A medida que el futuro se va acumulando en el desván del pasado a una velocidad cada vez más vertiginosa, más disfruto de las rutinas: el Café en la plaza de Ocata y un rato de lectura apurando este sol tan oblicuo y voluble de diciembre. A veces tengo la sensación de que el futuro ya lo tengo todo visto. Quizás porque ya veo el futuro desde su mismo futuro y desde esa perspectiva tiene sabor a desván.
Acabo de leer esta entrada en el blog de Alicia Delibes. ¿Conocía usted esa famosa conferencia de Fumaroli?
ResponderEliminar¿Qué opinión le merece?
(Parezco un periodista entrevistando. En fin...)
Sí, lo conozco. De hecho tengo el libro, con el epílogo de Carlos García Gual. Estoy básicamente de acuerdo con Fumaroli. La formación humanista es inconfundible de la educación liberal, que es una educación de la excelencia. Y eso ya no se estila.
ResponderEliminarGran post, don Gregorio.
ResponderEliminarMe ha hecho usted pensar en Juan de Mairena: "Los hombres que están siempre de vuelta en todas las cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte. Porque ya es mucho ir; volver, ¡nadie ha vuelto!"