Yo pensaba, ingenuo de mí, que el llamado Ministerio de igualdad defendería la igualdad. ala hora de hacer, no la igualdad a la hora de padecer. Pero resulta que si ahora escribo aquí "charo", "feminazi" o "planchabragas", en el Ministerio de Igualdad decidirán que me encuentro en la franja incorrecta del espectro políticamente correcto. Pero hoy, pase lo que pase, nadie me va a quitar el buen sabor de boca que he ido acumulando estos pasados días. El miércoles llegué a Madrid, procedente de Málaga, cuando aún no eran las 12:00. Como tenía tiempo, me dispuse a caminar al menos media hora. Pero tras un cuarto de hora mi rodilla izquierda se empeñó en que parara un taxi. Llegué a Puerta de hierro a la hora convenida. Y me sometí al interrogatorio que tuvieron a bien someterme los muchachos de TheNomba gente que, ¡ya lo verán!, dará mucho que hablar. La verdad es que el interrogatorio duró dos horas y llegó un momento que me encontraba agotado. Pero llegué sano y salvo al final. De allí al hotel Don Juan de Austria y a la Tatiana, para la presentación de La dignidad el mediocre. ¡Qué tarde más memorable! El salón estaba lleno y repleto de caras amigables. Bajo la batuta de la periodista Helena Farré nos dispusimos a intercambiar razones José Luis Pardo -un genuino "maître à penser") y un servidor de ustedes.
Creo que la realidad superó las expectativas. Después tenía previsto asistir a los festejos de los navarros residentes en Madrid que se reúnen en San Fermín de los navarros para celebrar lo que somos, pero Pedro Herrero me empujo hacia la juvenalia. En medio me comprometí a participar en un documental sobre Pío Baroja. Al día siguiente, me levanté temprano. A pesar del frío, me apetecía ir andando hasta los estudios madrileños de la COPE para dejar grabada mi intervención de los jueves en el programa de Jorge Bustos. Amaneció, cuando llegué a La Castellana, con unos colores sucios, de café con leche aguado, que fueron adquiriendo unas tonalidades grises desganadas. A la salida de la COPE me esperaba un taxi para llevarme a los estudios de la 4, para una entrevista de media hora con Miguel Manso, sobre La dignidad del mediocre.
Manso me cayó muy bien. Estoy convencido de que nos volveremos a ver. Después a Atocha a coger el tren para Barcelona. Justo al llegar a Calatayud me sonó el móvil. Era el tudelano Miguel Buttini, para ver cómo podía intervenir en el documental sobre Pío Baroja.
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