Pla, grande, grande.
Desde que Anna Punsoda me pasó el enlace de este vídeo, ando enganchado a Pla, a su mirada, sus palabras y sus silencios, a los microgestos que atraviesan su cara, a su cigarrillo y su boina. A su ironía, siempre contenida, porque anda siempre embridando su inteligencia. A esos "¿No lo cree usted?" o "¿Usted me comprende?" o "¡Déjelo, déjelo!"con que se blinda tras un parapeto de cordialidad cuando quiere."¿Qués es la felicidad?", le pregunta Soler Serrano. "¡No tener envidia!", contesta inmediatamente. "A partir de los 35 años -dice en otro momento- el que sigue leyendo novelas es un cretino". Me ha quitado un peso de encima. Pero lo que me interesa subrayar aquí es su tesis de que "el español, me parece a mí que es un hombre insatisfecho" (1:04:14). Llevo varios días dándole vueltas a la idea. Y me parece que lo clava.
Efectivamente: Como los mendigos alimentan sus pulgas, nuestra insatisfacción satisfechos nutrimos.
Noticias sobre mi vida de Rodríguez: Hoy trabajos intensivos en el huerto: cavar y cavar. Tengo las manos despellejadas.
Efectivamente: Como los mendigos alimentan sus pulgas, nuestra insatisfacción satisfechos nutrimos.
Noticias sobre mi vida de Rodríguez: Hoy trabajos intensivos en el huerto: cavar y cavar. Tengo las manos despellejadas.
Supongo que sabía bien lo que era la envidia, fue un gran envidioso, al menos en su juventud y parte del resto. He visto muchas veces esta entrevista y también me parece muy mal eso de las novelas que yo, gran consumidora del género como muchas damas -les mujeres leemos bastante más novela que los hombres, en general, en todas las edades- me he tenido que oir en muchas ocasiones, 'lo decía Pla!'
ResponderEliminarSobre lo de los españoles, no opino. No sé si el hombre está satisfecho en algún país, vaya.
Lo que me maravilla es que en el 76 se hiciesen entrevistas así, Soler Serrano no era santo de mi devoción hasta que realizo este programa, que aún se mira, compra y admira.
Pla, además de irónico era un gran cínico, vulgarmente hablando. Lo cual no le quita méritos literarios ni de brillantez 'múrria'.
Y misógino, ep.
He conocido a varias personas que trataron con Pla. Ninguno me ha hablado bien de él. Pero a mí -que nunca lo traté- estos personajes nietzscheanos me parecen la sal de la tierra. Recuerdo un artículo de Teresa Pàmies reivindicando su figura en el tardofranquismo, cosa que me permitió descubrir lo singular que era este espécimen humano.
ResponderEliminarMe cuentan que su huerto cabe en una maceta. Debe de arar con útiles diminutos, frágiles juguetes como si quisiera dar de comer a los niños que quisiéramos ser, sin atragantarlos.
ResponderEliminarLos frutos que cosecha deben de alimentar al o a los espíritus. Son alimentos verderos, sin duda. Frutos artísticos
........alimentos verdaderos........
ResponderEliminarSon tan pequeños que sobran letras
Don Pierres, don Pierres... Cuando quiera se trae la tienda de campaña y podrá acampar entre pimientos, tomates y berenjenas... Véngase a Ocata, ande, y le enseñaré en que ando metido.
ResponderEliminarYo también soy muy de Pla, y hasta me inventé una etiqueta en el blogg para él: aPLAuso. Sobre mujeres y novelas, dijo que la mujer perfecta es la que cocina y lee novelas, se entiende que para que se las resumiera luego.
ResponderEliminarYo de mujeres no hablo en ausencia de la mía.
ResponderEliminarPla posiblemente es una persona demasiado inteligente para estar en paz con el mundo y demasiado sensato como para dejarlo traslucir... pero se le escapa.