Buscar este blog

domingo, 26 de enero de 2020

Cánovas, la otra faceta

Paseaba Cánovas del brazo de la embajadora alemana en un baile que se celebraba en la Embajada. Varias señoras se acercaban a él e insistían en las pretensiones que le tenían formuladas.

- Mucho le deben molestar las señoras con tanta petición -le dijo la embajadora.
Cánovas contestó: 
- Señora, a mí no me molestan las mujeres por lo que me piden, sino por lo que me niegan.

A su mujer, de la que según todos los testimonios, estaba profundamente enamorado, Cánovas le decía:
- Te adoro, Joaquina, y te seré siempre fiel. Con una condición y con un límite. Yo no haré el amor a nadie, pero si se acerca a mí una mujer, no la rechazo. Fíjate que sólo un hombre, el casto José, despreció a una mujer y lleva veinte siglos haciendo el ridículo".

M. Fernández Núñez, Anecdotario político, 1931.

1 comentario:

Los sueños rotos

I  II He cocinado rabo de toro a la cordobesa. Creo que no les diré a mis nietos qué carne es... al menos hasta saber si les gusta. Cuatro g...