I
Repaso la correspondencia entre Strauss y Kojève y me retiene la sorpresa en la carta que el primero le dirige al segundo (Londres, 16 de enero de 1934): "¿Qué opinión te merece Herr Landsberg?". ¡Otra vez la constatación de la necesidad de la relectura! ¿Si ya había leído estas cartas, por qué se me escapó esta referencia a Landsberg?"
Definitivamente: aprender a leer es la tarea de una vida.
II
Recientemente polemizábamos en una radio católica barcelonesa un filósofo de renombre, un ex-presidente de la Generalitat y un servidor. El filósofo defendía las grandes causas. Yo le dije que no hay grandes causas, sino grandes compromisos. Se sorprendió.
- ¿Qué quieres decir?
- Todas las causas son imperfectas.
- Creo que hay que poner el listón más alto.
- El listón lo ponemos en lo más alto cuando comprometemos nuestra fidelidad con una causa imperfecta.
- ¿No hay entonces causas perfectas?
- ¡No hay causas perfectas! -intervino el ex-presidente- ¡Hasta la de la Iglesia es una causa imperfecta!
III
La defensa del compromiso radical con las causas imperfectas no es una idea mía. ¡Qué más quisiera! Sino de Landsberg. Creo que el ex-presidente lo sabía, porque conoce bien la tradición del personalismo cristiano.
IV
Paul Ludwig Landsberg (1901-1944) fue un filósofo católico alemán de origen judío, alumno de Husserl, que llegó a ser ayudante de cátedra de Scheler en Bonn. En 1933 se vio obligado a exiliarse de Alemania e, invitado por Joaquim Xirau, vino a Barcelona, donde dio clases en la Universidad en los cursos 34-35 y 35-36. Fue uno de los principales responsables de la introducción del personalismo cristiano en Cataluña. Entre sus principales amigos catalanes se encontraba Jordi Maragall y, entre sus alumnos, Ferrater Mora.
V
Durante su estancia en Barcelona mantuvo estrechos contactos con Esprit, revista con la que colaboró estrechamente, sobre todo a partir de 1936, porque al estallar la guerra civil española -que al él le sorprendió en los cursos de verano de Santander-, se refugió en París.
VI
En marzo de 1943 fue arrestado por la Gestapo en Pau y murió en el campo de concentración de Oranienburg, en las cercanías de Berlín, el 2 de abril de 1944.
V
Según Mounier, fue la firme actitud de Landsberg, defendiendo la necesidad del compromiso con las buenas causas imperfectas, lo que salvó al personalismo del "peligro del purismo" y resultó decisiva en el compromiso antifascista de la revista Esprit.VI
El compromiso para ser auténtico ha de ser libre y ello sólo es posible si somos conscientes de las imperfecciones de la causa a la que entregamos nuestra fidelidad. No nos comprometemos con teorías y principios, sino con fuerzas reales y personas concretas. Pero la conciencia de su imperfección es, a la vez, el mejor antídoto contra el fanatismo y el desaliento.
VII
Cuando las tropas alemanas ocuparon París, Landsberg pasó a la resistencia. Anteriormente había rechazado un visado para los Estados Unidos.
VIII
Siempre prefirió la expresión "pensamiento que se compromete" a la de "pensamiento comprometido".IX
Tengo ahora mismo delante un ejemplar de La Nostra terra de mayo de 1935, revista mallorquina de periodicidad mensual dedicada a la literatura, el arte y la ciencia. Anuncia una conferencia de Paul Ludwig Landsberg titulada "El sentido de la vida y la experiencia de la muerte".X
Busco en la hemeroteca de La Vanguardia. Encuentro el ejemplar del 15 de octubre de 1935. Anuncia diferentes cursos en la universidad. Entre ellos se encuentran los siguientes de Landsberg: "El problema del tiempo en la historia de la filosofía (Plotino, San Agustín, etc,)", "Antropología filosófica: El problema de la unidad del hombre" y "La antropología y las ciencias del espíritu".