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miércoles, 31 de octubre de 2012

Del Muerto Fournier al hambriento Jacinto Benavente

Del Muerto Fournier hay diferentes relatos que concuerdan en lo central de su historia, aunque, inevitablemente, divergen en los detalles. El que más me gusta es el que nos ha transmitido Avel·lí Artís-Gener en su libro La diáspora republicana, que dice lo siguiente:

"Desde el amanecer del día siguiente, el enemigo hurgaba machaconamente en el sector de la 122 y parecía que quería romperlo por allí. Sin saberlo, había escogido uno de los huesos más difíciles de roer. Porque la Brigada la mandaba el Muerto Fournier, hombre con gran ascendiente sobre sus fuerzas, y era poco probable que éstas cedieran ante el embate. Pasé con él toda la mañana y tuve el privilegio de verle actuar, maravillado del acierto con que manejaba a su gente.
"Le apodábamos el Muerto porque en el ya lejano 18 de julio de 1936 le habían fusilado en la Plaza de Cataluña barcelonesa, junto con otras dieciocho personas. Los cadáveres permanecieron amontonados en la acera hasta la caída del sol e incluso fueron utilizados como parapeto durante una posterior escaramuza en el mismo lugar. Fournier estaba admirado de que en su condición de cadáver se diera cuenta de todo. Tenia varios balazos en el cuerpo y uno, el más atroz, en la cara. En un momento de prolongada calma, Claudio Fournier empezó a forcejear, apartando los cuerpos que le rodeaban y comprimían, y al fin se liberó. Arrastrándose como pudo llegó hasta la escalera de vecinos del cine Cataluña y alcanzó a golpear en la puerta del entresuelo. Le abrió una mujer que se desmayó, fulminada, al ver el estado de quien había llamado a su puerta. Fue el propio Claudio Fournier quien la reanimó, yendo a la cocina por un vaso de agua y echándoselo a la cara. después, la mujer, con mejor voluntad que eficiencia, llamó a un médico amigo quien trasladó a Fournier a su clínica y se salvó. Le quedó un residuo cíclico -creo que de orden psicosomático- que le hincha horriblemente la cara los tres o cuatro días anteriores y posteriores al 18 de julio de cada año. Fenómeno que he visto y comprobado en México, donde Claudio Fournier también se exilió."

Para completar un poco esta historia de Artís-Gener, diré que Fournier fue fusilado por los sublevados y que el tiroteo en la Plaza de Cataluña duró hasta que enarbolaron bandera blanca los rebeldes que se habían refugiado en el Hotel Colón. Mientras duró la refriega, los huéspedes de este hotel se habían protegido en los sótanos. Entre ellos estaba Don jacinto Benavente que al ser liberado protestó ante los milicianos de manera muy airada, lanzándoles a la cara este argumento irrefutable:
- Por culpa de ustedes estamos sin desayunar.

Una cosa más


In girum imus nocte


En sus últimos meses de vida, cuando había sido abandonada por la KGB, y la lejanía de aquellos a los que había ido abandonando los hacía inasibles, Carmen Brufau Civit pintaba escenas como ésta. Al verla he pensado inmediatamente en el palíndromo trágico: "In girum imus nocte et consumimur igni". Es decir: Damos vueltas en la noche y somos consumidos por el fuego.

martes, 30 de octubre de 2012

Un cierto aire de cazador tartarinesco...

"En pocos días, todo el mundo adoptó un cierto aire de cazador tartarinesco, que es el atuendo -físico y psíquico- que el catalán adopta cuando se dispone a emprender cualquier cosa poco corriente o que él considere aventurada."
Manuel D. Bemavides, Guerra y revolución en Cataluña

El debat tindrà lloc...


Se admiten sugerencias sobre preguntas posibles.

lunes, 29 de octubre de 2012

Y de repente, el mito

Esta tarde estaba yo en casa, entretenido entre mis cosas, con el libro de Carmen Parga, Antes de que sea tarde sobre la mesa, abierto en la página 37, muy cerca del de su marido, Manuel Tagüeña, Testimonio de dos guerras, cuando ha sonado el teléfono y resulta que era ni más ni menos que la hija de ambos, Carmen Tagüeña Parga, Presidenta del Ateneo Español de México, y de repente mi cuarto se ha llenado de mitología. ¿Y saben qué? Pues que por cosas como estas merece la pena pasarse noches enteras huroneando entre papeles sin encontrar nada.

Gracias, le sean dadas al Altísimo por haberme hecho curioso.

Los viejos o los exiliados

"-Habla usted de los viejos como si fueran cafres o esquiroles -le dicen a Lucy Tantamount, muchacha ultramoderna, en una novela de Huxley.
-¿Y qué? ¿Es que no lo son? -contesta Lucy-. Muy inteligentes a su modo, pero es imposible entenderse con ellos porque no pertenecen a nuestra civilización y vienen a ser como una especie de extranjeros"

Esto lo cuenta irónicamente Julio Camba en su Haciendo de República, y os lo transmito yo melancólicamente, con la cabeza gacha, inclinado ante la evidencia. Envejecer es exiliarse.


El reñidero español

“Las masas españolas han abandonado a la Iglesia, no porque hayan perdido el fervor religioso tradicional de la raza hispana, sino porque ha sido la Iglesia española la que lo ha perdido. La necesidad de una fe fanática, sin la cual el alma española parece incapaz de vivir, ha encontrado otros canales para manifestarse…” 
Franz Borkenau, El reñidero español

domingo, 28 de octubre de 2012

Tecnologías y reticencias

Con cierta frecuencia gente que no me conoce nada se dirige a mi para decirme que no entiende mis reticencias con respecto a  las nuevas tecnologías. Es un comentario que me molesta profundamente. Yo no soy, en absoluto, reticente a las nuevas tecnologías, y este Café de Ocata es una de las muchas pruebas que puedo aducir en mi defensa. Lo que sí soy es completamente contrario a los que defienden que puesto que ya tenemos internet, nuestros alumnos ya no necesitan conocimientos.

