Resulta que el resplandeciente Apolo era un poco más apocado que lo que nos contó Ovidio. Debe haber sido como una especie de Woody Allen del panteón helénico.
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«Hace poco», escribe David Cronenberg, «me desperté una mañana y descubrí que era un hombre de setenta años. ¿Es esto diferente de lo que le...
Resulta que el resplandeciente Apolo era un poco más apocado que lo que nos contó Ovidio. Debe haber sido como una especie de Woody Allen del panteón helénico.
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