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domingo, 3 de enero de 2010

Meditación sobre Sísifo



La ironía es la huella más profunda que deja la inteligencia al pasar, mucho más profunda que la tragedia y, por supuesto, mucho más incisiva que la carcajada. Escribo esto tras beberme el culín que quedaba del Belondrade y Lurton 2007 de la cena de nochevieja, con los restos recalentados del cordero al chilindrón. Justo antes de poner el punto final he oído un ruido a mi espalda. Un cuadro se ha desprendido y se ha caído al suelo, sin romperse. Me he levantado y lo he vuelto a colgar. Ojalá fuera así de fácil rellenar el Belondrade y Lurton.

Por cierto la felicitación de nuevo año más inquietante que he recibido -si es que se trata de felicitación- ha sido la de Ferran Sáez Mateu: “A los veinte años será pavón, a los treinta león, a los cuarenta camello, a los cincuenta serpiente, a los sesenta perro, a los setenta mona, y a los ochenta nada”. Baltasar Gracián: Oráculo Manual.

4 comentarios:

  1. Parents too busy...

    Igual llegamos a la educación de los niños por el Estado por pura deserción de los padres.
    He visto hoy una entrevista con la champion que cita el artículo de Guardian y decía que sí, que es lo que hay: no queda más remedio que poner educadores y no sólo en las escuelas, que cada vez los niños hablan peor. Y eso en GB, que yo los oigo hablar y se me cae la baba.
    Por cierto, decían que la primera palabra más frecuente entre los niños de allá es 'Oh, dear'. Hay cosas que no cambian nunca.

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  2. Claudio: Efectivamente, parece que las cosas van por aquí. Conclusión: Se necesitan escuelas para recién nacidos.

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  3. Lo reconozco: todavía no he tenido el gusto de catar el Belondrade y Lurton, pese a las muchas veces que me ha llamado en mis visitas a mi bodeguero de cabecera. Tengo propósito de enmienda.

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