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lunes, 1 de octubre de 2012

Cómo reclutar a un espía

Jacob Golos, el creador de la más extensa red de espionaje que los soviéticos tuvieron nunca en los Estados Unidos, le confesó a Elisabeth Bentley, su amante y colaboradora, que para reclutar a un espía nuevo dos cosas eran imprescindibles: saber calmar sus dudas y halagar su ego. 

Calmar sus dudas y halagar su ego... 

Cuando Golos murió de un ataque al corazón (se supone), los soviéticos relegaron a Elisabeth, y la relegaron tanto que ésta, herida en su amor propio, contó al FBI todo cuanto sabía, pero dejando a salvo la dignidad de Golos, en quien seguía reconociendo a un gran idealista que trabajó intensamente para crear un mundo mejor. 

Elisabeth Bentley, que en sus mejores tiempos llegó  ser conocida como "the blond spy queen", murió en un apartamento minúsculo, con una identidad falsa y protegida por dos policías americanos, que fueron quienes la atendieron en sus últimos momentos.

2 comentarios:

  1. Y el amor (los famosos romeos de Markus Wolf, de la RDA. Tiene un libro interesante. La penetración en la RFA), supongo que representa el nivel máximo de halago del ego.
    Cuenta como en Alemania oriental pasaben sus vacaciones -pagadas- los terroristas más buscados, tipo Carlos. Y cómo llegaron al mismísimo despacho del Canciller.
    Pero, claro, la guerra fría pasó tan desapercibida, sobre todo en la dulce Europa occidental de aquellos años. Quizá estamos pagando tanta inconsciencia en todos los niveles.

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  2. Efectivamente, en Europa tendíamos a pensar que la guerra fría era una cosa de americanos y soviéticos. Los soviéticos eran criticables, pero los malos esenciales eran los americanos. ¿Cuánto tiempo llevamos de confusión moral?

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