Todo el mundo parece venerar al Roto. En cuanto sale su nombre, la gente saca el reclinatorio. Es automático. Así que durante mucho tiempo me he guardado mis reticencias para mi, que tengo mis reclinatorios orientados a otros dioses.
Pero, miren ustedes, esa manera sacerdotal con la que el Roto convierte lo complejo en parodia, me parecería bien si él nos la presentara como parodia, pero no; que él no quiere hacer humor, sino metafísica, como Chirico. ¡Qué quieren que les diga! Encuentro más divertida la metafísica genuina.
Los metafísicos eran gente que, como se tomaba en serio el problema de los universales, sometía sus convicciones a discusión con tanta vehemencia que Buridán (el del famoso burro), compitiendo un día con Pierre Roger de Beaufort por uno de los grandes universales de la humanidad, el amor de la mujer de un zapatero alemán, le metió tal zapatazo en la cabeza a su contrincante que le partió el cráneo. Lo más curioso del caso es que la lesión potenció de manera prodigiosa la memoria del agredido, que acabó como papa con el nombre de Clemente VI.
Buridán, a quien los universales lo tenían en un sinvivir, acabó ahogado en el Sena. Lo tiraron metido en un saco al pillarlo tratando de lo inmanente y de lo trascendente con Margarita de Borgoña, la mujer de Luis X. Existen otras versiones sobre su muerte, pero yo estaba hablando del humor de la metafísica.
A diferencia de Buridán, El Roto, no tiene burro y por eso nos dibuja dogmas de obligada creencia para los que quieren estar en el lado correcto de la Fuerza. Y aquí, sí, lo reconozco, no deja de haber un punto de ironía, ya que la bandera del lado correcto de la fuerza es la del pensamiento crítico.
Me parece difícil el humor sin la capacidad de reírse de uno mismo. Tal vez por eso, los españoles raramente pasamos de hacer bromas.
ResponderEliminarEstos juicios de intenciones parecen propios de la canícula, Gregorio... No uso reclinatorio, para nada ni para nadie, pero sí soy admirador de OPS, a quien llegué porque me parecía algo así como un heredero de Magritte, no tanto de De Chirico, aunque comparta ciertas geometrías con, y, por supuesto de El Roto, cuya agudeza me parece la mar de barroca, como si se tratara de un digno heredero de Gracián. Salvo raras excepciones, suele "clavarlo", y dejo el "lo" a la libre interpretación de quienes lo sigan.
ResponderEliminarDurante un curso usé sus "chistes" gráficos para ejercitar a alumnos de bachillerato en el razonamiento, pero se sentían sobrepasados, absolutamente ciegos y, por ende,mudos. Disparates didácticos que cometía uno...
Aunque le reconozco, sin peros, que el calor tiene unos efectos lamentables sobre mi mismidad en sí, hoy precisamente hace un día otoñal en Ocata. Juan: Gracián era un hipócrita Ilustrado (un sabio: hermano de Maquiavelo). El Roto es un ilustrado sincero. Siempre está dispuesto a iluminar nuestra alienación con la luz de la verdad. En ese gesto lo que hay, a mi modo de ver -que es un modo de ver de barra de café-, es paternalismo para el pueblo.
EliminarVéase cada poema de El Roto como un poema, sin más. Como un verso ejecutor.
ResponderEliminarPero hay poetas, querido Javier, que creyendo que difunden un pensamiento liberador, sólo son el eco de la voz de su amo.
ResponderEliminar¿Quién es el amo de El Roto? Y no te molestes en responder: imagino la respuesta.
EliminarYo no lo venero,pero me gusta desde el punto de vista plástico y por su capacidad para sintetizar cosas que pensamos muchos .Durante la guerra en los Balcanes hizo una viñeta muy certera en la que dos hombres observaban un campo lleno de cadáveres y uno decía al otro:todas las banderas deberían llevar incorporado un botiquín.Si tuviéramos eso claro se solucionarían muchas cosas
ResponderEliminarEfectivamente: si todo fuera diferente, todo sería distinto.
EliminarDesde luego;nada que objetar a semejante afirmación.Pero de cuantas formas distintas vemos el mundo todos todos los que pensamos que tenemos espíritu crítico y preocupación por el mundo .
EliminarLa misma María de antes
El Roto es un genio, tanto, que ha eclipsado a todos los humoristas gráficos que aún quedan. Es muy brillante, y cuando da en el clavo está a la misma altura -o más- de los más ineligentes aforismos escritos. Pero a menudo cae en la simple demagogia, en el panfleto grueso, en el maniqueísmo con el que sus creencias le hacen tropezar. Entonces el humor está del todo ausente, sus dibujos no hacen ni pizca de gracia. Hay un abismo de calidad entre los que acierta y los que se equivoca.
ResponderEliminarPor eso a mi me ocurre como al señor Luri.
Es una lástima, porque dentro de la amplia gama de colores del humor, El Roto se ha inventado uno de muy suyo que no tendría la misma tonalidad sin el estilo de su grafismo, una unidad que da para todo un tratado.
