I
Resulta que la IA ha aprendido a insultarnos y lo hace sin problemas de conciencia.
II
Aconsejado por un sobrino remoto de Menéndez Pelayo (no es broma), le he pedido a la IA de Twitter, Grok, que haga una descripción irónica de Gregorio Luri y aquí están algunas de sus observaciones: «Su visión de la escuela es tan romántica que casi se puede ver a Don Quijote cabalgando por los pasillos, luchando contra los molinos de viento del progresismo educativo [...]. Ha demostrado que se puede ser "polipragmata" (léase: alguien que mete las narices en todo sin acabar de dominar nada) y aún así ser considerado una eminencia».
III
¿Qué pasa si en lugar de pedirle una descripción irónica le pido una sarcástica? Pues que sabe elevar el tiro: «Sus libros son tan fáciles de leer que necesitarás un diccionario, un tratado de filosofía y tal vez un curso acelerado de pedagogía para entender cada párrafo. Y claro, su crítica al sistema educativo es tan innovadora que prácticamente es el único que la entiende. Ah, y no olvidemos su capacidad para convertir cualquier discusión trivial en una disertación de tres horas sobre el humanismo, la ética o el arte de perderse en la Wikipedia.
IV
En fin, que si las máquinas han aprendido a evaluarnos, habrá que incluir su evaluación en nuestro CV. Podría estar tres horas hablándoles de la IA como ironía, pero no les quiero aburrir.
Irónica o sarcástica no son los adjetivos adecuados de la respuesta de la IA. El correcto es "malaléchico".
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