Acabo de recibir un mail de Marjorie Ross, de quien estoy leyendo un libro que no tiene desperdicio, El secreto encanto de la KGB. Las cinco vidas de Iósif Griguliévich. Me envía fotocopiadas unas noticias sobre Carmen Brufau que recoge Harry Thayer Mahoney en su Biographic Dictionary of Espionage. Aunque ya tenía el texto original, me siento muy contento de poder mantener una correspondencia con Marjorie Ross sobre cuestiones que nos interesan a ambos. ¿Cómo voy a estar en contra de las nuevas tecnologías? Simplemente me doy cuenta de que las nuevas tecnologías abren nuevas e insospechadas vías de aprendizaje a los que ya saben, pero que a los que no saben nada, sólo les ofrecen propuestas de entretenimiento.

Si dejamos a nuestros alumnos sin cultura general -sin una amplia cultura general- los abandonamos desarmados (sin criterios) a las puertas de Internet, que, entre otras cosas, es la maquinaria comercial más potente y seductora que se ha inventado nunca.

Más de una vez he repetido las palabras evangélicas de la parábola de los talentos: Internet sólo da a quien ya tiene; pero a quien tiene poco, hasta eso poco que tiene se lo acaba quitando.

viernes, 26 de octubre de 2012

Caridad y Justicia

Como Amancio Ortega ha donado una buena cantidad de dinero a Cáritas, una inefable literata del país (¿por qué por el mero hecho de escribir malas novelas a algunos se los considera intelectuales?) ha hecho pública su indignación moral clamando al cielo de la verdad que "la caridad no es justicia y que, de hecho, la caridad solo puede existir en ausencia de la justicia". A  mi la caridad me impide decir crudamente lo que pienso de semejante estupidez y, sobre todo, de la señora que la ha expelido, pero, desde luego, no se me ocurrirá decirle al próximo que me tienda la mano pidiéndome un céntimo que en lugar de reclamarme a mi caridad, vaya a reclamarle a la historia la justicia que le niega, y que si mientras tanto se muere de hambre, la culpa será de la injusticia y no de mi falta de caridad.

Hay, sin embargo, un fondo de razón en el exabrupto justiciero de la intelectual: la caridad existe en ausencia de la justicia. Y la justicia está ausente. Y no sólo eso, sino que los intentos de implantarla por decreto han puesto más de manifiesto que nunca la necesidad de la caridad.  

Esa manía de querer sustituir las pequeñas justicias parciales, minúsculas e imperfectas por una JUSTICIA con hipermayúsculas que nos acompañe como nuestra sombra de la cuna a la tumba,  conduce a destruir las primeras, pero no a implantar la segunda. 

Ninguna justicia puede ser sensible al dolor que nos interpela desde los ojos de aquel a quien hemos afirmado como nuestro hermano, por la sencilla razón de que ninguna ley puede obligarme a ser el guardián de mi hermano. 

Don Amancio, tiene usted mi más profundo reconocimiento.

Tarde de melancolías

Anteayer, en la inauguración del curso de la Societat Catalana de Pedagogia le pregunté a Nuria B. por Maria P. Me dijo que estaba en una residencia de ancianos. Le pedí la dirección y ayer fui a visitarla.

Maria P. fue mi profesora de didáctica en los tiempos en que yo estudiaba Pedagogía y (siempre supuestas) Ciencias de la Educación en la facultad de Pedralbes de la Universitat de Barcelona. En aquellos tiempos en el campus había sobre todo estudiantes y grises. Ahora en Pedralbes lo que más hay es travestis luciendo cuerpos de diseño trotón a tanto el quilo. 

Recuerdo a María P. como una profesora circunstancial. Creo que de didáctica no aprendí mucho con ella (no por culpa suya, sino porque para saber algo de didáctica hay que saber mucho de la ciencia de la que la didáctica es un auxiliar), pero sí que aprendí mucho con sus constantes circunloquios y con los comentarios que hacía cuando se le iba el hilo de la cuestión supuestamente importante. Con el paso del tiempo he descubierto que los profesores universitarios que recuerdo con más cariño fueron todos profesores circunstanciales, por llamarlos de alguna manera.

Maria P. era una fenomenal lectora y en cada una de sus clases salían a relucir todos los nombres de lustre que yo apenas conocía pero que, gracias a ella, podía citar sin haber leído.

¡Demonios! Ahora que me pongo a pensar,... resulta que no sé muy bien por qué apreciaba yo tanto a María P. Pero lo cierto es que la apreciaba y el recuerdo de ese aprecio era lo que me condujo hasta una puerta con su nombre escrito en la pared. Cuarto piso, la primera a la izquierda, después a la derecha y la primera puerta.

La puerta no estaba cerrada y hasta el pasillo llegaban las estridencias de una radio con el volumen demasiado alto.

Llamé y me contestó una voz segura.

Abrí y me encontré a una viejecita pegada a una radio, hundida en un sofá.

Me reconoció inmediatamente. Y eso que hacía... ¡qué se yo! ¡Quizás hacía treinta años que no nos habíamos visto!

Creo que se alegró al ... ¿verme?

No, no me vio. Maria P. además de oír mal está ciega.

Lo primero que pensé al chocar contra sus párpados cerrados fue: "¡No podrá leer!"

Me dijo que me seguía y que estaba al tanto de lo que hacía y que estaba muy contenta de que me hubiese convertido en una eminencia.

Yo me fijaba en los ventanales abiertos que daban al Tibidabo. Había llovido y flotaba una ligera neblina en el ambiente, que tamizaba la luz del atardecer tiñendo el paisaje con unos tonos pasteles, amables y ligeramente edulcorados que María P. no podía ver. El paisaje, dicen, es un estado del alma.

Hablamos de mil cosas y de ninguna. Y se despidió de mi asegurándome que se alegraba de haberme visto.

Como salí de la residencia con un ataque de melancolía que me ahogaba, decidi acercarme hasta el Institut Químic de Sarriá, que no estaba muy lejos, a preguntar a ver qué sabían de Eymerich Übleis, un químico austriaco que fue brigadista internacional en la Barcelona de 1938 y del que sospecho que estuvo a punto de diseñar un precedente de la V-2 para Companys. No me pudieron informar de nada. Sin embargo la amabilidad de la persona que me atendió tuvo la virtud de aliviar mi melancolía.

La madre naturaleza


La Naturaleza forjando una criatura. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Roman de la Rose, Brujas, 1490-1500.

jueves, 25 de octubre de 2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

La revolución pedagógica



Ahora que lo importante no es el qué sino el cómo; cuando a nadie lo importa lo que se aprende sino como conseguir ser más inteligente con el mínimo esfuerzo intelectual, resulta que tenemos la solución en nuestros manos... siempre, eso sí, que esta revolucionaria metodología consiga el "nihil obstat" de feministas y generistas diversos. 

