En El Café de Ocata el humo que sale de los pulmones de esta santa mujer no sólo es purificante sino que otorga, al respirarlo, indulgencias plenarias.
Es arriesgado traer a La Otra a tu café. Ya sabe usted lo que cantaba don Antonio: "La otra es el amor prohibido complemento de mis ansias y a quien no renunciaré"
¡Bello Agente Provocador!
ResponderEliminarCon la ley antitabaco es el único café al que puede acudir la pobre.
ResponderEliminarEn El Café de Ocata el humo que sale de los pulmones de esta santa mujer no sólo es purificante sino que otorga, al respirarlo, indulgencias plenarias.
EliminarAgente Provocador sólo tengo uno. Ésta señora es La Otra.
ResponderEliminarDebí haberlo puesto con minúsculas. Qui hábet aures audiendi, ándiat.
ResponderEliminarExquisita! Quizás pudiera usted traerla más a menudo...
ResponderEliminarEs arriesgado traer a La Otra a tu café. Ya sabe usted lo que cantaba don Antonio:
Eliminar"La otra es el amor prohibido
complemento de mis ansias
y a quien no renunciaré"