Viendo como se van sucediendo los acontecimientos, no se me ocurre tarea más compleja que la de intentar explicarlos.
Ya sé que hay explicaciones, pero tantas, que son demasiadas. Se puede montar un mercadillo con ellas. Lo peor es que ninguna parece ser capaz de conducirnos del pasado al futuro con coherencia. No pueden prever el futuro porque, aunque deben su éxito a su capacidad para convencernos de lo contrario, no saben explicar el pasado.
La historia, lejos de ser un relato ordenado de acontecimientos, tal como llega a los lectores que ya no la están viviendo, se presenta a sus inmediatos protagonistas como una sucesión de espasmos con periodos más o menos largos de convalecencia.
El espasmo del telefonazo de Obama a ZP me ha dejado perplejo. Pero curiosamente esa perplejidad me ha permitido entender la primera frase de Las Helénicas de Jenofonte, que es un sorprendente “... después de esto”.
¿A quién se le ocurre comenzar de esta manera un libro de historia? Sólo al gran Jenofonte, que como decía Quintiliano, "inter philosophos reddendus est" (ocupa un lugar propio entre los filósofos).
"¿Después de qué?", nos preguntamos al abrir Las Helénicas. La respuesta es que da igual. Por eso tiene Jenofonte todo el derecho del mundo a comenzar de esta manera. Lo que nos está dando a entender es que los asuntos humanos son tan confusos que eso que llamamos “Historia” no es sino un orden narrativo sobrevenido. Por eso el historiador que quiere ser objetivo puede comenzar o acabar su obra en el punto que le de la real gana.
Si Dios es omnipotente por haber creado el mundo, el historiador es hiperomnipotente, porque al crear la memoria colectiva, nos permite ignorar la epilepsia que caracteriza (no me atrevería yo a ser sacrílego empleando el verbo "padecer") a la obra divina.
Y... puestos a hablar de espasmos, lean esto.
Un par de cosas, ahora que ya he purgado mi desliz:
ResponderEliminar1. A propósito de las causas imperfectas que se comentó hace unos días, acabo de descubrir el poema de Wislawa Szymborska, Cebolla. Acaba:
Y se nos ha denegado
la idiotez de lo perfecto.
2. Por culpa, en el sentido más estricto, de Félix de Azúa, he dedicado esta mañana a leer esto:
http://basurama.org/b06_distorsiones_urbanas_pardo.htm
Acabar con ello y llegar aquí y leer la entrada de hoy, me ha cambiado el humor y me ha hecho darme cuenta de la suerte que tengo (diría tenemos).
Ya sé que parece coba, pero no me quedo tranquilo si no lo digo.
¿Puedo remitir a mi post programado para las 13:05 en lugar de extenderme aquí? (y que conste que no pretendo decirlo todo, aunque pueda parecerlo).
ResponderEliminarUn saludo.
Dice Schimitt, sacando... a volar a la lechuza hegeliana, que sólo se comprende lo que ya ha caducado. Por eso, a Marx, le importaba poco el mundo del futuro, al que despachó con negligencia metafórica. Su labor consistió en certificar el capitalismo.
ResponderEliminarPero es que el capitalismo sigue ahí, cada vez más paradójico, espasmódico ciertamente. Y lo peor, casi terrorífico, quizá realmente caducado.
Yo no sé si el capitalismo ha caducado, pero lo que sí tengo por cierto es que el socialismo demostró con creces su incompetencia para tratar con lo real. El socialismo riguroso, pero también esa forma de socialismo que consiste en asumir el sistema de necesidades capitalista y pretender gobernarlo como si fuera un sueño de la voluntad: capitalista para lo que me interesa, socialista para lo que me place...
ResponderEliminarMe siento incapaz de no insistir: ¿por qué no hacer otra lectura (me dirijo a Borja aunque no sólo)? ¿Acaso la lectura "típica"... "ha demostrado saber tratar con lo real" o sólo con las sombras deambulantes de La Caverna... que se ha modelizado? ¿No podemos dejar de sacar las palabras del viejo diccionario enciclopédico e ilustrado para ponerlas en marcha en lugar de "lo real"? ¡Lo siento, pero me salgo!
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Carlos: todo lenguaje supone un refugio frente a la realidad; evidentemente, cuando hablo de "lo real" no me refiero a que exista un lenguaje que nos ofrezca la realidad en sí y para sí; el lenguaje contiene a la realidad, digamos, siempre como un "para otro". Pero lo que no podemos negar es que existen lenguajes que naufragan ante el viento de lo real, y sederrumban con estrépito. Si comparamos el capitalismo y el socialismo vemos que el lenguaje profético de éste no encuentra posición equiparable, me aprece. Otra cosa es que el capitalismo se haga con lo real en la forma de la apropiación y la finalidad técnica -esto es, en la forma del "material para"- y así excluya el valor de lo mundano del mundo.... yo no quería juzgarlo, sólo describirlo.