La imagen la he encontrado en Facebook, en una página de cuyo nombre no quiero acordarme.

martes, 23 de octubre de 2012

Por qué me gusta Jorge Bustos


Velada grande en la Cubierta de Leganés con campeonatos de España en juego sobre el ara acordelada donde los hombres prueban su valía, en definición de David, que el sábado apostilló con escaso miramiento de género a la amantísima novia que a nuestra espalda gritaba “¡tápate, mi amor, tápate!” en dirección al púgil que braceaba en el cuadrilátero bajo un menudeo de nudillos:
¿Tápate? Si de ellas dependiera todavía tendríamos pendiente el primer bisonte.

Aquesta tarda


lunes, 22 de octubre de 2012

¡Que innoven ellos!

Siguiendo con el comentario anterior, lo que más me sorprende de todo el discurso postpedagógico imperante es que se acepte sin ningún tipo de crítica la sustitución del Bien por la Innovación. 

Eso de que "hay que innovar" se ha impuesto como un imperativo categórico. Por lo tanto, si la innovación es lo mejor de lo mejor, quien la ponga en duda es un tarado cronológico. O sea, yo.

Ustedes perdonarán mi impertinencia, pero desde el bunker pedagógico pensamos que hay innovaciones buenas, innovaciones ni-fú-ni-fá e innovaciones desastrosas y que conviene disponer de algun criterio no muy innovador que permita distinguir las unas de las otras para seleccionar lo oportuno para cada caso.

Que conviene cambiar lo que va mal, es cierto, pero no parece una estupidez sugerir que hay que intentar cambiarlo por algo que vaya mejor. Esto era algo elemental hasta hace poco, pero ahora lo que es elemental es que hay que cambiarlo por algo innovador. 

Lo que a nuestra escuela le falta no son ganas de innovar, sino capacidad reflexiva, prácticas reflexivas.




domingo, 21 de octubre de 2012

Veteropedagogía i neotecnología

Acabo de llegar de Andorra, donde he asistido el fin de semana a unas jornadas organizadas por el Col·legi de Doctors i Llicenciats sobre las nuevas tecnologías y la educación.

Lo primero que he constatado -y era de esperar- es una rebaja de la confianza ciega que algunos docentes entusiastas del futuro y fugitivos del presente habían depositado en las nuevas tecnologías como panacea de los males escolares. Las cosas ya parecen comenzar a plantearse a otro nivel, ligeramente más realista.

Ligeramente, sólo, porque aún resulta de muy buen tono subirse a una tribuna y comenzar a despotricar contra la escuela actual. Sin embargo la cotidiana crítica de la escuela en modo alguno significa que conozcamos lo que con tanta saña vapuleamos. Hay miles de propuestas sobre cómo debería ser la educación, pero apenas disponemos de estudios sobre como funcionan, de verdad, las reuniones de profesores, por qué hay tanto profesor quemado (y por qué los profesores quemados no abandonan la docencia), cuáles son los errores más frecuentes de nuestros alumnos y cuál es la lógica implícita en los mismos, qué diferencias hay entre las dinámicas grupales de los alumnos en clase y en el patio, de qué forma se incorporan los proyectos de cambio en las escuelas, etc, etc. 

¿Está la escuela anclada en el pasado? Habría mucho que decir al respecto, pero a primera vista, la escuela se encuentra navegando un poco sin rumbo en el presente, sin saber muy bien dónde echar el ancla. Otra cosa muy distinta es que en el mundo abunden las personas a las que no les gusta el presente y que en lugar de hacérselo mirar, se dedican a decirnos a los demás qué debiéramos hacer para no defraudarlos.

No hacen ningún bien a la escuela los empeñados en sustituir la imperfecta escuela presente por una hipotética escuela futura plagada de virtudes, pero que nadie ha experimentado... o, lo que es peor, que ya ha sido experimentada centenares de veces con resultados peores que mediocres.

Es, por supuesto, legítimo, e incluso necesario, criticar la escuela que tenemos... pero además de legítimo y necesario sería muy provechoso criticarla mostrando experiencias efectivas que la superan y de las que se pueda aprender algo. 

Estos días he vuelto a oír algunas de las memeces que el presente pedagógico tiene por ideas excelsas,  simplemente porque no se detiene a analizar su significado. Por ejemplo, que en lugar de conocer hay que comprender (como si se pudiera comprender lo que no se conoce).... o que el conocimiento debe ser construido por el alumno... (como si el niño estuviera en condiciones de reconstruir la completa historia de la humanidad o como si el conocimiento tuviera alguna propiedad que lo incapacitase para ser transmitido)... o que todo está cambiando y que no hay nada estable (con lo cual, si no hay nada estable, no tenemos criterios para evaluar el cambio y nos quedamos sin saber qué cambios son preferibles o cómo nos podemos adaptar al futuro)... que las organizaciones piramidales están siendo sustituidas por estructuras horizontales (se lo pienso decir al primer policía que quiera ponerme una multa o al médico que quiera imponerme su diagnóstico o al que se suba al estrado a decirme lo que tengo que saber) o que ya no hay verdades (la tesis fue defendida por un eminente ingeniero catalán... cosa que, de creerlo, dejaría a la ingeniería catalana en un estado ... digamos que precario), etc, etc.  

La verdad verdadera es que mientras hablamos de realidades virtuales, el problema que más acucia hoy a los maestros es la hipermotilidad de sus alumnos. Es, decir, la biología, que no hay manera de expulsarla del aula de informática. 

Si me perdonan, les susurraré una pequeña grosería que le conté ayer por la tarde a Màrius Serra en la Plaça de la Germandat de Sant Julià. Donde mejor se ven los límites de las nuevas tecnologías es precisamente en el campo en el que más éxito están teniendo, el de la pornografía. Con un simple clic uno tiene acceso a todo tipo de imágenes, estáticas o en movimiento, silenciosas o acústicas, activas, hiperactivas, poliactivas  o interactivas... pero, en última instancia, por lo que parece, para que la pornografía internáutica deje satisfecho al internauta, éste debe poner algo de su parte, algún tipo de suplemento manual, para entendernos, que la pantalla no le puede ofrecer.

