Buscar este blog

martes, 18 de agosto de 2020

El ejercicio más agotador

El ejercicio más agotador es ir de compras.

Este es un ir sin meta clara, en el que el tiempo y el espacio se dilatan y las cosas van tomando una consistencia daliniana, pastosa, que rebosa los moldes y las formas. Ves, con admiración, que ellas siempre tienen algo más que curiosear, algo más que probarse, algo más que comparar y tú, Atlas de baratillo, arrastras la compra que hiciste a los diez minutos de llegar como un testimonio de fidelidad a su entusiasmo. 

Las piernas se hacen cada vez más pesadas, los lugares para descansar y recomponerte, más difíciles de encontrar; notas cómo apunta una sed que te llevaría a beber de un trago un barril de cerveza; una pesadez de pecio antiguo se instala en tu mente y miras, sin querer, cada vez con más frecuencia al reloj, al móvil, a las otras parejas y, especialmente, a aquellos hombres derrotados en los que puedes reconocerte como en un espejo y que, mucho me temo, cada vez son menos.

21 comentarios:

  1. Dentro de algunos siglos, cuando nuestra civilización sea un poco más civilizada, estará prohibido que las mujeres torturen de esa manera a los hombres.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. O que los hombres torturen, con esa desgana, a sus mujeres. Jajajajaja

      Eliminar
  2. De las compras hay dos puntos que siempre me sorprende: lo que uno ahorra comprando en rebajas (ahorrar gastando es peculiar) y que si una prenda te queda bien donde está el problema en comprar dos o tres ("es que son iguales" parece oigo objetar...)

    ResponderEliminar
  3. Desde luego lo mejor sonesas tiendas con nombre de mujer con banquitos en la zona central del paso donde solo se sientan hombres abatidos...

    ResponderEliminar
  4. Qué derrotados les veo a ustedes por cosa tan nimia!!! Jajajajaja

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Perdonen tanto comentario eliminado, pero no sé por qué, hoy, a mi móvil le ha dado por repetir los mensajes.
    Se creerá que está de "rebajas".Jajajajaja

    ResponderEliminar
  8. Que quede claro que yo admiro muchísimo a esos entusiastas e ínclitos varones que acompañan a sus mujeres de compras con la ilusión de un viaje a los mares del Sur.

    ResponderEliminar
  9. Yo en eso soy un poco masculina. Me cansan las compras. Un beso

    ResponderEliminar
  10. Sr Luri:
    Antes que nada un saludo y decirle que tengo su bloc bajo un párrafo que dice así: Entradas que me aportan conocimientos.
    Lo que le voy a preguntar no viene a cuento con su entrada, pero si con sus conocimientos.
    Y a lo que voy: Le vi esta semana por tv contestando unas preguntas sobre pedagogía. Como la entrevista fue muy corta ( si hubiera sido algo que ud supiera de emérito, ya se la habrían concedido muy extensa), no entendí bien lo que vino a explicar sobre que los niños han de memorizar.
    Como me quedé a medias y no se que es lo que me perdí, no me quedó clara su respuesta.
    ¿le sabría mal sintetizarme en pocas lineas (es que no quiero molestarle) lo que quiso ud decir? Intuyo que me perdí lo principal, y desde ayer le estoy dando vueltas.
    Perdón y gracias
    Miquel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cuestión es bastante sencilla:
      1. ¿Conoce usted a alguien que quisiera tener menos memoria que la que tiene? Yo, se lo reconozco, quisiera tener mucha más.
      2. La función del aprendizaje es producir una alteración en la memoria a largo plazo. Si nada ha cambiado en la memoria a largo plazo, no se ha aprendido nada. ¿Si lo aprendido no está en la memoria, dónde está?
      3. ¿Qué es lo que diferencia al experto (el competente) del novicio?: Los contenidos -incluyendo los hábitos- en la memoria a largo plazo del primero.
      4. No hay autonomía, ni creatividad, ni pensamiento crítico, ni competencias generales sin conocimientos. Incluso el progreso de la comprensión lectora depende de la riqueza de contenidos que hay en la memoria.
      5. Sin memoria no hay interioridad y difícilmente podremos volvernos hacia nosotros mismos para reflexionar.
      6. En último extremo nuestra memoria se expresa en la amplitud de nuestro vocabulario, pero, al mismo tiempo, la amplitud de nuestro vocabulario nos manifiesta la amplitud de nuestro mundo. Nuestro lenguaje es nuestra cultura en acto.
      7. La memoria no es un archivo donde se guardan fichas con contenidos. Es una potencia activa del alma que hace posible el entendimiento y da sentido a la voluntad.
      8. No es el interés el motor del conocimiento, sino que es el conocimiento el motor del interés.
      9. La memoria proporciona el contexto en el que se produce la comprensión. Cuanto más amplio sea el contexto, más fina será la comprensión.
      10. Estos días estoy memorizando la Oda a Salinas de fray Luis de Léon:
      "El aire se serena
      y viste de hermosura y luz no usada,
      Salinas, cuando suena
      la música estremada,
      por vuestra sabia mano gobernada
      ...".
      No sé si me creerá, pero es un ejercicio muy útil.
      etc.
      etc.

