No sé si estoy cabreado, perplejo, decepcionado... o todo a la vez. La culpa es del contenido de esta maleta:
O mejor dicho, de la manera como se ha gestionado el contenido de esta maleta: supuestamente una granada de mano con varios cables a su alrededor que ha viajado tranquilamente de Barcelona a Madrid en un AVE esta misma mañana.
Vamos por partes.
He dormido en Madrid y me he despertado temprano, a las 6 de la mañana. Me he duchado, he desayunado bien... y eran las 8. Mi tren salía de la estación de Atoche a las 10:30 y estaba a hora y media caminando. Estaba lloviznando y hacía frío, pero a pesar de todo, me apetecía andar y me he armado de valor. Hora y media es un buen paseo. He llegado a la estación a las 9:15, empapado y magullado, porque me he resbalado en una superficie metálica de una alcantarilla y he dado aparatosamente con mi autoestima en el suelo. Como hacía frío y continuaba la lluvia, he decidido comprobar primero si podía cambiar mi billete y tomar el tren de las 9:30 y, en caso de que fuera imposible, esperar tranquilamente al de las 10:30. He tenido que esperar, pero tenía un buen libro en la cartera, el segundo tomo de los Escolios a un texto implícito, de Gómez Dávila.
A las 9:58 ha aparecido la policía, con prisas. Algunos agentes llevaban escudos. Nos han ordenado, perentoriamente, que abandonáramos inmediatamente la zona en la que estábamos y nos dirigiéramos al otro extremo de la estación. Pero en el otro extremo de la estación había personal de ADIF urgiendo a los pasajeros para que salieran a la calle rápidamente, sin perder tiempo. "¡Ya, ya!", decía una mujer. Le he preguntado a un policía qué tenía que hacer exactamente. Me ha dicho que debía salir a la calle. "Aquí no se quede. Parece que hay un objeto sospechoso en una vía". Hemos salido, unos con más tranquilidad y otros con menos. Eran las 10:03. Llegaban furgones de policía. Nos han mandado desalojar las proximidades de la estación y me he refugiado de la lluvia en una parada de autobús. Pronto han comenzado a circular rumores. Decían que en Barcelona, en la estación de Sants había habido una amenaza de bomba. Ahora otra en Madrid. ¿Qué estaba pasando? ¿Estábamos seguros donde estábamos?
A las 10:30 se ha vuelto a abrir la estación. Un pasajero que no paraba de hablar por teléfono me ha explicado finalmente que todo había sido una falsa alarma provocada porque en una maleta había una hebilla de una correa con forma de granada de mano. Le he preguntado si sabía algo de lo ocurrido en Barcelona. Me ha contestado que parecía que había pasado lo mismo. Otra falsa alarma provocada por otra hebilla con forma de granada. A los dos nos ha parecido todo muy raro, pero hemos estado de acuerdo en que en estos casos lo que hay que hacer es confiar en la policía.
¿Pero qué había pasado en realidad?
Pues que en la estación de Sants, en Barcelona, han detectado, efectivamente, en el escáner de acceso, que en el interior de una maleta había algo sospechoso y al analizar las imágenes posteriormente han llegado a la conclusión de que podía ser una granada con cables. Pero la maleta y la mujer que la llevaba ya habían subido al tren y el tren iba camino de Madrid.
Parece que a la mujer la han detenido en algún punto del recorrido del tren, pero la maleta potencialmente peligrosa, ha llegado con los inconscientes pasajeros del tren hasta la estación de Atocha. Ha sido al llegar este tren cuando a nosotros nos han mandado desalojar la estación.
¿Cómo ha podido pasar todo esto?
¿No hay aquí una falta de profesionalidad alarmante?
¿No es para estar cabreado, perplejo y decepcionado?
Al llegar a casa mi mujer me ha descubierto un hilillo de sangre reseca que me corría de la frente a la mejilla. Posiblemente haya viajado con él. Me duele la rodilla izquierda y el costado derecho. Pero, sobre todo, estoy cabreado, perplejo y decepcionado.
Vista la imagen que han mostrado en TV3, la hebilla parece una granada de mano.
ResponderEliminarEl problema ha sido la gestión ineficiente de la compañía privada de seguridad que se han comportado como Mortadelo y Filemón. No pasa nada gordo porqué quizás si que hay un dios que nos protege.
Deseo que esté usted recuperado de la mala mañana por incompetencia ajena...
ResponderEliminarLe necesitamos tranquilo y en paz en este café nuestro de cada día...
Ánimos Don Gregorio
José Luis
No es para menos. Un episodio de falsete que en este caso revela las incompetencias que hay detrás y el juego de riesgo a que se somete al ciudadano ordinario. No quiero ni pensar en que hubiera sido una granada real. ¿Qué pensarán los terroristas agazapados cuando se enteren de la noticia? Un asunto de broma pero serio. Max Estrella se hubiera reído a carcajadas o habría establecido sus conclusiones.
ResponderEliminarQue se haya pasado el susto. Los navarros son de buena madera (roble, al decir de Félix Urabayen)
Un país de pandereta, parece ser. De todas maneras, ¿a quién se le ocurre llevar una hebilla con forma de granada?
ResponderEliminarHasta ahora parece que a muy poca gente..., pero me temo que se va a poner de moda..., al tiempo
ResponderEliminarJosé Luis
off topic
ResponderEliminarhttps://www.newstatesman.com/2018/11/power-pleasure-profit-david-wootton-review-john-gray
Un mundo de pandereta, porque éstas y otras peores pasan en cualquier país
ResponderEliminarMis condolencias por lo del costalazo; llevo dos en tres meses y confieso que cada vez me cuesta más erguirme como un hidalgo y sacudirme aquí y allá y decir que nada, que un resbalón sin importancia... Los meniscos no son lo que eran... ¡Salud!
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