¡Menudo personaje es Santa Teresa de Ávila!
Llevo un par de días en su compañía y os aseguro que pocas puede haber más gratas. Me gusta su complejidad, que es la de una mística nada beata. Cuando tiene que enfadarse, se enfada; cuando tiene que hacer diplomacia, la hace; cuando tiene que fregar suelos, friega... y cuando tiene que reír, ríe. Una vez, en Ávila, recibió unos hábitos cuyas telas parecían cobijar a molestos inquilinos, Teresa compuso una oración para rezarla con sus monjas que comenzaba así:
Pues nos dais vestido nuevo,
Rey celestial,
librad de la mala gente
este sayal.
Cuando Jesús, Su majestad, como ella lo llama, acude a su encuentro, lo trata según su estado de ánimo. Es bien conocida aquella anécdota que cuenta que habiéndose herido la pierna cruzando un río -camino de una de sus fundaciones- se quejó a Jesús diciéndole:
Pues nos dais vestido nuevo,
Rey celestial,
librad de la mala gente
este sayal.
Cuando Jesús, Su majestad, como ella lo llama, acude a su encuentro, lo trata según su estado de ánimo. Es bien conocida aquella anécdota que cuenta que habiéndose herido la pierna cruzando un río -camino de una de sus fundaciones- se quejó a Jesús diciéndole:
- Señor, después de tantos problemas, ¿hacía falta también éste?
Jesús, que es muy Suyo, le contestó:
- Teresa, yo así trato a mis amigos.
Ella, sacando su pronto, tan afilado, le replicó:
- ¡Ah, Dios mío! Ahora entiendo por qué tienes tan pocos.
No hay otro místico en el mundo que trate al cielo de manera más mundana que Santa Teresa. Y, en justa correspondencia, el cielo prescinde de formalismos en su trato con ella: "Te he oído, hija, déjame en paz", le respondió una vez Su Majestad, a quien, por lo visto, la Santa se le había convertido en un moscardón orante.
Hay en la Calle Ganduxer de Barcelona un colegio en el que Gaudí intentó representar, ni más ni menos, Las moradas. No es muy conocido por los turistas, pero nadie que se estime a esta Santa tan castellana debería perderse esta versión catalana de su mundo interior.
Tenga usted cuidado, Don Gregorio, con esas lecturas que esta santa española con todos sus avíos es famosa por convertir a personas que piensan y disciernen a la luz de la verdad. Para la mártir y santa alemana de origen judío, Edith Stein -lo confesaría ella mismo-, la obra de Teresa de Jesús fue determinante para su conversión definitiva al catolicismo.
ResponderEliminarUn cordial saludo. Hace tiempo que sigo su blog y es realmente un oasis de buen gusto y erudición en el desierto internautico.
José Manuel Guerrero
Santa Teresa es tan grande, que uno sólo puede desprenderse de su influencia ridiculizándola, cosa que no estoy dispuesto a hacer.
ResponderEliminarCreo que ella también buscaba la verdad y de forma dramática.Su prosa es de una transparencia absoluta.
ResponderEliminarPerdone, María Alonso, pienso que es el mal, y no la Verdad, lo que se busca -y se encuentra- de forma dramática. No encuentro ningún dramatismo en la vida de Teresa de Jesús y sí, en cambio, mucha gracia. Efectivamente, como usted dice su prosa es de una transparencia absoluta. Creo que era Verlaine el que afirmaba que la sintaxis es el espejo del alma.
ResponderEliminarJosé Manuel Guerrero
Pero ,señor Guerrero ,que hubiera gracia en la vida de Sta Teresa no quita el calvario de cualquier místico:las dudas ,la noche oscura ,el miedo a estar siendo tentados por el demonio, el silencio de dios y la percepción de uno mismo como algo malo .A eso es a lo que llamo dramático .Ella misma lo cuenta .
ResponderEliminarNo conocía la frase de Verlain.Gracias
En tiempos de Verlaine algunos pensaban que buscando lo que entonces se consideraba el mal en realidad estaban buscando la verdad.Supongo que es un método distinto del de la Filosofía y del de la Mística :-)
Entiendo.Estoy de acuerdo.Y eso es todavía más asombroso si se tiene en cuenta además lo dura que fué su vida material desde que empezó con las fundaciones ,sus enfermedades ,las persecuciones ,las injusticias etc .
EliminarPerdone, concretamente, Verlaine dijol:
ResponderEliminar"La sintaxis es una facultad del alma". Yo lo que queria señalar con mi comentario es que el dramatismo no es la cualidad mas aferrada a la santa. Que cuando lees a Teresa de Jesùs uno se queda impregnado por una esperanza y una gracia sobrenatural, más que por un drama, un mal augurio.
José Manuel Guerrero
Voy a atreverme a decir la mía, aunque esté muy lejos de ser un especialista en Teresa. Sí que hay un drama en esta mujer: el de su propia vida. Lo que ocurre es que es une rama no exento de ironía. Y aquí hay algo muy peculiar de esta mujer: siempre está resistiendo la tentación d ella gestualidad melodramática y lo hace hasta el punto de convertir sus experiencias místicas en un asunto de amistad. Por eso mismo es difícil ironizar sobre la Santa, porque en este campo ella siempre nos lleva la delantera.
ResponderEliminarPor cierto el drama acompaña incluso a los que trataron con Teresa. Pienso en esa figura, para mí fascinante, de Fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios.
Y los mayores problemas vinieron de los carmelitas .El episodio del secuestro y el encierro de San Juan de la Cruz pone los pelos de punta.
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