Mi agente provocador me ha llevado esta mañana a mi tienda de discos preferida, el "Wah-Wah" de la calle Riera Baixa, y una vez allí me ha regalado lo que todo niño goloso desearía que le regalaran sus padres, o sea, dos horas de completa impunidad en una pastelería. En mi caso tenía que elegir discos, a mi antojo.
Esos han sido los objetos de mi codicia:
- Anna King, "Back to Soul".
- Jula de Palma, "In Jazz".
- Pat Thomas, "Jazz Patterns"
- Ella Fitzgerald y Duke Ellington, "The Duke Ella's Way".
- Dinah Washington, "I don't hurt anymore".
Y aquí estoy, relamiéndome.
Me alegra saber que todavía hay quién escucha y compra discos 'normales'.
ResponderEliminar¡Yo quieroooo! Que pa eso es finde.
ResponderEliminarMira por dónde, anoche me encontré leyendo esto:
ResponderEliminar"'That was it,' said Umfraville, 'I've expected you've heard of a French marshal called Lyautey. Pacified North Africa and all that. Do you know what Lyautey said was the first essential of an officer? Gaiety. That was what Lyautey thought and he knew his business. His own ideas of gaiety may not have included the charms of the fair sex, but that's another matter."
Anthony Powell, The valley of bones.
Claudio o las biografías de los senderos que se entrecruzan. Me encanta la última frase.
ResponderEliminarJúlia: Mi madre que era muy lista ya me lo decía: "El agua, hijo, siempre va a l'hondo". Y así es.
ResponderEliminarMujerárbol: ¡Eso sí que no! Yo no comparto mi Agente Provocador con nadie.
ResponderEliminarSo Sorry.
Claudio: Claro que igual no hay que hacer siempre caso de lo que dicen por ahí
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