Mc Luhan temía que al llegar la TV y la Radio volviera la mente común tribal, y esos magníficos individuos de lo más individual, creados por la difusión de la imprenta con tipos fijos se extinguiesen. No sé si llegó a ver Internet.
Pero puedo certificar que la forma de leer y lo que significaba la poesía, el ensayo y la novela para los europeos hasta los años 60 ha desaparecido por completo.Ya en mi generación - 1966 - era toda una rareza. Félix de Azúa lo detalla muy bien en un ensayo -ahora no recuerdo el título, así como Kundera.
No es que se escriba y se lea peor - lo cual es incontestable-, sino que la tensa búsqueda de un sentido encarnado del vivir a través de la incorporación personal a una gigantesca conversación de siglos y a ciertas formas y sueños comunes, simplemente, ya no existe.RIP.
Como decía el gran LM Panero,"is different to be alone than to be lonely".
Y, con tribu conectada eléctricamente o no, el Zeitgeist ha suprimido el "to be alone" para dejarnos sólo el "lonely", que será cada vez más abrasador a medida que se va destruyendo día a día, de forma implacable, hasta la posibilidad misma de hablar, y tener así una casa o sentido compartido.
Pascal decía que la mayoría - bueno ,él decía "todas"- las desdichas del ser humano derivan de no ser capaz de estar sentado tranquilamente en una habitación.
Yo tengo un buen amigo que dice que algunos de sus mayores problemas derivaron precisamente de su capacidad para estar sentado tranquilamente , leyendo, en una habitación.
Exagera , pero me acuerdo de aquel cuento de Calvino, "Aventura de un lector", y lo comprendo.
Maquiavelo se ponía sus mejores ropas cuando llegaba la hora de charlar con los clásicos. Curiosamente, escribía -dicen- en la letrina y leía en la mejor habitación de su casa. La lectura lenta es una experiencia compleja, que pone siempre a prueba nuestra auténtica capacidad lectora. Posiblemente eso de aprender a leer es el trabajo de una vida. Y no está, ciertamente,exento de riesgos si uno vive en comunidad.
Pues así, lonelymente, he vuelto a la lectura de Le diable du Papefiguière, para profundizar un poco más, señor Luri, en la historia del "¡Pobre diablo!", y he quedado como dice el señor Poz: razonablemente satisfecho. El desenlace es estupendo.
Manuel: es una historieta sencilla, que se basa en algunas leyendas medievales, pero en su sencillez nos entrega esa imagen impagable del diablo santiguándose ante las desnudez femenina. ¡Pobre diablo! En el fondo no parece mala gente. Todo depende de con quién se le compare. Esta es la moraleja de una historia no apta para nuestros tiempos.
Lourdes: Si cregués que és veritat, em negaria a acceptar-ho. Estic disposat a imaginar que les sirenes van decidir no cantar i romandre en silenci quan Ulisses va passar al seu costat lligat al pal de la seva nau, simplement per fer-li la punyeta, però estic segur que, si aquest hagués estat el cas, Ulisses diria als seus mariners tot el contrari.
Para elevar el nivel de las citas, permítanme que les mencione mi primer recuerdo sobre la lectura, de cuando yo aún no sabía. Se trata de los cuentos radiofónicos 'Tambor', emitidos por no sé qué emisora en los años cincuenta. Uno de los personajes era el 'Cien piés curioso' (si recuerdo bien), que iba leyendo contínuamente todo lo que encontraba (hojas caídas, etc.) y que siempre pedía que no le hablasen para poder concentrarse en la lectura: ¡qué interesante! exclamaba. Yo creo que de ahí me viene la afición, unida desde el principio al ruego de que me dejen tranquilo para llevarla a cabo.
I mentrestant Penèlope a casa esmerçant els seus vespres tot desteixint puntades. In other words, fent d'Ulisses d'esquitllentes, off the record. Subscric la teva observació, Gregorio. Gràcies.
A propósito del cien piés curioso: Mi marido siempre me reprocha que sólo me entero de lo que leo. Por ejemplo, de una "nueva" tienda en la esquina cuando me dejan su propaganda en el buzón. No puedo considerarlo una virtud, aunque sí, el mundo me ha parecido siempre muy interesante.
Claudio, ¡no me lo puedo creer! Que haya alguien más que yo que se acuerde de Tambor y del Cienpiés curioso, quiero decir. Yo siempre he creído que mi afición a la lectura biene de eso, de veras. Y de los TBO que me compraba mi abuelo semanalmente. Tambor era en Radio Barcelona; en Radio España (Radio Difusión) había Cascabel, pero sus cuentos eran más dulzones, de hadas y cosas por el estilo. Vaya edad, la que tenemos ya.
La lectura ens ha ensenyat tantes de coses, coses de les que som més o menys conscients, que aquesta, la principal, facilment ens passa per alt!
ResponderEliminar...and reasonably satisfied.
ResponderEliminarThe second thing that reading teaches us is that we are inescapably alone.
ResponderEliminarMc Luhan temía que al llegar la TV y la Radio volviera la mente común tribal, y esos magníficos individuos de lo más individual, creados por la difusión de la imprenta con tipos fijos se extinguiesen. No sé si llegó a ver Internet.
