miércoles, 5 de agosto de 2020

Echar la persiana

Estaba decidido a echar la persiana y cerrar definitivamente este Café de Ocata, que tantos buenos momentos me ha deparado. Los tiempos cambian y hoy se lleva más el fogonazo de twitter que el texto del blog. Por otra parte, estoy empeñado en concentrarme en un par de proyectos que tengo entre manos que están demandando toda mi atención y la salud no se ha mostrado especialmente generosa conmigo este último mes. Todo conspiraba, pues, para decir adiós, cuando me llega este mail de mi querida amiga B.:  "Je vous dirai seulement que cette rencontre quotidianne me manque". De repente he ido recordando a todas las personas que he podido conocer gracias a este café y he decidido mantenerlo abierto, aunque, posiblemente, con una periodicidad más relajada.

A pesar del incordio de la salud, estos meses han sido enormemente productivos. Uno de sus frutos más queridos, por inesperado, se verá el próximo uno de octubre sobre el escenario del TNC:


En septiembre aparecerán también dos artículos. Uno, sobre conservadurismo, en Política exterior, y, otro, sobre educación, en Política y Prosa. Añadamos un libro de Scruton para el que he escrito el prólogo y, sobre todo, que el 31 de septiembre, finalmente, verá la luz este libro que hemos escrito a cuatro manos mi nieto Bruno (10 años) y yo. En él tengo puestas todas mis complacencias:


Tengo, además, un par de libros entre manos. Uno de ellos es un encargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

A todo esto hay que añadir las conferencias o entrevistas telemáticas. Este mes, por ejemplo, me esperan en Armeria (Colombia) y en San Martín (Argentina).

Sirva, pues, esta entrada como aviso de que estoy vivo, de que El Café de Ocata sigue abierto en vacaciones... y de que ayer mi mujer y yo cumplimos 41 años de casados.

13 comentarios:

  1. Enhorabuena por los 41 años, y por esta bitácora

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena por ese aniversario de boda.

    Muchísimas gracias por mantener abierto el blog, que me proporciona tantos momentos de la alegría del conocimiento.

    ResponderEliminar
  3. Me uno a las merecidas felicitaciones. Enhorabuena por todo. Deseando leer "Mi familia es bestial". Un título como ese es una promesa superlativa.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Qué susto, hace poquito que lo descubrí y ya pensé "ha durado un suspiro". Muchas felicidades por todo.

    ResponderEliminar
  5. Enhorabuena por los 41 años, aunque no es por fardar, pero servidor lleva 50 años casado con la misma señora, desde el 22 de Junio.
    Emn cuanto al blog mejor seguir, ya forma parte del paisaje de muchos, además que es de los más veteranos, since 2006.

    ResponderEliminar
  6. Pues muchas gracias por no cerrar el café...

    José

    ResponderEliminar
  7. Felicidades por los 41 años y que disfruten de muchos más llenos de salud.Y gracias por mantener este café abierto, aunque sea con cierta distancia entre mesa y mesa o semana y semana como corresponde a los tiempos que corren pues no se un parque de atracciones pero sí un lugar vital de aprendizaje. Muchas gracias por todo D. Gregorio.

    ResponderEliminar
  8. Felicidades por todo.

    Y cuando tire la toalla ,avise. No nos asuste, per favore..

    ResponderEliminar
  9. Bueno hombre. Una cosa en la que le gano. Ya 46 años de casado tras un noviago de 7 (empezamos muy jovencitos: a los 17). Ah. Supongo que quiere decir usted el 30 de septiembre para la salida del libro ¿no?

    ResponderEliminar
  10. Me maravillaba la capacidad para introducir una entrada diaria en el blog: ¡toca usted tantas teclas! Me asombra su capacidad para formar parte de tantos proyectos y poder explayarse con los comentarios del blog, porque pienso que el blog le ha de servir para disfrutar sin sentir la obligación de dejar una huella diaria en él. Celebro que continúe con él y les felicito por su aniversario de boda y no le gaste una broma a su nieto Bruno recalcándole la fecha de la publicación del libro que nos anuncia, un detalle que ha pasado bastante desapercibido.

    ResponderEliminar

Júbilo

I Amanecer en Atocha. Todos estamos de paso. Las estaciones son monumentos al desarraigo, especialmente a esta hora de la mañana, cuando aún...