En torno a JSM

I

Comienzo el día con una buena noticia: las asociaciones de padres de alumnos de Texas y California llevan a sus respectivos Estados a juicio bajo la acusación de haber infringido sus propias constituciones, visto que son incapaces de garantizar a los niños el nivel básico de educación que éstas prometen.

II

"Akribeia" es una palabra griega que significa exactitud, precisión. Pero en el seno de la Iglesia ortodoxa significaba también la interpretación literal de los textos sagrados, por oposición a la "economía", que era la interpretación libre. Me muerdo la lengua para no hacer comentarios obvios.

III

A las 7 de la mañana he abierto Faltan palabras en el diccionario algo así como una antología poética de Javier Sánchez Menéndez, un enorme poeta, que escribe a propósito de la "akribeia":

"¿En qué momento exacto se distingue

esa simple palabra, la justa?

Y, con una sonrisa en los labios,

respondió: 'Debes marcharte,

mi marido está a punto de llegar'".

Diré, como resumen, que los poetas que no son ambiciosos, son unos memos. Un poeta que no tenga voluntad de hacernos escuchar el ruido de su bisturí mientras trocea el mundo, es peor que una pérdida de tiempo, es una traidor. JSM es un gran, gran sajador, un poeta aristofánico con quien comparto la admiración por la lírica de Vázquez Montalbán, dos cenas y unos cuantos agradecimientos. ¿Que por qué aristofánico? Porque no respeta nada, que es lo que hay que hacer, y no hay nada vivo que no viviseccione, con ese interés metacientífico del poeta canalla que diluye su bilis en un gic-tonic estricto. Para JSM -creo- escribir es agradecer.