La expresión "niqab laïc", que podemos traducir por "nihab laico" o, incluso, por "burka laico" es utilizada por el filósofo Damien Le Guay en su libro La Cité sans Dieu, para referirse al fondamentalismo laico que pretende erradicar la religión (muy especialmente la católica) por considerarla un instrumento de alienación mental. Los miembros del "niqab laïc" suelen utilizar dos tipos de argumentos que no parecen muy compatibles entre sí: (1) La religión es alienante porque inspira miedo en el creyente (es la vieja crítica de Epicuro) y (2) la religión es alienante porque es inauténtica, es decir, porque reconforta y oculta la finitud del hombre (es la crítica moderna de Heidegger).
Parece una versión más de lo que notaba Chesterton: la mitad de los ateos acusan a religión de ser la máscara blanca de un mundo negro; la otra mitad, de ser la máscara negra de un mundo blanco. http://chesterton.wordpress.com/2008/02/
ResponderEliminarExactamente
ResponderEliminarUniendo a ambos, bien prodría decirse que la religión crea un problema para luego venderte la solución, una política empresarial magnífica.
ResponderEliminarCon ese apellido del autor he creído que la entrada era una broma. Ustedes perdonarán, el bretón tiene esas cosas.
ResponderEliminard'Ersu: O quizás el problema (bien de la necesidad de piedad o de la necesidad de consuelo) hunda sus raíces en la misma naturaleza. Y quizás también la religión más que ofrecer soluciones te ofrezca la vivencia de la verdad del problema. Lo que está en juego siempre que hablamos de religión no es lo que entendemos por Dios, sino lo que entendemos por naturaleza.
ResponderEliminarMujerárbol; Hay que reconocer que este nombre no le ayuda mucho a un filósofo. Pero así son las cosas.
ResponderEliminarNi te cuento el cachondeo que tuvimos la primera vez que oímos hablar (allá en nuestra adolescencia tardía) de un tal "Rodolfo Mondolfo".
ResponderEliminarPor lo demás, bien visto el artículo. Un saludo.
No creo que estos "fundamentalistas laicos" traten de erradicar la religión por ser alienante, sino sobre todo por ser invasora. Temen que la secta lance sus tentáculos hacia sus seres queridos. Lo que no veo es que traten de ganar adeptos, hasta el punto de llamarles fundamentalistas, parece más bien un movimiento de defensa.
ResponderEliminarMás madera.
ResponderEliminarhttp://www.fedeablogs.net/economia/?p=13489
Rafael: Yo aún recuerdo el día que el profesor de latín comenzó con el meus mea meum. ¡El alborotó que se organizó! Me imagino que los tiempos (allá por los sesenta) no daban para más.
ResponderEliminarJosé Miguel: Yo reconozco que estoy muy sensibilizado por el siguiente hecho: mientras el estado se tantea espantado los bolsillos en busca de calderilla para llegar a fin de mes, Caritas trabaja en silencio dando de comer a miles de personas, con la convicción de que "lo que hiciéreis al más pequeño, a mí me lo hacéis" Mt. 25,40). ¿Qué valor republicano puede competir con esto?
ResponderEliminarClaudio: me he pasado medio día luchando con Irene para conseguirlo. Gracias.
ResponderEliminarDon Gregorio:
ResponderEliminarNinguno, porque los valores republicanos de occidente no tienen más contenido ni fuente que los dichos del judío errante.En especial, el que citas y su complemento, la igualdad esencial de todo bicho humano, hoy también en occidente desaparecida en favor del viejo oligarquismo-plutonomía- de la antigüedad.Por eso las Repúblicas antiguas eran compatibles con la esclavitud, y la nuestra no lo es.
Esto no será la última versión del sambenito ¿verdad?
ResponderEliminarAl menos sabemos que se suspendieron los autos de fe. Algo es algo...
Saludos.
Le Guay como ejemplo de la decadencia filosófica francesa.
ResponderEliminarDecir que Heidegger es un "crítico moderno de la religión" es un disparate, a no ser que queramos decir también que Kierkegaard es "un crítico moderno de la religión".
Heidegger es un teólogo negativo sin el cual no tendríamos la obra de un Karl Rahner y cuya agresiva fenomenología existencial encanta a los intelectuales orgánicos de la Persia de los ayatolás...
Y que ,por cierto , murió en el seno de la Iglesia Romana en la que había nacido.
La diferencia entre los "antiguos" y los "modernos" está , primero; en que los modernos tienen una concepción - incluso a veces una filosofía - de la religión en la que los "cultos cargo" , el Vudú o el Islam pertenecen a un mismo género de fenómeno antropológico. Y , segundo, en la forma en que consideran este fenómeno en relación con el vínculo social.
Para Lenin , a diferencia de Cicerón,todas las religiones pueden devenir en superstitio.
Pues eso.