lunes, 4 de julio de 2016

El hombre que viste a las mujeres

Iba yo al veterinario a comprar unas pastillas para Bacallà Salat -mi gata- a la que comienzan a pesarle los años como a mi las rodillas, cuando me he encontrado con X, que asegura que vende felicidad en la puerta de un banco. En realidad, sólo vende cupones de la ONCE, pero no es esto de lo que quiero hablar, sino de su ingenioso arte para estar siempre rodeado de mujeres. Él me llama a mí Gabo y yo lo llamo a él maestro. Poco a poco voy arrancándole sus secretos aunque sé, pobre de mí, que nunca los podré aplicar, porque uno no puede ser superior a sí mismo. A X le gustan las mujeres, eso es obvio, pero le gustan de la manera que a ellas les gusta gustar. Y aquí está la clave. Una vez me dijo mi amigo J. que no se puede ligar si no se sabe escuchar. Yo he ligado muy poco. Hay hombres que son un portento escuchando a las mujeres. Pero X. me dijo algo más: "Hay hombres que cuando miran a las mujeres las desnudan, yo cuando las miro, las visto". Me explicó lo que quería decir. A él de las mujeres le gusta todo: su cara, su figura, su peinado, el lóbulo de sus orejas, las uñas de los pies, el codo izquierdo, las sinuosidades del cuello, sus párpados, la ropa que se ponen, la manera como se peinan, cómo mueven las manos cuando hablan, etc. Y todo esto, me aseguró, le gusta de verdad y esta sinceridad de su mirada "ellas la captan al vuelo".  "Ante mi", me dijo, "ellas saben que gustan por ser como son".

3 comentarios:

  1. "Una vez me dijo mi amigo J. que no se puede ligar si no se sabe escuchar."

    Ya. Pero en mi tierra dicen - y no necesita traducción-:"Home falador escaraya más y meyor"

    Karl Mill

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  2. Tengo la impresión, don Gregorio, de que hay gran parte de esa sabiduría que irremediablemente llega con el tiempo, cuando uno ya no está para deportes de riesgo.

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