ResponderEliminarPero puedo certificar que la forma de leer y lo que significaba la poesía, el ensayo y la novela para los europeos hasta los años 60 ha desaparecido por completo.Ya en mi generación - 1966 - era toda una rareza. Félix de Azúa lo detalla muy bien en un ensayo -ahora no recuerdo el título, así como Kundera.
No es que se escriba y se lea peor - lo cual es incontestable-, sino que la tensa búsqueda de un sentido encarnado del vivir a través de la incorporación personal a una gigantesca conversación de siglos y a ciertas formas y sueños comunes, simplemente, ya no existe.RIP.
Como decía el gran LM Panero,"is different to be alone than to be lonely".
Y, con tribu conectada eléctricamente o no, el Zeitgeist ha suprimido el "to be alone" para dejarnos sólo el "lonely", que será cada vez más abrasador a medida que se va destruyendo día a día, de forma implacable, hasta la posibilidad misma de hablar, y tener así una casa o sentido compartido.
Son ustedes grandes, amigos.
ResponderEliminarPascal decía que la mayoría - bueno ,él decía "todas"- las desdichas del ser humano derivan de no ser capaz de estar sentado tranquilamente en una habitación.
ResponderEliminarYo tengo un buen amigo que dice que algunos de sus mayores problemas derivaron precisamente de su capacidad para estar sentado tranquilamente , leyendo, en una habitación.
Exagera , pero me acuerdo de aquel cuento de Calvino, "Aventura de un lector", y lo comprendo.
Maquiavelo se ponía sus mejores ropas cuando llegaba la hora de charlar con los clásicos. Curiosamente, escribía -dicen- en la letrina y leía en la mejor habitación de su casa.
ResponderEliminarLa lectura lenta es una experiencia compleja, que pone siempre a prueba nuestra auténtica capacidad lectora. Posiblemente eso de aprender a leer es el trabajo de una vida. Y no está, ciertamente,exento de riesgos si uno vive en comunidad.
Pues así, lonelymente, he vuelto a la lectura de Le diable du Papefiguière, para profundizar un poco más, señor Luri, en la historia del "¡Pobre diablo!", y he quedado como dice el señor Poz: razonablemente satisfecho. El desenlace es estupendo.
ResponderEliminarhttp://elcafedeocata.blogspot.com.es/2012/04/pobre-diablo.html
Manuel: es una historieta sencilla, que se basa en algunas leyendas medievales, pero en su sencillez nos entrega esa imagen impagable del diablo santiguándose ante las desnudez femenina. ¡Pobre diablo! En el fondo no parece mala gente. Todo depende de con quién se le compare. Esta es la moraleja de una historia no apta para nuestros tiempos.
ResponderEliminarVes que no sigui tot tan senzill com ara això: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/wilde/esfinge.htm
ResponderEliminarLourdes: Si cregués que és veritat, em negaria a acceptar-ho. Estic disposat a imaginar que les sirenes van decidir no cantar i romandre en silenci quan Ulisses va passar al seu costat lligat al pal de la seva nau, simplement per fer-li la punyeta, però estic segur que, si aquest hagués estat el cas, Ulisses diria als seus mariners tot el contrari.
ResponderEliminarPara elevar el nivel de las citas, permítanme que les mencione mi primer recuerdo sobre la lectura, de cuando yo aún no sabía.
ResponderEliminarSe trata de los cuentos radiofónicos 'Tambor', emitidos por no sé qué emisora en los años cincuenta. Uno de los personajes era el 'Cien piés curioso' (si recuerdo bien), que iba leyendo contínuamente todo lo que encontraba (hojas caídas, etc.) y que siempre pedía que no le hablasen para poder concentrarse en la lectura: ¡qué interesante! exclamaba.
Yo creo que de ahí me viene la afición, unida desde el principio al ruego de que me dejen tranquilo para llevarla a cabo.
I mentrestant Penèlope a casa esmerçant els seus vespres tot desteixint puntades. In other words, fent d'Ulisses d'esquitllentes, off the record. Subscric la teva observació, Gregorio. Gràcies.
ResponderEliminar'How to Be Alone' es el título de un libro en el que recoge sus ensayos (Franzen), que, en mi modesta opinión, le dan mil vueltas a sus novelas.
ResponderEliminarA propósito del cien piés curioso: Mi marido siempre me reprocha que sólo me entero de lo que leo. Por ejemplo, de una "nueva" tienda en la esquina cuando me dejan su propaganda en el buzón. No puedo considerarlo una virtud, aunque sí, el mundo me ha parecido siempre muy interesante.
ResponderEliminarClaudio, ¡no me lo puedo creer! Que haya alguien más que yo que se acuerde de Tambor y del Cienpiés curioso, quiero decir. Yo siempre he creído que mi afición a la lectura biene de eso, de veras. Y de los TBO que me compraba mi abuelo semanalmente. Tambor era en Radio Barcelona; en Radio España (Radio Difusión) había Cascabel, pero sus cuentos eran más dulzones, de hadas y cosas por el estilo. Vaya edad, la que tenemos ya.
ResponderEliminarAh, tu també, Lola! Radio España era Radio Associació, no Difusió (lapsus).
ResponderEliminarD'interès per a tot lector (lonely o alone): http://ellamentodeportnoy.blogspot.co.uk/
ResponderEliminar