Jean Tinguely, “Martin Heidegger - Philosophe”, 1988
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Cicateruelos de zocodover
I Pasé ayer buena parte del día en la entrañable ciudad de Toledo, rememorando a Cervantes, a Juanelo Turriano y a aquel hombre de palo al ...
es muy fácil de entender, simplemente se trata de una 'boutade' sin ningún sentido ni intención.
ResponderEliminarabunda este tipo de memeces.
A tal filósofo inescrutable, tal escultura.
ResponderEliminarRecuerda a una azada: la tierra, el barro, el lodo primigenio, etc, etc.
ResponderEliminarY a una máquina que no funciona, desvencijada.
A mi me recuerda a un látigo. Ya decía el profesor Lledó que le daba miedo ver el fondo de Heidegger, pero cuando le oía hablar en griego le impresionaba tanto, era de admiración.
Eliminarperdonen la frivolité, pero yo sí lo entiendo porque la respuesta la he encontrado en una serie española
ResponderEliminarhttp://www.telecinco.es/laqueseavecina/temporadas/temporada-07/Amador-ahora-artista-conceptual_2_1709955245.html
Así cualquiera, teniendo un acceso privilegiado al Ser...
Eliminar¡claro un fenómeno!
EliminarYo veo una cosa mecánica que escandalizaría a don Martín. Ahora bien, ya saben todos ustedes que el Ge-stell es el primer centelleo del Ereignis.
ResponderEliminarNo, si yo no me escandalizo por nada. Por cierto, cuajo tiene el alemán con las palabras: el dispositivo del que nace el acontecimiento. Dicho en términos al químico-marxistas: la cantidad dialecticamente transmutada en calidad.
EliminarPues es tan claro y transparente como la filosofía del mismo Heidegger.
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