miércoles, 8 de enero de 2020

Lo hondo

Cuando las cosas se enrevesaban y parecía que andábamos perdidos y sin norte, mi madre solía decir: "Tranquilos, que el agua siempre va a lo hondo". Y, efectivamente, más pronto que tarde, descubríamos esta verdad elemental. 

No hay que dejarse engaravillar por las circunstancias. Las inercias siempre acaban imponiendo su lógica a los partidarios de los frenazos súbitos.

Otras cosas:

Ando disfrutando, y mucho, de la lectura de Historia de una amistad, de Vicente Marrero (1971). Así inicio mi particular "Año Galdós". Sobre el fondo de la ciudad Santander se van dibujando las relaciones cruzadas de amistad entre Menéndez Pelayo, Valera, Galdós, Clarín, Pereda y Rubén Darío. Son personas de ideologías diferentes, pero que saben reconocer lo que los otros tienen de valioso y celebrar conjuntamente sus afinidades. En este sentido son el ejemplo de una España que pocas veces nos complacemos en resaltar.

De las páginas de este libro extraigo estas tres joyas:

"Como Clarín nos trata bien a usted y a mí, le perdonamos sus excentricidades, porque nuestro recto juicio tiene por auxiliares la gratitud y el egoísmo". - Carta de Valera a Menéndez Pelayo.

"Le falta a usted piedad para ser un humorista verdadero". Palacio Valdés a Clarín.

"Y lo primero que hace falta para decir lo nuevo es conocer bien lo viejo, penetrar su valor, saber sentirlo, y hasta amarlo, en lo que tiene de amable". - Clarín.

Y, por último: Resulta que en El Cultural me han hecho italiano, lo cual tampoco me desagrada del todo, pero sí me ha pillado de sorpresa: "Sobre sus temas habituales se explayan los italianos, Gregorio Luri, en La escuela no es un parque de atracciones (Ariel) y Alessandro Baricco, con Una cierta idea del mundo (Anagrama)".

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