemos unos añitos, vivimos sumidos en las tinieblas de la senectud. Corren por ahí documentos muy bonitos para la enseñanza de materias universitarias, por ejemplo en las áreas de Humanidades y de Ciencias Sociales; visualmente atractivos, con un redactado desenfadado y al gusto (se supone) del alumno, elaborados por profesores jóvenes e "innovadores", a veces acompañados de vídeos estupendos...pero con errores importantes, algunos realmente de órdago, fruto de una mezcla de ignorancia y suficiencia, que les lleva a hablar de todo sabiendo más bien poco, poquito. Otra cosa relevante: lo habitual es un cierto conocimiento de la bibliografía más reciente y un desolador desconocimiento de las obras fundamentales; es más, da la impresión que incluso esas obras recientes se conocen a través de reseñas o de exposiciones o seminarios, pero no por una lectura directa. Y no estoy exagerando. Pedro
Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad (La Verbena de la Paloma, 1894).
ResponderEliminarLo que creo que cambia es que ahora son los propios maestros los que piensan que así se va a cambiar la educación. Antes todavía había que venderle esos inventos a quienes educaban.
ResponderEliminarYo sospecho que más bien son los padres los que están tirando de los maestros, creándose así una sutuación que promete muchas sorpresas. Al tanto.
ResponderEliminarLo de siempre, confundir medios y fines.
ResponderEliminarCuando yo era un alumno de primaria, allá por la segunda mitad de los años sesenta, recuerdo alguna noticia de televisión en que se anunciaba que en un próximo futuro, las clases se harían por la televisión, los niños no iríamos al colegio y estudiaríamos todo desde casa. Todavía ando esperando dicha buena nueva, que seguro regocijó a los pedagogos de entonces.
ResponderEliminarLo que hay es mucho fetichismo tecnológico y mucho indocumentado con título universitario que cree que el mundo y la educación han empezado con él y los demás, que tenemos unos añitos, vivimos sumidos en las tinieblas de la senectud.
Corren por ahí documentos muy bonitos para la enseñanza de materias universitarias, por ejemplo en las áreas de Humanidades y de Ciencias Sociales; visualmente atractivos, con un redactado desenfadado y al gusto (se supone) del alumno, elaborados por profesores jóvenes e "innovadores", a veces acompañados de vídeos estupendos...pero con errores importantes, algunos realmente de órdago, fruto de una mezcla de ignorancia y suficiencia, que les lleva a hablar de todo sabiendo más bien poco, poquito. Otra cosa relevante: lo habitual es un cierto conocimiento de la bibliografía más reciente y un desolador desconocimiento de las obras fundamentales; es más, da la impresión que incluso esas obras recientes se conocen a través de reseñas o de exposiciones o seminarios, pero no por una lectura directa.
Y no estoy exagerando.
Pedro