Y cuando digo que no hacen ni pizca de gracia o muchísima, no me refiero a la risa o al ser gracioso, sino al humorismo moral, social o metafisico bañado de sarcasmo, y que sólo el absurdo y la paradoja consiguen teñir su obra del más luminoso negro antracita.
Chumy-Chúmez, (otro genio), cuando hacía demagogia al menos era cachondo; El Roto, por el contrario, cuando es simple, con su hieratismo sólo consigue ser petulante para colocarnos un sermón.
OPS es otra cosa, aunque igual de genial: un Roland Topor a la española, con su malicia y humor pánico, unas gotas de Edward Gorey y su humor gótico, todo ello salpimenrado de Dalí & Buñuel S.A.
Es un consuelo saber que no estoy solo en el mundo.
ResponderEliminarEn todos los buenos humoristas podemos encontrar una buena dosis de auto parodia, en sus chistes o gracias hallamos una capacidad, aunque sea sutil, de propia burla, porque el buen humor no puede darse si antes no somos capaces de burlarnos de nosotros mismos. En la gestualidad de los actores, en el trazo del monigote, o en el sentido de lo que se dice como su respuesta a Belart: “Es un consuelo saber que no estoy solo en el mundo”.
EliminarEn El Roto no hallo nada de todo eso aunque “eso”, a su vez, no disminuya la inteligencia de sus aforismos cuando no son, como ustedes afirman, demagógicos.
Lo mejor, humorísticamente hablando, de El Roto, sin embargo, está en su nombre y la simbología asociada, desgarrón, descosido…
Yo es que nunca he visto al El Roto como un humorista ,sino como un ilustrador . Otra cosa es que pueda no gustar lo que piensa pero no me cabe duda de que tiene su propio criterio y no dibuja para contentar a nadie.
ResponderEliminarPor cierto se me había olvidado poner las comillas en la frase "Todas las banderas deberían llevar incorporado un botiquín " lo que iba después era mío .Lo digo porque desvirtúa la frase.Intenté aclararlo,pero a veces los comentarios no entran.
Puede que usted, María, lo considere básicamente un ilustrador y que le guste su grafismo, pero cuando elige una de sus viñetas como una de las mejores nos la describe con palabras y cita las que menciona uno de los personajes dibujados, consiguiendo con ello que todos nos hagamos una idea certera y precisa de la viñeta y de su significado sin necesidad de verla. Intente hacer eso con un auténtico ilustrador, no lo conseguirá.
EliminarTiene razón El Peletero y lo explica a la perfección, y a eso iba para explicar mi desacuerdo con María.
ResponderEliminarEl Roto es un magnífico ilustrador, pero su obra sólo es posible con el binomio de la imagen y el texto, un aforismo visual respaldado por un texto, o al revés. Esa es la razón por la que existe tanta distancia en interés y calidad con su obra pictórica firmada como Rábago, en detrimento de éste; en el terreno pictórico, Eduardo Arroyo, por ejemplo, le da mil vueltas.
Ese estilo gráfico que María, yo mismo, y tantos otros admiramos, forma parte de lo “qué” dice, ya que no sería lo mismo sin el “cómo” lo dice. Los personajes de palo, reticentes, envaradas y como si fueran replicantes, le dan el justo tono de distanciamiento y sorna a lo que pronuncian o hacen, comentarios casi siempre cínicos que desenmascaran a quienes los pronuncian.
Y sí, hay humor, cuando el comentario gráfico se refuta a sí mismo y crea una contradicción en los términos, una chispa de ingenio que pone entre paréntesis un lugar común. Tiene humor el aforismo de Buñuel cuando decía: “Soy ateo, gracias a Dios”. En cambio, no existe ningún atisbo de él si afirmamos una obviedad: “Las bombas son malas”. La denuncia se convierte en risible a diferencia de la frase de Buñuel, que hace sonreír y además es una carga de profundidad individual y colectiva, un puñetazo a la hipocresía a babor y a estribor.
El mismo OPS, sin ningún apoyo de texto, nos hacía sonreír y espantar al dibujarnos un limpiabotas lustrando los zapatos de un ahorcado.
Y lo mismo se puede decir de todo el resto de grandes humoristas gráficos que en el mundo han sido.
Si;por supuesto;estoy de acuerdo con lo que decís de que el efecto que provocan sus imágenes es inseparable del texto Hice mi comentario pensando en las críticas que se hacían a su capacidad humorística .Es decir,no lo veo como un humorista sino como un ilustrador de sus ideas y sus opiniones,a veces con humor y otras sin el.La viñeta de las banderas no provocaba ningún tipo de sonrisa ,ni apelaba a la ironía ni a nada parecido.
ResponderEliminarPuede que no tenga claro el concepto de humorista .
El Roto es uno que dibuja —en todos los aspectos— como Castelao, ¿no?
ResponderEliminarBueno,dibujar como Castelao no .Pero sí ,tiene el mismo interés por los asuntos sociales y políticos.
ResponderEliminarCon motivo de esta discusión he estado repasando viñetas de El Roto en internet ya que no compro el periódico .Si es cierto que los más recientes a veces pueden parecer más carteles de propaganda política .Cierto que era más sutil como Ops.Y los oleos en general me gustan,aunque a veces parecen demasiado congelados.