- ¿Te sorprende? -me pregunta.
- Intento dejar ese vicio.
- ¿Qué vicio?
- El de permitir que las cosas políticas me sorprendan.
- ¿Y qué piensas?
- Tomo nota.
Después, mientras nos bebemos la cerveza, estira las piernas, cruza los brazos sobre el pecho, se reclina en la silla y mirando a las nubes que pasan lentamente sobre Girona, me dice que a los políticos los votamos cuando no tienen experiencia y los echamos del poder cuando la han adquirido.
- Con algunas pocas excepciones eso es exactamente así -le digo-. En cuanto descubren la realidad y se atreven a enseñárnosla, nos molestan y tendemos a librarnos de su urticaria para buscar visiones más reconfortantes de nosotros mismos.
- Quizás ahora es cuando convendría votar por Zapatero -me sugiere.
- ¿Te parece?
- La política tiene algo antinatural... ¿No crees?
- Yo creo que el hombre es un animal político.
- ¿Y antinatural?
- Quizás lo sea por naturaleza.
- ¡Qué complicado eres! -me dice, antes de pedir otras dos cervezas.
... y como punto y seguido.... ¡Adiós, Dennis!
Cómo se agradece pasar por aquí. Buen fin de semana.
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ResponderEliminarSi, pero no los echamos del poder. Se van solitos.
ResponderEliminarEse punto seguido es muy buen final (al menos, literariamente hablando;-)
ResponderEliminarDescubro tu bitácora a través de tu publicación en Siltolá, aunque ya Javier me había hablado muy bien de ella.
Un placer.
Bellerofonte: Yo también agradezco mucho su pase.
ResponderEliminarCarlos: La diferencia entre decepción y sorpresa es, ciertamente, enorme.
ResponderEliminarFelipe: Se quedan solos antes de presentarse a las elecciones...
ResponderEliminarOlga: Pase, pase, y tome lo que quiera... hay barra libre.
ResponderEliminarUn apasionante -solo hasta cierto punto- estudio sociológico está por hacer en nuestro país: Las "razones" del voto. Desde las elecciones del 77 hasta aquí, el muestrario personal que recuerdo de las tales es de tal naturaleza que bien podría servir dicho estudio, al modo del costumbrismo romántico, como un "los españoles vistos por ellos mismos". La sorpresa mayúscula no nos empujaría a cambiar de actitud; pero los partidos políticos tendrían una excelente guía para la elaboración de sus proyectos de gobierno (o de oposición).
ResponderEliminarP.S. Las encuestas auguran un paseo triunfal a Trias y el hundimiento de Hereu. ¿Qué percepción política de la sociedad tiene un partido que, tras el fiasco derrochador y prepotente del asuntejo de la Diagonal, saca pecho y dice que Hereu es su único candidato de facto, y añade, ya con recochineo, que "el mejor"? Augures, videntes y, sobre todo, arúspices nuevos es lo que necesitan no pocos partidos...
¿Ha leído esto?
ResponderEliminarhttp://www.magazinedigital.com/reportajes/los_reportajes_de_la_semana/reportaje/cnt_id/4588
"Ahora los europeos están exhaustos, y llaman virtud al cansancio."
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"...descubren la realidad y se atreven a enseñárnosla, nos molestan y tendemos a librarnos de su urticaria para buscar visiones más reconfortantes de nosotros mismos."
ResponderEliminarCuantas cosas cuenta esta frase...
Claudio: UNa entrevista magnífica. Se la recomiendo a todo el mundo.
ResponderEliminarXavier: Ya lo dijo Concha Piquer: "Que no me quiero enterar / no me lo cuentes, vecina / prefiero vivir soñando / que conocer la verdad".
ResponderEliminarImaginaos que hubiera pasado si un dictador nos impidiera saber la verdad...
ResponderEliminarLa democracia va por el camino de ocurrirle lo mismo que ocurrió con el cristianismo o el comunismo, como idea, si; como realizacion, ya es otra cosa...
La decepción (aprovecho para una corrección ortográfica) es "complicada", es protofilosófica diría. Siempre. La sorpresa... a veces.
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