Efectivamente, mis noticias es que son peores. Así que de nuevo nos rasgaremos durante un par de días las vestiduras y después dejaremos que todo siga deteriorándose un poco más.
Amigo Claudio:Fahrenheit 451 se ha hecho realidad sin necesidad de prohibiciones ni amenazas. Ha bastado con animar a los niños a leer la llamada literatura infantil.
Primero Bachillerato científico-tecnológico; mayoría aplastante de chicos. Lite. castellana, Primer trimestre: novela "Nada" (¡toma, en toda la cresta!) Vengo oyendo un coro de voces, una y otra vez, no precisamente entusiasmados con la lectura. A pelota -examen- pasada, mi hijo me reconoce que le ha gustado, y piensa que los coleguis siguen diciendo que no por aquello de sostenella... Hablamos durante una hora (no es habitual) de los personajes de la novela. Bien.
Lola: En Cataluña pasa algo sorprendente que nadie parece dispuesto a analizar. Tenemos niños muy lectores (de los que más leen de Europa) y adolescentes que se retiran de la lectura como si marcando distancia con ellas conquistaran su identidad. Yo creo que no les falta razón porque la literatura infantil que acostumbran a leer ciertamente infantiliza. Tiene que estar escritas sin subjuntivos, sin palabras incomprensibles, sin descripciones. La acción y el ritmo narrativo tienen que imponerse a cualquier elemento puramente narrativo y, además, tiene que ser moralista new-age. Nos falta literatura que enseñe a leer, que impregne del gusto por la lectura. Por otra parte para leer bien se necesita un vocabulario amplio y éste no sólo se adquiere en la clase de lengua. Cuanto más sabemos, en general, más comprendemos.
Gregorio, dreo que trata injustamente a la literatura infantil. Existe la buena literatura infantil, solo hay que saber seleccionarla (y para eso los maestros deberían leer y olvidar ese moralismo new age del que usted habla.) Lo que a mí me resulta inconcebible es que a alumnos de catorce o quince años les sigan recomendando leer literatura infantil o sus sucedáneos adolescentes, lo que sucede a menudo.
Lluís, sin duda usted tendrá razón, pero esa literatura que debería hacer de puente entre la infancia y la juventud yo no la encuentro. Stevenson, Verne o Salgari parece que ya no sirven, porque nuestros muchachos son absolutamente incapaces de soportar una descripción de media página. Mi sospecha es que antes de enseñar a razonar hay que enseñar a describir, pero la descripción exige una voluntad de imponer un sentido a la acción; mientras que en la literatura infantil (que conozco), en los vídeos, películas, etc, que ven los jóvenes, el sentido se confunde con la misma acción.
Hablen ustedes con los correctores de las editoriales infantiles y juveniles, a ver qué consejos dan a los autores. La lectura que yo reivindico es la lectura lenta, que es la que no tiene ninguna prisa por saber si el mayordomo es el asesino. Claro que para que la lectura lenta sea posible, la escritura ha de dar motivos para la sugerencia, el paladeo y, sobre todo, la rumia.
"Mi sospecha es que antes de enseñar a razonar hay que enseñar a describir, pero la descripción exige una voluntad de imponer un sentido a la acción; mientras que en la literatura infantil (que conozco), en los vídeos, películas, etc, que ven los jóvenes, el sentido se confunde con la misma acción."
Tal vez peores, incluso.
ResponderEliminarCon el tiempo, para compensar, tal vez incluyan pruebas de manejo de consolas de juegos :P
Efectivamente, mis noticias es que son peores. Así que de nuevo nos rasgaremos durante un par de días las vestiduras y después dejaremos que todo siga deteriorándose un poco más.
ResponderEliminarNo acabo de entender lo que quiere decir. ¿No podría redactarlo de una forma más clara? ¿Con un dibujo, quizás?
ResponderEliminarAmigo Claudio:Fahrenheit 451 se ha hecho realidad sin necesidad de prohibiciones ni amenazas. Ha bastado con animar a los niños a leer la llamada literatura infantil.
ResponderEliminar¡Muy bueno, Claudio! (por cierto, Claudio es con ce o con ka)
ResponderEliminarPrimero Bachillerato científico-tecnológico; mayoría aplastante de chicos. Lite. castellana, Primer trimestre: novela "Nada" (¡toma, en toda la cresta!)
ResponderEliminarVengo oyendo un coro de voces, una y otra vez, no precisamente entusiasmados con la lectura.
A pelota -examen- pasada, mi hijo me reconoce que le ha gustado, y piensa que los coleguis siguen diciendo que no por aquello de sostenella... Hablamos durante una hora (no es habitual) de los personajes de la novela.
Bien.
Lola: En Cataluña pasa algo sorprendente que nadie parece dispuesto a analizar. Tenemos niños muy lectores (de los que más leen de Europa) y adolescentes que se retiran de la lectura como si marcando distancia con ellas conquistaran su identidad. Yo creo que no les falta razón porque la literatura infantil que acostumbran a leer ciertamente infantiliza. Tiene que estar escritas sin subjuntivos, sin palabras incomprensibles, sin descripciones. La acción y el ritmo narrativo tienen que imponerse a cualquier elemento puramente narrativo y, además, tiene que ser moralista new-age.
ResponderEliminarNos falta literatura que enseñe a leer, que impregne del gusto por la lectura.
Por otra parte para leer bien se necesita un vocabulario amplio y éste no sólo se adquiere en la clase de lengua. Cuanto más sabemos, en general, más comprendemos.
Gregorio, dreo que trata injustamente a la literatura infantil. Existe la buena literatura infantil, solo hay que saber seleccionarla (y para eso los maestros deberían leer y olvidar ese moralismo new age del que usted habla.) Lo que a mí me resulta inconcebible es que a alumnos de catorce o quince años les sigan recomendando leer literatura infantil o sus sucedáneos adolescentes, lo que sucede a menudo.
ResponderEliminarLluís, sin duda usted tendrá razón, pero esa literatura que debería hacer de puente entre la infancia y la juventud yo no la encuentro. Stevenson, Verne o Salgari parece que ya no sirven, porque nuestros muchachos son absolutamente incapaces de soportar una descripción de media página.
ResponderEliminarMi sospecha es que antes de enseñar a razonar hay que enseñar a describir, pero la descripción exige una voluntad de imponer un sentido a la acción; mientras que en la literatura infantil (que conozco), en los vídeos, películas, etc, que ven los jóvenes, el sentido se confunde con la misma acción.
Hablen ustedes con los correctores de las editoriales infantiles y juveniles, a ver qué consejos dan a los autores.
ResponderEliminarLa lectura que yo reivindico es la lectura lenta, que es la que no tiene ninguna prisa por saber si el mayordomo es el asesino. Claro que para que la lectura lenta sea posible, la escritura ha de dar motivos para la sugerencia, el paladeo y, sobre todo, la rumia.
"Mi sospecha es que antes de enseñar a razonar hay que enseñar a describir, pero la descripción exige una voluntad de imponer un sentido a la acción; mientras que en la literatura infantil (que conozco), en los vídeos, películas, etc, que ven los jóvenes, el sentido se confunde con la misma acción."
ResponderEliminarPues ya somos dos:
http://rloca.wordpress.com/2010/04/28/hello-world/