Pues pasa la mismo con las nuevas tecnologías y la escuela.

Y, por cierto... ¿Se han fijado ustedes que los que critican las clases magistrales no solamente adoptan un tono magistral sino que además lo hacen con el formato de una clase magistral?

viernes, 19 de octubre de 2012

La mayéutica


Dignidad herida y chauvinismo

"Los catalanes, a quienes la larga lucha por liberarse del lastre del retraso del resto de España les ha impulsado a caer de nuevo en el nacionalismo, han hecho de ello un motivo para reaccionar con una mezcla de dignidad herida y un mucho de chauvinismo"
Mary Low, Cuaderno rojo de Barcelona, 1937.

jueves, 18 de octubre de 2012

Sylvia y nosotros, que la quisimos tanto


Recordaba yo el domingo pasado en el ARA a Emmanuelle y va y hoy se nos muere Sylvia Kristel. Descanse en paz. Me imagino que hay que tener de cincuenta años para arriba para entender lo que supuso para nosotros esta mujer.

En los tiempos de Emmanuelle yo compartía un piso minúsculo -tan minúsculo que no tendría ni veinte metros cuadrados- con un sevillano, Antonio Maartín, que era militante de CCOO y del PSUC. Pero no era un militante cualquiera, sino un activista de primera línea. Estaba en todos los fregados del momento y vivía su actividad política con una emoción intensamente heroica. Andaba liado con la mujer del secretario de su célula comunista. Más de una tarde al llegar al piso me encontraba con la señal que indicaba que tenía que dar unas cuantas vueltas, Rambla arriba, Rambla abajo, antes de poder entrar. Antonio y el marido de su amante eran amigos. Lo cual no evitaba que le pusiera frecuentemente los cuernos. Esta extraña relación duró varios meses. Un día, al llegar a casa me encontré a los dos sentados, uno frente al otro, en las dos únicas sillas que teníamos. Los dos estaban llorando. La mujer -amante había abandonado a los dos. La razón era sencilla: había ido a ver Emmanuelle con una amiga y a la salida había decidido que quería ser libre como la protagonista de aquella película, porque tener un marido y un amante era la perfecta expresión de un comportamiento hipócrita pequeño-burgués y ella no quería ser una pequeñoburguesa, sino una mujer revolucionaria y vivir su sexualidad a plena luz. A su marido se lo contó todo cara a cara y a Antonio lo llamó por teléfono para decirle lo que había pasado. El marido tenía, por supuesto, reparos que hacerle al amigo, pero más que los reparos pesaba el dolor del abandono, que era el dolor que los mantenía a los dos llorando.

Los dos hombres se hicieron inseparables. Al poco tiempo a Antonio lo despidieron de la empresa en que trabajaba, por rojo, y como yo no tenía un céntimo, tuvimos que separarnos porque no podíamos pagar ni la mensualidad de aquel cuchitril que compartíamos. Nos volvimos a ver un año después. Yo ya vivía en Ocata y vinieron a casa los dos amigos. Recuerdo vividamente la visita porque puse en el tocadiscos el Adagio de Albinoni para recibirlos, pensando hacer una broma, y ellos, que no lo habían oído antes, se quedaron escuchando aquella música entusiasmados. "¿Sabes por qué soy comunista?", le preguntó el uno al otro, "¡Pues para que el pueblo pueda disfrutar de esta música!". Otros tiempos, otros ámbitos...

Después Antonio se casó con Juana, se fueron a vivir a Triana y ya no lo volví  a ver. Quizás hoy al enterarse de la muerte de Sylvia Kristel se haya acordado de mi.

Lo que podemos llegar a ser

   

Reseña de Erotismo y prudencia.
Esteban Hernández, Culturas (539, pags 10-11) 

Strauss era ese pensador que, en los últimos años, encontrabas mencionado por todas partes. Su influencia sobre gobernantes recientes parecía fuera de toda duda, dado su aparente influjo sobre el entorno conservador estadounidense y, especialmente, sobre los neocon. Lo que resultaba más enigmático eran las razones de tanta referencia. Quizá, como señalaban los comentaristas políticos, sin las enseñanzas de Leo Strauss nada de lo que hizo la administración Bush podría entenderse, pero no era algo que quedase muy claro cuando se echaba un vistazo rápido a su obra, tejida a partir del comentario especializado de textos clásicos. 

La filósofa Shadia Drury, la experta sobre Strauss más citada, explicaba la paradoja argumentando que bajo la superficie de la hojarasca académica se escondía un tipo taimado que sólo transmitía sus ideas oralmente a un grupo de iniciados con los que podía hablar sin tapujos. A ellos sí les podía contar que el mundo se estructuraba en torno a una pequeña élite superior que debía dirigir el destino de los inferiores, a quienes se les debía ocultar esta verdad tanto para no lastimar su orgullo como para proteger a la élite de represalias. 

El libro de Gregorio Luri viene a clarificar tantas informaciones contradictorias, relegando a un segundo plano al Strauss conspiranoico y centrándose en el estudio de una obra de la que quiere resaltar una entidad filosófica a menudo negada. Strauss, judío alemán cercano a la intelectualidad de la Alemania de los años 20, amigo de Leo Löwenthal y de Gershom Scholem, tuvo que emigrar a Francia, de allí a Cambridge, y finalmente se trasladó a Estados Unidos, donde acabó echando raíces en la Universidad de Chicago. Allí inició una carrera poco apreciada en los ámbitos académicos, pero que fue creciendo en popularidad hasta que en 1996, la revista Time le situó comounolos tres pensadores más importantes de los Estados Unidos. Strauss, que fue tildado de padre de la revolución conservadora, no es un pensador que pretenda perpetuar un orden emanado de esencias divinas, sino alguien que pretende resguardar de la decadencia de los nuevos tiempos dos elementos que entiende propios del ser humano de la antigüedad: el erotismo y la prudencia. El primero, al que bien podría llamar deseo, y al que finalmente designa con el nombre acuñado por Nietzsche (“voluntad de poder”), constituye el centro de la vida humana en cualquier época. Y la segunda es la virtud diferencial de la antigüedad. 

