domingo, 23 de agosto de 2020

Algo más que un mensaje

Cuando visité la casa de Trotsky en Coyoacán hice muchísimas fotos a los mil detalles de aquel lugar que se había convertido en el centro de mi interés durante años, pero, al repasarlas ahora, me quedo con la de este mensaje escrito en la pared: "NUNCA ME DEJES AMOR MÍO, JAMÁS". Está firmado por Chema. 
 
Encuentro en el miedo a la soledad que reflejan estas palabras algo profundamente humano que de ninguna manera se puede socializar; algo que supera todo materialismo, toda supraestructura y toda infraestructura, algo que, estoy seguro, sintió también Natalia Sedova sentada en la habitación en la que su marido agonizaba. 
 
Natalia se mantuvo expectante durante horas, sujeta a su mano, intentando mantener vivo el latido de su vida. Finalmente se quedó dormida unos minutos. La despertó la mano de un médico sobre su hombro. "Supongo que así es la vida", dijo al abrir los ojos a su inevitable soledad.

 

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