"Nadie tiene que tener miedo al Mejor Partido, porque es el Mejor Partido. Si no fuese así, debería llamarse el Peor Partido o el Mal Partido", Jon Gnarr.La democracia siempre ha estado indefensa ante los comediantes. Y si no, que se lo pregunten a los islandeses, que acaban de concederle el 35% de los votos a Jon Gnarr, que fundó un partido para hacer una broma. El partido se llama El Mejor Partido.
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sábado, 26 de junio de 2010
¿La democracia es cosa de risa?
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Un amor perdurable a fuerza de no serlo
I En las últimas décadas del siglo XIX vivió en Oviedo un hidalgo llamado don Pepito Alegre, unánimemente tenido en la ciudad por «cumplido ...
¿Argumento ontológico-político a la islandesa?
ResponderEliminar¿Y cuántos votos no se llevaría otro que se llamara Ls Cuentas Claras, incluso sin el chocolate espeso...?
ResponderEliminarLa famosa desafección tiene esa otra cara de la trivilización -es errata y, como todas, magnífica revelación: trivilizar, volver tres veces vil...- que parece arraigarse en la convicción de que las sociedades democrática "marchan solas", independientemente de quiénes las gobiernen, como muy bien saben los italianos.
Por cierto, Gregorio, en el suplemento Quadern, de El País, se hablaba esta semana de la "Filosofia catalana", e incluso aparecía un dibujo en la portada con la senyera en mitad del cerebro. ¿Existe tal cosa? Más allá de una simple "manera de hablar", ¿cabe adjudicarle nacionalidad al pensamiento? Debe de ser que a mi edad provecta me he vuelto pejiguero...
Juan: Existe buena o mala filosofía. Otra cosa es que por razones políticas necesitemos también de "nuestra" filosofía. Y la necesitamos.
ResponderEliminarMLL: En uno de los momentos más críticos de su historia los atenienses eligieron para que los dirigiera a un vendedor de salchichas. Eso que se llama demagogia es, básicamente, la oferta de soluciones simples a problemas complejos. Y si los políticos entran en una competición por ver quién ofrece más, ¿por qué no hemos de creer a quien nos ofrece más por menos?
ResponderEliminarDecir que "eso que se llama demagogia es, básicamente, la oferta de soluciones simples a problemas complejos", ¿es básicamente demagogia, don Gregorio?
ResponderEliminarEl Mejor Partido no deja de ser un Mal Chiste, que es en lo que se ha convertido la política. También la demagógica, por supuesto.
ResponderEliminarNo anem pas bé!
Los pueblos más sabios siempre han sabido reírse de sí mismos.
ResponderEliminarTumbaíto: No
ResponderEliminarÀngel: Algunos peor que otros.
ResponderEliminarJavier: Disiento con usted. Los sabios sí que siempre han sabido reírse de sí mismos; pero los pueblos no tienen por qué ser sabios. Lo que tienen que hacer, antes que cualquier otra cosa, es sobrevivir.
ResponderEliminar¡Qué peso me quita de encima!
ResponderEliminarReleyendo a Nietzsche me encuentro con lo siguiente en el parágrafo 242 de "Más allá del bien y del mal": "La democratización de Europa es a la vez un orgnaismo involuntario para criar tiranos"
ResponderEliminar"organismo", claro.
ResponderEliminarHablando de demagogias: el otro día, el alcalde de Soria fue entrevistado por la televisión local con motivo del inicio de las fiestas de San Juan. Al ser preguntado sobre los previsibles efectos de crisis y recortes en la vida municipàl, el alcalde quiso dejar claro que, pase lo que pase, "con las fiestas no se juega". Me recordó al momento en que la ya decadente democracia ateniense de Cleón y demás prohibió que ningún ciudadano se atreviera nunca a eliminar las partidas de los festejos públicos, bajo castigo de pena de muerte.
ResponderEliminarSaludos y feliz verano, D. Gregorio.
Gregorio: el mundo ha seguido "marchando" y hoy... hay que reconocer que esa "creación" es voluntaria. Y sobre todo: irremediable (en y desde el propio terreno donde pulula).
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