Strauss contraponía el Hierón de Jenofonte con El príncipe de Maquiavelo (el autor que inaugura la modernidad) para subrayar que éste sacudió los cimientos del pensamiento, no porque descubriese algo nuevo sino porque explicitaba lo que otros ya sabían y callaban por sentido de la prudencia. Que un pensador como Sócrates rechace los dioses de la ciudad es lícito (e imprescindible para un filósofo), pero es algo que no debe formularse en público, ya que con esa proclama se atacan las bases que cohesionan la sociedad y se socava toda posibilidad de fundamento. Esta prudencia política es la que posibilita, además, la creencia en el ideal, algo esencial en la antigüedad, que abundaba en lo que el hombre podía ser y no, dice Luri, como esa ilustración ahogada por el afán de transparencia, en mostrar al ser humano tal cual es. 

Gregorio Luri, profesor de filosofía y de cultura clásica nacido en 1955 en Navarra y emigrado a El Masnou, donde reside desde hace 30 años, escoge un tipo de narración que permite seguir de un modo fluido la trayectoria intelectual y vital de Strauss y conocer con precisión qué contenido da a cada concepto. En tanto que sus textos se mueven en distintos niveles, resguardando un sentido que sólo aparece (por utilizar la expresión acuñada por el filósofo judío alemán) al “leer de forma lenta”, resulta especialmente afortunado que Luri sepa aplicar esa pausa a un recorrido intelectual que nos sitúa con tino hasta las puertas tras las que se encuentran las ideas de Leo Strauss.

Dos versiones de la muerte de Sócrates

Charles Alphonse du Fresnoy, La muerte de Sócrates

Jacques-Philip-Joseph de Saint-Quentin, La muerte de Sócrates, 1762

miércoles, 17 de octubre de 2012

Francia, la independencia catalana y la crisis de España

"En una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, del 31 de octubre de 1936, se ponía en guardia al gobierno francés sobre los graves inconvenientes de la existencia de una Cataluña independiente reconocida por Francia. Inconvenientes de orden interno: 'el Rosellón es tierra catalana' y una Cataluña independiente podría constituir un polo de atracción para los Pirineos Orientales franceses y podría animar, así mismo, las reivindicaciones autonómicas de los alsacianos; así como también poner en dificultades a Bélgica, a causa del enfrentamiento entre valones y franceses. De orden internacional: indispondría a Francia con el gobierno español, fuera quien fuera"

José Luis Martín Ramos, 
La reraguarda en guerra. Catalunya, 1936-1937.

Martín Ramos añade un poco más adelante que Estat Català "consideraba que la crisis de España proporcionaba la oportunidad de conseguir la independencia."


Y a propósito de Francia, leo en Causeur:



Pero para complicar (o no) las cosas, aparece el Consell del Treball, Econòmic i Social de Catalunya (CTESC), que es un organismo dependiente de la Generalitat, y nos dice que "Catalunya tuvo superávit fiscal de 4.015 millones en 2009. Es decir, que recibió más dinero del que aportó vía impuestos".

Y así estamos.

Entre lo inútil y lo doloroso

La mayor pate de las cosas que voy aprendiendo sobre mis espías o son completamente inútiles, o son dolorosas. 

Entre las inútiles se encuentran mis conocimientos sobre Emmerich Übleis (1912-1942), que tuvo un hijo con Carmen Brufau que murió con pocos meses de vida, poco después de que un accidente acabara con la vida de Übleis. Estoy convencido de que sobre  este hombre sé más que nadie en el mundo. Claro que no hay mucha gente en el mundo interesada en su vida. Tuve una duda, sin embargo,  al enterarme de que un profesor de la Universidad de Innsbruck, Gerhard Oberkofler, había escrito un artículo sobre él (Emmerich Übleis. Kommunisticher Studient der Universität Innsbruck - Antifaschist - Spanienkämpfer - Sowjetpartisan), pero se lo pedí y resulta que no cuenta nada que yo no sepa. Más aún, lo que no cuenta es lo más relevante de su vida. Es cualquier caso, gracias, profesor Oberkofler. Compruebo una y otra vez lo fácil que es ponerse en contacto por mail con profesores universitarios de Europa y los Estados Unidos y lo generosos que son con su sabiduría... con excepción de los españoles, que no contestan nunca.

Sobre las dolorosas, valga como ejemplo este párrafo del libro de Miguel Marco Igual, Los médicos republicanos españoles en la Unión Soviética: “La madre del dirigente del Partido  José Antonio Uribes murió en la plataforma descubierta de un tren, en la que viajó un grupo de españoles del colectivo de Kramatorsk, evacuados en octubre de 1941, rodeados de ‘hambre, piojos, defunciones, partos, pies y manos helados, sarna y desesperación’. A su llegada a Kuybyshev, por donde cruzaban el volga, habían fallecido 17 personas del grupo. El tren tardó 70 días en llegar a Tashkent, punto final del trayecto. En medio del desbarajuste que se vivía en el tren también murió a causa de un ataque cardiaco Lucía Lizarralde, madre de Lena Imbert. Esta última era la mujer de Ramón Mercader.” Sobre esta última cuestión tengo mis dudas. Poco después murió Lena Imbert de tuberculosis. Pero como oficialmente estaba prohibido que nadie muriese de esa enfermedad capitalista, oficialmente murió de gripe. Lena vivía con Caridad Mercader. Al morir Lena, Carmen Brufau y su hermana se fueron a vivir al apartamento de Mercader.  

lunes, 15 de octubre de 2012

La lechuza voyeur de Minerva

Si esta foto de la Beauvoir la puede poner el Gran Quiñonero en su Infierno, bien puedo ponerla yo en nuestro café.

Preservar el mundo

"Indudablemente cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no podrá lograrlo. Pero su tarea es quizás mayor: evitar que el mundo se deshaga"

A. Camus

El espía perfecto


El espía perfecto parecía ser Rudolf Abel (1902-1971)

Aparentemente era el perfecto hombre corriente. Nada en él resaltaba o llamaba la atención. Era discretamente generoso y una discreta buena persona. 

Entró a los Estados Unidos por la frontera de Canadá en 1948 con la misión de restablecer, con plenos poderes, la red de espionaje soviética que el desertor Igor Gouzenko había dejado al descubierto tres años antes. 

