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lunes, 30 de marzo de 2009
Futesas en un cibercafé de Calella
Si, como defiende Heidegger, en la esencia del nihilismo está el ocultamiento del ser, entonces parece coherente que en la esencia de la naturaleza (de la "physis") esté la ley como su ocultamiento (o, dicho de otra manera: que el olvido de la naturaleza sea la razón última de la ley). Pero es esta coherencia la que ahora me resulta sospechosa (desde un punto de vista nihilista, claro). ¿Por qué no se atreve Heidegger a pensar el ocultamiento del ser como justicia? ¿Qué es lo que se lo impide?
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22 de diciembre
I Se mire como se mire: el 22 de diciembre debiera ser la fiesta nacional de España. Nada nos une más que la lotería de navidad. II Esa ale...
Seguro que es culpa de su padre...
ResponderEliminar¿En qué consiste pensar algo como otro algo?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPorque la justicia no existe, Gregorio, ni en nihilismo ni en el Estado Universal Compartido.
ResponderEliminarLa justicia como tal es contraria a los principios nihilistas, con Hehidegger y sin Hehidegger.
Celia: ¿Del padre de la justicia?
ResponderEliminarTumbaíto: En el sentido de Heidegger en pensar una cosa como la negación de lo que no es esa cosa, ejercicio que, por otra parte, sólo tendría sentido en relación al ser y el ente.
ResponderEliminarJavier: La justicia podría pensarse heracliteanamente como el orden natural de las cosas, que es como intenta pensarla Nietzsche. En este sentido la justicia sería otro nombre del ser. Concebida de esta manera, la justicia podría ser, entonces, como la razón propia del nihilismo.
ResponderEliminarAñado, Javier: Y si la raíz del nihilismo se encuentra en el continuo rehusarse del ser, ¿no podría entenderse ese rehusarse como justicia?
ResponderEliminarNunca Gregorio.
ResponderEliminarYa que la justicia en sí, nunca rehusa su propia justicia.
No estoy tan seguro, Javier: Pudiera ser que en los asuntos humanos las cosas justas fueran naturalmente injustas; es decir, que lo justo por naturaleza no fuera una ley justa para el hombre. Estoy intentando, en todo caso, pensar como Heidegger. Por eso me parece que Aristóteles piensa de manera más radical que él la especificidad de las cosas humanas.
ResponderEliminarVuelvo a añadir (parece que estoy condenado a contestarte por capítulos): si el rehusarse o el olvido del ser es un hecho (para Heidegger), es ese rehusarse o ese olvido el que en cada momento sustenta lo que hay. Si lo que hay es la ley política, esta ley es fruto del rehusarse del ser (del rehusarse de la justicia natural del ser).
ResponderEliminarBueno Gregorio, pero si el rehusarse en sí, determina una actuación nada justa, entonces no necesitamos la justicia para nada.
ResponderEliminarNecesitamos, como dices, la sustentación de cada instante, que en el fondo no es justo o justicia, es el olvido o de la ley política, fruto tal vez del acto de rehusar.
Disculpa Gregorio, pero no lo veo y me lío.
Un fuerte abrazo, sé lo que quiero decir y dónde quiero llegar, pero tal vez no estoy capacitado (te lo aseguro) para transmitirlo.
Bueno... en realidad me temo que ese post tiene que ver con mi miedo. Mañana me operan. Dicen que es poca cosa, pero ¿qué es poca cosa cuando se entra en un quirófano? No veo más que el rehusarse del ser por todas partes.
ResponderEliminarDon Luri.
ResponderEliminarNo se preocupe, ya nos preocuparemos nosotros por usted.
Cuidesemene, y dejese cuidar.
Malgrat tot, espero que tornis a passejar per Calella... encara que no sé si són els millors carrers per fer aquests plantejaments.
ResponderEliminarEncantat d'haver-te conegut... en persona.
Gran Senyor de les Escales: En l'encanteri he caigut jo.
ResponderEliminarCalella és un lloc magnífic per a pensar com l'essència de l'ésser consisteix en no manifestar-se mai completament. S'ho puc ben assegurar.
De menisco rehusado a menisco rehusado: un abrazo. Se vive, se anda...Todo, igual de bien.
ResponderEliminarA mí me dijeron que ¬¬p es p (y a la inversa).
ResponderEliminarGracias amigos, ya estoy en casa. Da un poco de pena sentirse tan bien. No hay motivos ni para recibir regalos de los amigos ni para sentirte el centro en tu propia casa. La medicina moderna está acabando con la literatura unamuniana.
ResponderEliminarTumbaíto: Quizás quizás.
Estimado Señor Luri,recientemente he publicado novela ("La multitud silenciosa" Patrañas ediciones, 2009, ISBN: 978-84-935810-2-2)y tenía interés en mandarle un ejemplar.
ResponderEliminarMi correo es : francisco.ruiz@mpsa.com , allí podrá mandarme una dirección postal para efectuar el envío, si es que está interesado, claro está.
Un saludo y gracias por su tiempo
Francisco Ruiz
http://www.revistadeletras.net/la-multitud-silenciosa/