O sea, que no hay tiempo que perder.
Desde las 13,30 del viernes estoy oficialmente de Rodríguez. Así que a las 14 h tenía comida en cada de D., que es una mujer tan fantástica que es capaz de invitarte a una ensalada mozárabe (amén de otras suculencias que ahora no me voy a poner a desgranar) cuya preparación le lleva dos días. Estaba J., su marido, E. y El Ogro Romántico, al que en su avanzada adultez han operado de fimosis.
Ayer, cena en Caldetes, porque el verano no sería verano sin el reencuentro con Carmen y Juan Pedro Quiñonero. Además estaba la gran Mercé Ibarz, así que miel sobre hojuelas. Buen cava, buen vino y buena mesa en primera línea de playa. ¡Bendito sea Dios!
Hoy como con mi gata, Bacallà Salat, atún a la plancha y un par de tomates. Que, como se dice en catalán, "cal fer bondat".
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