Buscar este blog

lunes, 20 de diciembre de 2010

Las llaves de la tracología

En Kazanluk (Bulgaria), mi amigo Kosio Zarev, director del Museo local, me entregó las llaves de la asombrosa tumba tracia de esta localidad que, amigos míos, se encuentra cerrada a cal y canto para todo aquel no iniciado en los misterios de Dioniso. Ruja Popova, a la que se ve en el fondo, una sacerdotisa de estos misterios, me escribe y, literalmente, me dice: "Me gusta que la llave de la tracologia esta en tu mano - hay esperanza por el futura en eso". He caído, obviamente, en un ataque báquico.
El autor de la foto es el Muy Venerable Manolo Gallego, Lord Protector de Teià.
(Sí, tras la visita tuve que devolvérsela).

7 comentarios:

  1. Igual hay que ir pensando ya en la traducción al mandarín.

    http://opiniojuris.org/2010/12/19/hegemony-and-legitimacy-and-china-five-remarks/

    Nota: ¿Indiana Jones and the tracian key?

    ResponderEliminar
  2. Claudio: Volvemos a encontrarnos cn Lilla. No son pocos los psicólogos que, visto que los chinos van escapados en PISA y no parece haber manera de pillarlos (nos sacan 100 puntos) buscan explicaciones para su destreza en la ejercitación intelectual que supondría el aprendizaje de la lectoescritura en mandar´n y sostienen que debemos introducir esta lengua ya en preescolar.
    Bueno...

    ResponderEliminar
  3. Mr K: Sin duda. Claro que también ha de decirse que yo soy el único humano dispuesto a acompañar a Kosio Zarev en su coche... eso si, cantando lo de "somos novios de la muerte...". Pero esta es la iniciación a pagar.
    Recuerdos a Abel, si lo ve.
    ¿Sabe usted cómo lleva "la gran novela catalana" del siglo XXI?

    ResponderEliminar
  4. ¡Yo no sabìa lo que era la tracologìa!

    ResponderEliminar
  5. Pues con grandeza, seguro, ¿cómo la va a llevar?

    ResponderEliminar
  6. Ruja es una mujer sabia y sabe bien lo que dice y a quien lo dice!!!

    ResponderEliminar

Las águilas no cazan moscas

 I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...