Vuelven los cielos cenizos, la llovizna intermitente, el cuerpo que busca el abrigo de la ropa gruesa y los cafés muy calientes. Un realista me objetará que la primavera es eso: tiempo voluble. Lo sé. Pero prefiero la otra cara de la volubilidad: la de la cerveza helada en la mesa y los cielos nítidamente azules.
Todo el mundo está hablando de vacunas. Creo que hay, de mar de fondo, una histeria comprensible por la debilidad de nuestros políticos, que no queriendo meter la pata, se han vuelto tan timoratos, que se incapacitan para acertar. No saben cómo afrontar la incertidumbre cotidiana. Abundan las opiniones sin fundamento y faltan las autoridades que hablen con rigor. A mí todo esto me ha permitido descubrirme por primer avez y de forma inapelable, en el grupo de los viejos. En la estabulación terapéutica de la sociedad estoy en el corral de los viejos porque me han puesto ahí. Y de allí ya no saldré.
Dejo a Ruano para ponerme con otra biografía completamente distinta, Las notas de mi vida, de Juan de la Cierva, el político conservador que fue padre del inventor del autogiro. Me gustan estas biografías que no ocultan las mezquindades y heroismos cotidianos que constituyen el microclima propio de la vida política. Las historias académicas suelen ser relatos a los que se les ha extirpado el día a día.
El número de libros por leer crece mucho más aceleradamente que mi ritmo lector. Hoy me han llegado dos libros que he buscado durante mucho tiempo. El primero, Experiencia de la muerte, de Landsberg, publicado por Cruz del Sur en 1962. El segundo, La mujer, del político conservador Severo Catalina, cuya primera edición es de 1858. Se trata de una firme defensa de la educación femenina.
Ignacio Peyró me pide dos párrafos de urgencia sobre la muerte del duque de Ediburgo. Por supuesto, le obedezco: este es el resultado.
Hermoso concepto el de mito constructivo, aplicado a la monarquía, don Julián Marías lo habría suscrito, creo.
ResponderEliminarLo de las vacunas está cada vez menos claro. Un beso
ResponderEliminarRúfol es una buena descripcióm., aunque en castellano no es lo mismo. El Teruel decian de estos días que estaba Nublacho. También se usa la expresión un día Plomizo.
ResponderEliminarPor cierto, ayer me llamaron para vacunarme el martes en el CAP que tengo a dos minutos de casa, y me pareció extraño, tengo 76 años y pensaba que éramos los últimos en vacunarnos.