No defraudó a sus superiores del KGB. Se recorrió los Estados Unidos de parte a parte reparando los contactos rotos y, de paso, reclutando a nuevos espías. Su centro de operaciones era Nueva York, donde tenía arrendado un apartamento barato en Brooklyn. Entre la bohemia del barrio era conocido como Emil Goldfus y pasaba por ser un discreto pintor de origen alemán. A él le resultaba fácil representar este papel porque hablaba perfectamente inglés y alemán, era un buen pintor y conocía a fondo la historia del arte. Por si fuera poco, le gustaba sorprender a sus visitas interpretando con la guitarra canciones flamencas. Para completar su perfil añadamos que tenía un apetito sexual insaciable y que sabía atraer a las mujeres sexualmente voraces.

Sin embargo a este espía perfecto un día le traicionó la suerte aprovechándose de un descuido idiota. Sin darse cuenta le pagó a un vendedor de periódicos con un centavo ahuecado. Lo normal hubiera sido que el vendedor se lo metiera en el bolsillo y se olvidará de él. Pero sospechó algo raro y se lo llevó al FBI, que inmediatamente descubrió que aquello era un dispositivo para ocultar un microfilm. Tras una brillante operación de rastreo, dieron con él.

Rudolf Abel fue juzgado y condenado a muchos años de cárcel, pero no pasó mucho tiempo encerrado. Fue canjeado por piloto Francis Gary Powers el 10 de febrero de 1962. En la URSS le dieron un recibimiento de héroe y lo premiaron con la medalla de la Orden de Lenin. Al morir fue enterrado en el cementerio de Moscú reservado para los espías, no muy lejos de Ramón Mercader.

domingo, 14 de octubre de 2012

El pensamiento nacional

"En política no hay que pensar de forma racional, sobre todo cuando se trata de la cuestión nacional"

Trotsky

Sobre la razón política

... 
porque siempre en luchas tales
son rebeldes los vencidos
y los que vencen leales.

Calderón de la Barca

sábado, 13 de octubre de 2012

Fent camí


Cómplices y traidores

Si el capitán Fermín Galán se sublevó en Jaca era porque creía contar con la solidaridad de sus compañeros de Huesca y Zaragoza. Sin embargo a la hora de la verdad se quedó solo, lo cual, unido a su manifiesta incompetencia como organizador de golpes de Estado, hizo que su intento de proclamar la República resultara una tragicomedia. Como ejemplo, aquí está este diálogo que tuvo lugar durante el juicio sumarísimo que lo condenaría a muerte:
El presidente del consejo de guerra: ¿Tenía usted complices?
El capitán Galán: Sí.
El presidente: ¿Quiénes eran?
El capitán Galán: ¿Quiénes han de ser? ¡Vosotros, ¡cobardes! ¡Vosotros, que sois unos traidores!
El presidente: Tened en cuenta que sois capitán del ejército y que estáis ante un Consejo de guerra constituido por superiores vuestros.
El capitán Galá: ¡Aquí no hay superiores ni inferiores! Aqui sólo hay hombres y traidores. Los traidores vosotros, y los hombres el capitán García Hernández que me acompaña como reo y yo"

miércoles, 10 de octubre de 2012

Una orgía en México D.F.

México D.F. Mediados de los años 50. Una espía catalana ha diseñado un plan que permitirá a la K.G.B. controlar a medio gobierno mexicano. Ella, que desempeña oficialmente un puesto de alta responsabilidad en la administración, ha ido por los despachos dejando caer ambiguamente la invitación a una orgía. Inmediatamente comienzan a picar el anzuelo los peces gordos, que son los que le interesan, porque manejan información delicada. Con el apoyo de la K.G.B. alquila un lugar cómodo, lujoso y tranquilo; contrata a un grupo de mujeres espléndidas y coloca a un fotógrafo en un lugar seguro, desde el cual no se le escapará detalle de todo lo que ocurra. El plan sale a la perfección. La KGB dispone de cientos de fotografías comprometedoras. Ha llegado el momento del chantaje. Pero es ahora, justo cuando ya habían cantado victoria, cuando todo se viene abajo. Ninguno de los políticos mexicanos se siente avergonzado al verse en las fotos rodeado de señoritas exuberantes. Y no solamente no se siente ninguno avergonzado, sino que todos considerarían muy beneficioso para sus intereses políticos que las fotos se hicieran públicas. En México, si no eres muy macho, no haces carrera y las fotos documentan de forma explícita lo machos que son.

martes, 9 de octubre de 2012

Páginas de gloria

"Páginas de gloria escribió aquella jornada [27 de diciembre de 1936: batalla de Lopera] la compañía inglesa que dirigía el capitán George Montagne Nathan, un homosexual que mandaba a sus hombres atacar al grito de '¡Adelante, señoras!'. De origen Judío, Nathan luchó en la Primera Guerra Mundial donde se licenció como sargento mayor."

José María Zavala, Los gánsters de la Guerra Civil

La historia continúa

Yo ya les tengo advertidos a ustedes que en esta historia de espías catalanas que estoy intentando reconstruir, lo increíble es la realidad. Me costará lo suyo convencer a alguien de que lo efectivamente ocurrido no es literatura. Hasta el mismo proceso de la investigación comienza a adquirir un aire de irrealidad. Ayer le comentaba a mi mujer que no entendía cómo una espía tan relevante como Carmen Brufau había muerto abandonada por los suyos (los de la emigración, los del partido, los de la KGB) y atendida por la caridad cristiana de una buena mujer mexicana que incluso cedió un lugar de su propio panteón familiar para albergar sus restos. Esta misma mañana al llegar a casa me encuentro con un sobre que proviene de los Estados Unidos, pero que no tiene remitente. En el interior sólo hay este texto escrito a máquina en una cuartilla blanca: "Carmen Brufau Civit. AKA Carmen Esbert, Carmen Zeifurt". Y nada más.

lunes, 8 de octubre de 2012

En Err

Ayer domingo estuve en Err, hurgando en la memoria familiar de Mariano Brufau, y me volví a casa con fotos, anécdotas, datos, cartas y el grato sabor de la cordialidad, imborrable. Lo que hasta entonces habían sido sombras humanas reconstruidas a base de retazos de archivos, fueron poco a poco adquiriendo perfiles propios. Para que se hagan una idea: aprendí que un conductor de autobuses de la empresa Alsina i Graells pudo llegar a ser aviador de la República; con qué temor abría la puerta de casa la anciana Caridad Mercader cuando alguien llamaba de forma inesperada; que unas espías pueden morir en la completa miseria, acogidas a la caridad de las vecinas de una calle popular, que se turnan noche y día para hacer guardia ante su lecho y otras mueren con la mirada fija en el retrato de Stalin que cuelga en una pared del dormitorio familiar;  que se puede ir caminando de Barcelona a Cerbère haciendo el camino del exilio con un niño de pocos meses en los brazos; que se puede escuchar cada noche Radio Pirenaica sin que interesase la política, sino la voz de la hija lejana, que tiene un programa diario en catalán; que una foto con la dedicatoria "de parte de tu tieta" puede ser más expresiva que un documento del FBI; que hay gente que se mueve por una causa y gente que se mueve por caridad y que cuando las causas se desmoronan nadie es más dichoso que quien cuenta con la generosidad desinteresada de un alma caritativa; que los rescoldos de una memoria reconstruida con el único apoyo de la buena voluntad pueden dar mucho calor y que el fisgoneador extraño no tiene derecho a arrojar sobre ellos el agua helada de su erudición.  

