Hace unos años en Gerona hablaba yo de antropología filosófica ante un tribunal académico. "Si algo caracteriza al hombre -defendí- es su capacidad para la degradación". Creo que no gustó mucho mi tesis. Pero lo sigo pensando. De hecho, ya no me escandalizo al ver en un vídeo que circula por internet cómo Gadafi es sodomizado mientras sus captores gritan "Alá es grande", aunque, obviamente, deplore ese ensañamiento. Las imágenes nos muestran estrictamente una de las posibilidades -una de las reincidentes posibilidades- de lo humano. A mí lo que me parece de verdad asombroso es haber disfrutado con tranquilidad de un desayuno sencillo en la Plaza de Ocata, mientras el sol se apiadaba con su calor de mi tendinitis y a mi lado mi mujer leía con parsimonia la prensa. Me parece extraño, admirable y frágil, muy frágil. Un paréntesis, de hecho. Un interinaje.
Nada inhumano nos es ajeno.
han conseguido que el verdugo se transforme en víctima.
ResponderEliminar¡Como disfruto con cada visita a este café, Sr. Luri! Me gusta venir a aprender y a escuchar.
ResponderEliminarPequeñas lecciones con resonancias a posteriori.
Justo anoche, después de leer esa noticia, mientras acostaba a mi hijo, tuve esa misma sensación de fragilidad. Y miedo, mucho miedo...
ResponderEliminarAl leerle he recordado un debate entre Adorno y Arnold Gehlen donde el primero convenía con el segundo en una frase de Paul Valéry : "La inhumanidad tiene aún un gran futuro".
ResponderEliminarLa salud es un estado pasajero que no augura nada bueno.
ResponderEliminarQuerido amigo invisible:
ResponderEliminarCada vez que leo Lord of the flies me convence Golding y usted me reconvence.
¿Podremos convencer a los hijos de Rousseau?
Un saludo andaluz.
No, no podemos. Como tampoco podemos exiliar de nuestras ciudades a los sofistas. Nos quedaríamos sin ciudades. Y aquesta imposibilidad explica la imposibilidad de la utopía.
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