La empatía es la capacidad de identificarse con alguien y de compartir sus sentimientos. Lo que nunca está claro es si ese "alguien" con el que creemos identificarnos es algo más que una imagen aproximada del alguien real.
(B., estoy escuchando el preludio de la sinfonía número 4 de Charles Ives).
Para asegurarnos nuestra identificación con alguien, previamente debiéramos entenderlo bien, pero tampoco está claro qué quiere decir esto. ¿Significa entenderlo de manera objetiva y precisa, de manera superior a como él se entiende subjetivamente a sí mismo o significa entenderlo exactamente de la manera como él se entiende a sí mismo?
¿Pero acaso alguien se conoce a sí mismo?
"De lo que se trata en la vida", escribe Phillip Roth en su Pastoral americana -y Roth de estas cosas sabía mucho- "no es de entender bien al prójimo. Vivir consiste en malentenderlo, malentenderlo una vez y otra y muchas más, y entonces, tras una cuidadosa reflexión, malentenderlo de nuevo. Así sabemos que estamos vivos, porque nos equivocamos".
Insisto: ¿Por qué habríamos de entender al otro si no nos entendemos a nosotros mismos? Quien no tenga alguna zona de su alma en penumbra, que levante la mano.
"Nadie me conoce mejor que yo mismo", nos confesó el gran San Agustín, "y, sin embargo, no puedo estar seguro de lo que haré el día de mañana."
Conclusión: la empatía es la forma beata de la incomprensión.
Nota: cuando ustedes vean aparecer muchos posts en este café, es que estoy de Rodríguez.
Excelente conclusión, Gregorio. Será una paradoja, pero la empatía puede acabar haciéndonos antipáticos, por esa incomprensión radical de uno mismo y del mismo de los otros.
ResponderEliminarEn este caso nos vale el intento honesto...
ResponderEliminar¿Ha concluido el "rodrigato"?
ResponderEliminarHablando de empatía, leí hace un tiempo este libro, interesante: https://www.amazon.es/Empat%C3%ADa-Cero-Teor%C3%ADa-Crueldad-Alianza/dp/842060917X
ResponderEliminarBaron-Cohen no trata la 'precisión'de la empatía o el grado de realidad que muestra, sino los casos en los que no existe (y por qué no tienen que ser necesariamente malos).