Arquitecturas celestiales

Martes 9 de octubre. A las 19 h. Mirador del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.

domingo, 7 de octubre de 2012

La fe del espía

"Puedo sugerirte que busques para tu grupo a aquellos que podrían beneficiarse del contacto contigo (...).  Busca entre quienes han sido perjudicados por la suerte o por la naturaleza, a los feos, a los que sufren algún tipo de complejo de inferioridad (...), a los que buscan poder o influencia pero han sido derrotados por circunstancias desfavorables.  O a gente que haya sufrido hambre o frio, pero en los que la pobreza esté ligada a la humillación. (...). La sensación de pertenecer a una influyente y poderosa organización les reportará un sentimiento de superioridad (...). Por primera vez en sus vidas experimentarán un sentimiento de ser importantes y de estar en contacto directo con un poder cuyos límites son desconocidos incluso para ellos"

Consejos de Pavel Sudoplatov, lugarteniente de Lavrenti Beria, para captar nuevos espías.
 En Nikolai Jojlov, In the name of conscience.

viernes, 5 de octubre de 2012

Desastres de la guerra

Fue a finales de abril de 1938. Un día me llamaron del cuartel general del batallón, donde un cierto teniente me saludó. "Harry", dijo, "tenemos para ti un trabajo que deberías hacer esta misma noche". Después prosiguió llanamente: "Hay un soldado que ha desertado tres veces, y queremos que tú le dispares mientras duerme. Todo el asunto no te llevará más de unos pocos minutos.
Harry Fischer. Camaradas, relatos de un brigadista.

La victima tenía nombre y apellido: Bernard Abramofsky y pertenecía, como Harry Fischer, a la Brigada Lincoln. Harry se negó a disparar a un dormido. "No he venido a España a matar americanos", dijo. Lo que más le dolió fue que la orden procedía del comisario de la brigada, una persona en la que hasta entonces había confiado ciegamente. Salió del cuartel confundido. Al poco rato se le acercó su amigo John Murra. Venía temblando. A él también le habían hecho la misma proposición y también se había negado. Estaban los dos apoyados en una tapia que separaba dos granjas. En el horizonte, a unos cincuenta kilómetros, tenía lugar un dramático duelo de artillería. Pero fueron capaces de percibir, sobrepuesto al fragor de los cañonazos, un disparo. Ambos comprendieron qué había pasado. Se separaron sin decir palabra.


jueves, 4 de octubre de 2012

De sorpresa en sorpresa

Ya se dijo por aquí que si uno se topaba con Margarita Nelken, cualquier cosa era posible. Y dado que su nombre aparece, bajo el pseudónimo de "Amor", en unos cables de los servicios secretos soviéticos interceptados y descodificados por el FBI que estoy consultando estos días, pues andaba yo a la espera del salto de la liebre.
Lo que no podía imaginarme es que el salto fuera tan fenomenal.
A ver:
¿A que no sabían ustedes que existe una relación -indirecta, es cierto- entre Ramón Mercader y el asesinato de Kennedy?
¡Pues yo lo acabo de descubrir! 
No es que Mercader o su madre mataran a Kennedy, pero diversos informes sitúan a Lee Oswald el 1 de octubre de 1963 en la embajada cubana de México. Habría ido a hablar con Teresa Proenza (muy amiga de Carmen Brufau) y a la salida de la embajada habría sido visto por Pedro Gutierrez Valencia, que había sido el carcelero de la prisión de Lecumberri que impidió la liberación de Ramón Mercader. 

Sospecho que el Oswald que apareció en la embajada de Cuba en México no era el auténtico Oswald, sino alguien que se hizo pasar por el. ¿Con qué intenciones? Eso habría que preguntárselo a la CIA. En cualquier caso al poco tiempo se produjeron importantes cambios en la embajada y en el ministerio cubano de asuntos exteriores.

Sospecho también que mientras los soviéticos, con ayuda de notables miembros del partido comunista mexicano y de notabilísimas figuras del partido comunista español, andaban rehaciendo planes para liberar a Mercader, porque todos se les disolvían como un terrón de azúcar en un café caliente, quien estaba moviendo la cucharilla del café era la CÍA.

Violencias de género

TIME: Woman's Inhumanity to Women.

miércoles, 3 de octubre de 2012

De los ángeles custudios

En febrero de 1924, Primo de Rivera desterró a don Miguel de  Unamuno a Fuerteventura. Pero aquel dictador extraño, que pactaba con Largo Caballero y mandaba al exilio a Unamuno, ya estaba arrepentido de su gesto para finales de junio. A Unamuno no le sentó bien el gesto de misericordia, y para no darle oportunidad al dictador de mostrarse generoso, en lugar de aceptar el indulto, se  autodesterró a París. Unamuno era muy suyo. Mientras permaneció en esta ciudad, la embajada española contrató a un vigilante para que tuviera informado al embajador de las idas y venidas del filósofo conspirador. Pronto fue consciente Unamuno de que era seguido por las calles parisinas por un extraño con pintas de tener muy malas pulgas. Sin embargo, cuando entraba en un café o en un teatro su vigilante se cuidada mucho de cruzar el umbral y permanecía a la intemperie, padeciendo el frío y la lluvia. Apiadado de él, Unamuno lo invitó a compartir a su lado el calor de las estufas y el vino. El vigilante se acabó convirtiendo en una amigable compañía.