      Eliminar
    2. Gran respuesta. Todas las escuelas y liceos deberían imprimir, enmarcar y colgar en cada clase ese texto.

      Que le pregunten a Borges si la memoria es importante. Sabiendo muy pronto que iba a quedarse ciego aprendió de memoria cientos si no miles de poemas, versos, citas, referencias, argumentos de cuentos y novelas, anécdotas, hechos y datos literarios. Probablemente sea el escritor con más memoria del siglo XX, y como por casualidad uno de los mejores. Sin memoria no hay talento, y menos aún genio.

      Casualmente, yo también me había propuesto este año aprender los poemas que más admiro, en mis trayectos de metro o autobús. Y había empezado con la célebre lira de fray Luis de León "Oda a la vida retirada". A causa del confinamiento por el covid, sólo me dio tiempo a aprender las dos primeras estrofas:

      ¡Qué descansada vida 1
      la del que huye del mundanal ruïdo,
      y sigue la escondida
      senda, por donde han ido
      los pocos sabios que en el mundo han sido; 5
      [2] Que no le enturbia el pecho
      de los soberbios grandes el estado,
      ni del dorado techo
      se admira, fabricado
      del sabio Moro, en jaspe sustentado!

      Y desde entonces no he reanudado mis trayectos en metro o bus. A causa del virus, ahora prefiero ir a pie a los sitios, y la marcha es más propicia para pensar que para memorizar textos (hay poetas que escriben sus poemas andando, como Hölderlin, del que se dice que la cadencia de su poesía corresponde a la de sus pasos al andar).

      Eliminar
    3. Para mí, y creo que para una inmensa mayoría, el Romancero gitano de Lorca sigue estando vivo, rutilante, lleno de sorpresa y gracia, como acabado de escribir. [...] Y como tanta gente, me lo sé de memoria. Y es consolador, en un momento como el de hoy, en que ya casi es imposible recordar un poema o por lo largo y difuso o por lo puramente verbal arrojado sobre la página de manera deliberadamente despistadora, es consolador, digo, que le vuelva a uno a la memoria cierta poesía que nos sirva para aliviar nuestras angustias...

      (R.Alberti en un texto de 1977)

      Eliminar
    4. No deberíamos alejar a los niños de la experiencia que supone el contacto íntimo con fray Luis, porque sería alejarlos de una cumbre de la lírica mundial. La educación ha de ser también la experiencia de lo bello. Los griegos tenía un hermoso término para el que carece de esta experiencia: "apeirokalía".

      Eliminar
  11. Hablando de "memoria" y hablando de "Romanceros": en el colegio nos hicieron aprender de memoria, y declamar, el Romancero viejo. Una de las mejores "experiencias educativas" de mi vida, y que, creo que Don Gregorio podría estar de acuerdo, pone de manifiesto la utilidad de lo "inútil".
    Mi preferido, el romance "Álora, la bien cercada", por ser Álora el pueblo natal de mi abuela.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los niños se sienten fascinados por el ritmo. Les gusta aprender poesías y recitarlas. Además este aprendizaje, si va acompañado de un aprendizaje de la declamación, educa el sentido del ritmo, incrementa el vocabulario, etc. Piensen en un niño de dos años que está aprendiendo a decir frases de dos palabras. Cuando canta puede construir frases de tres y hasta de cuatro palabras, acelerando así el desarrollo de su capacidad sintáctica.

      Eliminar
  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  13. SR Luri:
    Muchas gracias por su respuesta, de verdad que me ha aclarado los conceptos.
    Un abrazo.
    Le sigo
    Salut ¡

    ResponderEliminar

Un amor perdurable a fuerza de no serlo

I En las últimas décadas del siglo XIX vivió en Oviedo un hidalgo llamado don Pepito Alegre, unánimemente tenido en la ciudad por «cumplido ...