ResponderEliminarUn saludo también afectuoso
Don Gregorio, me ha interesado sobremanera la adenda. El último gran episodio de canibalismo de supervivencia tuvo lugar en esas latitudes allá por los años treinta del siglo pasado. ¿Será que queda un rastro de memoria colectiva? ¿Familiar?
ResponderEliminarDespués de esto...
Venimos del canibalismo y corremos un cierto riesgo de volver a él. Ahora aunque no sepamos lo que es el hambre. Física, me refiero.
No debí expresarme claramente, lo siento. Me refería a seguir definiendo según la enciclopedia (¡la Enciclopedia!) a las dos "grandes" "escuelas" de la "Economía Política" y/o a sus equivalentes "sociedades" también llamadas por lo que se supone (según la Enciclopedia) es "su" "modo de producción" ¿dominante?; pero no me extiendo en esto porque nos saldríamos del marco (en todo caso, creo que dejo apuntados con el encomillado algunos de los problemasa los que me quería referir antes, incluso desde el principio...).
ResponderEliminarSaludos y afectos.
Perdone si me extiendo y me aparto del tema, pero O. Figes, en su libro sobre la revolución rusa, narra una hermosa anécdota. En 1921, en Ivanovka, cerca de Pugachov -véase el mapa adjunto- una mujer y su hijo son sorprendidos por la policia bolchevique desayunándose al padre de familia, difunto. Ante la pretensión de las autoridades revolucionarias de llevarse los restos, la mujer grita: "No os lo dejaremos hacer, lo necesitamos para comérnoslo. Es un miembro de la familia y nadie tiene dereche a quitárnoslo".
ResponderEliminarReferencia bibliográfica: O. Figes, La revolución rusa, p. 846.
Referencia cartográfica: http://maps.google.es/maps?hl=es&resnum=0&q=Pugachev&um=1&ie=UTF-8&sa=N&tab=wl
Don Ángel: Mi admirado Leo Strauss sostiene, y más de una vez, que "si el relativismo es verdadero, entonces el canibalismo es una cuestión gastronómica". He tardado bastante en darme cuenta que el canibalismo es una cuestión gastronómica. Por eso hay que luchar contra el relativismo. Se trata de salvar la piel.
ResponderEliminarDon Ángel, respecto al canibalismo ruso..- digamos que en el país no es nada extraño_
ResponderEliminarhttp://news.softpedia.com/news/Two-Russian-Cannibals-Eat-Their-Own-Brother-109566.shtml
http://www.utexas.edu/conferences/africa/ads/804.html
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/6543233/Russian-cannibal-who-ate-mother-has-sentence-reduced-because-he-was-hungry.html
http://news.bbc.co.uk/2/hi/8360569.stm
...
Lo de que te acaben consumiendo en un quiosco de kebab y de pastelitos de carne es jodido. Sí. Habrá que combatir el relativismo.
ResponderEliminarEn relación a la antropofagia rusa no me queda claro si estamos ante la herencia del comunismo o frente a una manifestación de espiritualidad eslava. Supongo que, volviendo al cuerpo del post, dependerá del orden que le demos al relato y en qué punto del mismo situamos el acontecimiento.
¡Qué barbaridad los rusos estos, se la comen con dieciséis años! Si todo el mundo sabe que la carne es mucho más tierna cuando es de lechal. Esta estaría ya nervuda.
ResponderEliminarYa ve usted, don Ángel, no sólo el de la realidad, también el orden del relato está abierto al azar. ¡Mire lo que está pasando con este post!
ResponderEliminarDon Arrebatos: ¡gensantadelamorhermoso!
ResponderEliminar"Ya ve usted, don Ángel, no sólo el de la realidad, también el orden del relato está abierto al azar. ¡Mire lo que está pasando con este post!"
ResponderEliminar¡Ja, ja... ¿y qué quieres si empiezas diciendo que vas a explicarnos lo que es más complejo y acabas exponiendo la absurdidad epiléptica de la "creación", extremismos incluidos... y sin sasonar siquiera!
Don Carlos: .... como te iba diciendo. La ciudad puede ser trágica, pero la filosofía no. O es irónica, o se miente a sí misma.
ResponderEliminarTen por seguro que venero la ironía... lo que pasa es que me ha dado la fiebre del martillo de Thor... y no logro curarme.
ResponderEliminarUn abrazo.