Comida, gratísima, como siempre, con F., en el lugar de siempre y, como siempre, hablamos de editoriales, de autores, de libros... y de jóvenes promesas. Hacemos planes y, como diría Herralde, "gossipeamos" un poco.
F. es una persona que se gana espontáneamente lealtades. Yo quisiera ser él -al menos en este aspecto.
Como llego pronto a Barcelona, entro en el Corte Inglés, donde estoy seguro de que encontraré lo que busco, en la planta de caballeros. Una dependienta muy amable me atiende. Le explico lo que deseo: calzoncillos y camisetas El abanderado, los más clásicos que tenga, los de algodón de toda la vida, sin florituras, estricta comodidad. La chica se me queda mirando y me suelta -ah, la espontaneidad culpable!:
- Está usted muy joven para llevar calzoncillos de abuelo.
Es muy triste lo que estamos haciendo con los jóvenes. No les estamos enseñando las virtudes de la santa hipocresía y sin ella naufraga la civilización.
Antes de volver al tren, me paso por la librería Laie, a ver libros que no leeré. Me compro La mirada cínica, de Ambrose Bierce. Aquí el aforismo con el que me encuentro al abrir el librito al azar: "Si al menos la opinión pública estuviera determinada por el lanzamiento de una moneda, a la larga acertaría la mitad de las veces".
Ya no hay buenos dependientes como antes. Un beso
ResponderEliminarEmpeñada estaba en mostrarme nuevos modelos, pero en las cuestiones esenciales mi conservadurismo no admite negociación alguna.
EliminarLos abanderados, blancos de algodón, deben ser de El corte inglés,por mi experiencia la misma marca comprada en otros grandes almacenes no da el mismo resultado, sé que suena absurdo pero.....
ResponderEliminarYo sólo los encuentro de mi gusto en el C.Inglés.
EliminarEntre el efecto de la foto con "dark glasses" y lo de "Está usted muy joven para llevar calzoncillos de abuelo", debe estar usted pasándolo bomba.
ResponderEliminarEl que no se consuela es porque no quiere.
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