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martes, 16 de agosto de 2011

El papa y las cadenas.

Articulo de John Carlin en El País.


7 comentarios:

  1. Me parece increible que incluso en estas páginas se pueda caer en tal cantidad de tópicos. !!Por supuesto !! y siempre desde el más profunto respeto al "otro" que cada uno haga lo que crea que debe hacer, que crea en lo que quiera creer y que hable, desde la libertad, de lo que quiera hablar, !por supuesto que si! pero dicho esto que nadie se lleve a engaño (lo honesto no es no follar sino no engañar) todo este circo no es el propio de un estado no confesional: calles cerradas al tráfico hasta el lunes en el centro de madrid, centenarees de aparcamientos deshabilitados para poder ser utilizados por los autocares de los "peregrinos" e institutos habilitados como centros de acogida, total un cúmulo de molestias, incomodidad y desgaste (el de los centros públicos utilizados por los peregrinos). Y por favor !no volvamos con los buenos cristianos!, ni con los pederastas y etc. etc. etc, Buenos y malos los hay en todas partes
    y lo son porque lo son, no hacen el bien o el mal por ser cristianos, lo hacen porque son buenas o malas personas. Lo del incordio y la desfachatez es otra cosa

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  2. Beba: Efectivamente, "incluso en estas páginas". ¿Desde cuándo un Estado no confesional ha de imponer su noconfesionalidad a la sociedad civil? Me refiero, claero está, a un Estado democrático.

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  3. La verdad es que el "laicismo indignado" patrio, que tiene por uno de sus referentes a Sam Harris (él al menos hace caja sin que se le conozca mayor mérito), es bastante bobito.
    Qué fastidio para los ateos-no-asociados tener que estar siempre desmarcándonos de tanto berrinche.

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  4. Antonio: Un ateo no católico tiene todos mis respetos.

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  5. un Estado no confesional ha de imponer su no confesionalidad (la del Estado) a la sociedad civil desde siempre, si se me permite una respuesta simple a una objeción simple. Ello no quiere decir que el Estado deba imponer a la sociedad civil que ésta sea aconfesional, pero sí debe imponerle que el Estado lo sea (no consigo explicarme mejor). Un problema es que la Constitución establece una "aconfesionalidad de inspiración católica", y no digo que sea un problema en sí mismo (es decir, que no me quejo de ello), sino que es fuente de problemas (es decir, de quejas) y es que que ampara una dedicación política y económica que el Estado no dedica evidentemente a ninguna otra religión (lo cuál, insisto, no es para mí motivo de queja, y dudo mucho que sea para otros más que un pretexto)

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  6. En mi caso, depende. No es algo inquebrantable.
    Digamos que al menos sí tiene todos mis respetos como punto de partida.
    Lo mismo para cualquier otra persona, dicho sea de paso.

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