"Así les ha pasado a los Ángeles encargados de nuestra vigilancia -le dijo Eugenio d'Ors a una periodista argentina en su residencia de la Ermita de San Cristóbal-... A fuerza de estar a nuestra vera han acabado por renunciar a la severidad que para con nosotros podían tener en ciertas circunstancias y sólo complacencia y amistosa custodia nos dispensan".

Más sobre Koltsov

Recordarán ustedes que en un apunte anterior contaba que cuando el corresponsal  (y alguna cosa más) de Pravda en España, Miguel Koltsov se entrevistó con Stalin tras su regreso a la URSS, éste le lanzó esta pregunta justo cuando estaba abandonando el despacho: "¿Tiene usted revólver, camarada Koltsov?". Al dar una respuesta afirmativa, Koltsov se enfrentó a esta otra pregunta: "¿Y no tiene usted la intención de utilizarlo para suicidarse?".

Encuentro ahora la escena en las Memorias de Ehrenbourg con estas mismas palabras. Pero Ehrenbourg añade dos cosas. La primera, que Koltsov siempre mantuvo una fe fanática en la sabiduría de Stalin. Sí, incluso tras esta entrevista. La segunda, que un día fue a visitar a Koltsov a su oficina de Pravda y, entre otras osas, hablaron de Teruel. De pronto, sin razón aparente, Koltsov condujo a Ehrenbourg a un inmenso cuarto de baño adyacente a su oficina y le dijo a media voz: "¿Quieres escuchar una historia divertida bien fresca? Dos moscovitas se encuentran. El primero: '¿Te has enterado, han cogido Teruel?'. El segundo: '¿Y a su mujer?'". Koltsov sonrió, Ehrenburg no, porque aún no entendía la ironía. Por cierto: Contar chistes sobre Stalin estaba penalizado con 5 años de trabajos forzados.

martes, 2 de octubre de 2012

Las dos caras de una guerra civil

Cuando uno se encuentra con las crueldades, de todo tipo, desde las más refinadas a las más groseras, que se cometieron en nuestra guerra civil por parte de los dos bandos, tiene la sensación de que ese triste espectáculo ya fue mostrado por Goya en sus desastres de la guerra. Y es, lamentablemente, así. Pero toda la sangre derramada sañudamente no explica todo lo que sucedió en una guerra entre hermanos. Mal avenidos, con ansias de solucionar sus diferencias a navajazos, pero hermanos. No lo explica todo porque hay que añadir que, con frecuencia, junto al dolor más lacerante uno se encuentra con el estricto surrealismo. Pondré algunos, poquísimos, ejemplos.

Una pintada en Barcelona firmada por la CNT decía: "Viva la organización de la lucha contra la disciplina". Al mismo tiempo por las calles de esta ciudad se podían escuchar en los primeros meses de la guerra, cuando se vivía en plena efervescencia romántica con todo tipo de ideales, gritos como estos: "¡Abajo el militarismo! ¡Todos al frente!" o "¡Abajo el código de circulación, es contrario al principio de libertad!". En estos primeros meses los milicianos que se dirigían al frente tenían con frecuencia dificultades insalvables para atravesar los pueblos, porque no había manera de recordar todas las contraseñas. Así murió, por ejemplo, Antonio López Raimundo.

Cuenta Ilya Ehrenbourg en sus Memorias que en uno de los sectores del frente de Aragón vio una pancarta que ponía "No ir más allá. Fascistas". Añade que en este sector los soldados se bañaban apaciblemente en un riachuelo mientras uno de ellos guardaba las ropas y los fusiles. Al preguntarles qué pasaria si se presentasen los fascistas, se echaron a reír. "Durante el día no luchamos -le dijeron-. Hace demasiada calor. ¡esos canallas tienen un estanque y lo están aprovechando bien! Pero si esperas un poco, ¡verás la que armamos de aquí a tres horas!"

Por cierto: La comunicación con Moscú va bien y el domingo tengo una entrevista en Francia con alguien que parece dispuesto a darme abundante información.

Et vos enfants ne sauront pas lire... ni compter!



"Pendant vingt ans, l'Éducation nationale m'a empêché de faire mon métier. À ma sortie de l'école normale, en 1977, j'étais un jeune instituteur progressiste et militant, convaincu de la supériorité de la méthode de lecture dite "naturelle". J'ai tout cru. J'ai tout fait, des groupes, des activités d'éveil, de la grammaire fonctionnelle, de la lecture naturelle, des mathématiques modernes, de l'animation, de l'auto-apprentissage, de l'histoire des objets, du décloisonnement, de la créativité, des études dirigées... Pourtant, les élèves des maîtres plus anciens, qui osaient continuer à faire des dictées ou à apprendre la lecture par syllabage systématique, obtenaient de meilleurs résultats. Les miens, dorlotés par les méthodes modernes, ont subi un handicap scolaire dont j'ai honte aujourd'hui. Honte? Pas tant que ça... Car, comme bon nombre d'entre nous, j'ai corrigé le tir. J'écris ce livre pour alarmer les parents, pour qu'ils sauvent leurs enfants, pour qu'ils fassent le travail de l'école à la maison. La pédagogie moderne ne sert plus qu'à justifier l'abandon des ambitions que nous avions pour nos enfants. Nous avons devant nous une véritable catastrophe culturelle."

lunes, 1 de octubre de 2012

Cómo reclutar a un espía

Jacob Golos, el creador de la más extensa red de espionaje que los soviéticos tuvieron nunca en los Estados Unidos, le confesó a Elisabeth Bentley, su amante y colaboradora, que para reclutar a un espía nuevo dos cosas eran imprescindibles: saber calmar sus dudas y halagar su ego. 

Calmar sus dudas y halagar su ego... 

Cuando Golos murió de un ataque al corazón (se supone), los soviéticos relegaron a Elisabeth, y la relegaron tanto que ésta, herida en su amor propio, contó al FBI todo cuanto sabía, pero dejando a salvo la dignidad de Golos, en quien seguía reconociendo a un gran idealista que trabajó intensamente para crear un mundo mejor. 

Elisabeth Bentley, que en sus mejores tiempos llegó  ser conocida como "the blond spy queen", murió en un apartamento minúsculo, con una identidad falsa y protegida por dos policías americanos, que fueron quienes la atendieron en sus últimos momentos.

Me bulgarizo




Portada de mi Introducción al vocabulario de Platón, recién publicado en Bulgaria.

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...