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viernes, 26 de agosto de 2011

El precio de la soberanía

Tiene, comme d'habitude, razón Quiñonero. El PSOE y el PP han pactado la derogación constitucional del socialismo. Claro que "pactar", en este caso, no sé si es la palabra exacta. Podrían no haber pactado y atenerse a las consecuencias. Ya se sabe que en política con mucha frecuencia lo mejor es enemigo de lo bueno. No es bueno, desde luego, renunciar a la soberanía ("¿Soberanía? ¿Qué es eso?", podrían preguntarnos un griego o un portugués), pero es que si no te puedes pagar la soberanía de la que haces gala, estás en manos de quien te presta dinero para ir tirando. Así que nos tenemos que tragar la imposición de Merkel y el BCE que, en resumidas cuentas dicen que la soberanía, es de quien puede pagársela al contado. Lo mismo que el socialismo. En definitiva, que seguimos viviendo a la sombra de la República de Weimar.

Por el hecho de vivir con interés los acontecimientos políticos de los últimos años deberían convalidarnos la mitad, al menos, de una licenciatura de ciencias políticas.

6 comentarios:

  1. Y que lo diga Don Gregorio! Anda ya ese título!!
    Parece que Francia ha aprendido algo del periodo de weimar. Ya no invade cuencas mineras, ahora las compra!!
    ¿Quién dijo que lo que tenian en común los ciudadanos europeos era la cultura americana? Show me the money!
    un abrazo

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  2. Me encontrado con esto por ahí.

    http://johntaylorgatto.com/chapters/index.htm

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  3. Todavía hay quien cree que por poner algo en la Constitución (Española, no nos olvidemos), entonces eso se va a cumplir.
    Puede producir sentimientos de ternura la "criatura", pero no se puede caer en la indulgencia: no ha aprendido nada y no se le puede convalidar nada.

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  4. Claudio: Gracias. Conozco bien a Gatto y lo peor de todo es que creo que tiene razón en más de una cosa, aunque no por los motivos que él cree.

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  5. Las deudas no son de izquierdas ni de derechas sino de rumbosos manirrotos que viven en la ficción, por encima de sus posibilidades, que no deja de ser nombre curioso para la modestia o la indigencia. La experiencia personal en la administración de lo de cada cual nos debería llevar al conocimiento de que vivir de prestado tiene dolorosas consecuencias. ¿A cuántos de los que se han empeñado hasta la nuca, bastante más allá de las cejas, les pusieron una pistola en el pecho para firmar sus ficciones correspondientes? El sistema económico tiene también esa otra cara satánica: haz un pacto conmigo y vivirás en la gloria; pero saber resistirse, a fuerza de seguir en la modestia y la realidad es lo que toca. Debo de ser anticuado, aunque yo prefiero considerarme antisistema: hasta que no tengo, no gasto. Jamás he comprado con lo que no tenía. Sí, soy un hueso duro de roer para el sistema, y si hubiera muchos como yo, ni que decir tiene que el sistema, montado sobre el consumo irresponsable, se iba al garete... ¿o ya se ha ido?
    Estando ocioso y distante me perdí el acalorado debate sobre la JMJ. Un apunte: me hubiera parecido un fracaso personal ver a mis hijos entre los extáticos peregrinos; del mismo modo que me lo hubiera parecido verlos entre los energúmenos cuyo concepto del respeto democrático y de la ética individual en nada se compadece con la tolerancia y la libertad individual, fundamentos de la convivencia.

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  6. y yo que sigo acodándome de los 400€

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